martes, 24 de diciembre de 2024

RESUMEN DE PUBLICACIONES DEL AÑO 2024

 

-El camino. Cosecha de pensamientos. Libro 3:

https://drive.google.com/file/d/1mPEtrpuy4M-RQBuby4g9NIytcOwRa8fS/view

-Llamado. Cosecha de pensamientos. Libro 5:

https://drive.google.com/file/d/1kk6bRG3QKvJAMSWkFoeWiBqZN_bZbXv_/view

-Un paraguayo que leyó a Schopenhauer. Autobiografía:

https://drive.google.com/file/d/1lnJiUCuYf-G1GNHyHjiJt6xNfqE3d3H2/view

-En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el Paraguay:

https://drive.google.com/file/d/1ySSjJF6kJJzkJWm4TMDMkWOQvmpFmHvo/view

-Sobre máquinas y vida. Escritos dispersos. Libro 3:

https://drive.google.com/file/d/1mK2toxd0fl6ODT45GsMbPw7k1UFt6l-N/view

-Del pasado al futuro y del futuro al pasado. Ensayo sobre el devenir del hombre:

https://drive.google.com/file/d/1YdLPYHouc4ZwcMj5pYmTiAXeSf0jRhjn/view

jueves, 12 de diciembre de 2024

A CUATROCIENTOS AÑOS DE LA MUERTE DE JACOB BOEHME (1575-1624)

 

   Fue un filósofo alemán.

     En sus inicios, el pensamiento moderno tuvo una fuerte inclinación hacia la ciencia experimental moderna (nos referimos a los empiristas) y hacia las matemáticas (nos referimso a los racionalistas), sin embargo, algunos apostarán por seguir el camino abierto por la filosofía renacentista hacia un platonismo de corte místico, que valoraba la intuición como modo privilegiado de conocer, antes que al razonamiento o a los datos empíricos. Un exponente de este tipo de posturas fue Jacob Boehme.

   Boehme sostiene que Dios (que identifica con la eterna nada [ewig Nichts], y aun con un Abismo [Ungrund o Abgrund]), no está separado del mundo, no es trascendente, sino inmanente; habita en cada objeto del cosmos, en los vientos, en los ríos y mares, pero fundamentalmente, en el hombre. A partir de ahí explica que el problema del mal se limita a aquellos hombres que se han apartado de la unidad divina, creyendo ser libres de esa manera, queriendo ser "totalidad", en vez de comprender que son "parte" dentro de una totalidad (Dios) que lo dispone todo armónicamente.

  Jacob Boehme constituye una especie de puente teórico entre el naturalismo mágico renacentista y la naturphilosophie (filosofía de la naturaleza) del periodo romántico[1].

(Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno").



[1] En tal sentido es notable el “idealismo mágico” planteado por Novalis, uno de los más destacados pensadores románticos.

viernes, 29 de noviembre de 2024

A CIENTO NOVENTA AÑOS DE LA MUERTE DE FRIEDRICH SCHLEIERMACHER (1768-1834)

 

  

     Fue un filósofo y teólogo alemán. Exponente del pensamiento romántico alemán, especialmente en su orientación filosófico-religiosa. Es considerado como el iniciador de la hermenéutica filosófica. Entre sus obras cabe citar: “Discursos sobre la religión” (1799) y Monólogos (1800).

Religión y Romanticismo

El hombre es un ser en relación, el mismo funcionamiento de la mente hace que desde la más tierna edad el niño primero se separe de la naturaleza y se vea a sí mismo como un individuo, y segundo que busque relacionarse con lo que lo rodea, sea su entorno natural o social. Por supuesto, a través de un proceso de socialización al niño le van transmitiendo los esquemas de una religión moral, sin embargo, permanecerá en él una vaga reminiscencia del sentimiento de estar unido con la Totalidad cuando se encontraba en medio del seno materno. 

       Esta sensación despertará durante el resto de la vida del individuo un anhelo constante, una búsqueda incansable de algo impreciso, un deseo impenitente de encontrar los lazos que lo conduzcan a la fuente desde la cual se expande maravillosamente la totalidad del mundo natural y social. Esta melancolía y este camino de retorno al hogar perdido, es lo que constituye a la aventura de la Religión.

 (Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno).

jueves, 14 de noviembre de 2024

INTRODUCCIÓN A "DEL PASADO AL FUTURO Y DEL FUTURO AL PASADO. ENSAYO SOBRE EL DEVENIR DEL HOMBRE"

 

   Una increíble aventura ha venido desarrollando desde hace miles de años la humanidad, es una historia que la interpretamos desde el presente, y es a su vez desde el presente que podemos imaginar el futuro. En el presente siempre estará el fundamento de todo lo que podamos elucubrar, el presente es la luz para comprender las imágenes que desde nuestra mente y nuestra cultura proyectamos como pasado o futuro[1].

     Esta aventura humana no necesariamente debe ser interpretada bajo una visión lineal del tiempo (como en el cristianismo y el modernismo), lo que nos daría una Historia de la humanidad, también puede ser interpretada bajo la óptica de una visión orgánica y circular, que conjugue recursivamente el pasado y el futuro, desde el presente[2], como adelantamos más arriba.

     Entonces, queremos seguir hablando de “historia”, pero así, con minúscula, una que describe el paso recurrente de un pasado hacia un futuro desde el presente, la vivencia de la historia como organismo desde el aquí y el ahora, desde la recursividad del pensamiento y la intuición.

     La historicidad que aquí proponemos sólo es posible en la medida en que se presente como conocimiento estético, liberado de las cadenas de un sujeto sometido al principio de razón[3], propio de la modernidad, que pretendió paralizar con sus categorías mentales tanto el pasado como el futuro.

     En el contexto del pensamiento moderno, las preguntas acerca de la Historia surgieron cuando la doctrina cristiana del pecado original dejó de ser la respuesta para el problema del mal en el mundo y fue la sociedad y su organización la que empezó a cargar con esta renovada culpa. Se hacía entonces necesario transformar la sociedad para eliminar el sufrimiento y esta transformación no se hacía sino a través de la historia[4].

     Las preguntas principales que queremos hacernos son ¿cómo se ha abordado el problema del sufrimiento a lo largo de la historia? ¿y cómo podríamos abordarlo en el futuro?

      Para responder a esta pregunta dividiremos el flujo temporal en pasado, presente y futuro.

A modo de marco teórico

Nuestras reflexiones se enmarcan teóricamente en un paradigma voluntarista moderno, de la que se desprenden las teorías filosóficas generales de los alemanes Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche.  Desde Schopenhauer[5], la voluntad es el fundamento metafísico que se expresa en el mundo como representación o conocimiento, y dentro de este despliegue de la voluntad por supuesto está también la historia.

A modo de marco metodológico y analítico

Hemos separado nuestro abordaje en tres espacios temporales, pasado, presente y futuro. En el pasado hemos ubicado reflexiones sobre las sociedades arcaicas, agrarias y modernas; en el presente hemos pensado sobre el mundo actual, ultramoderno, informacional, posmoderno, o como queramos llamarlo; mientras que en el futuro hemos expuesto ideas sobre las situaciones de crisis y las posibles reformas que nos permitirían abordarlas.

     Nuestro análisis busca caracterizar a las formas principales que ha tomado la sociedad y la cultura en el mundo (arcaica, rural, moderna y ultramoderna), no precisamente buscando en ello tomar a la idea del progreso o la de la evolución como explicación del cambio socio-cultural, económico o político, pero si buscando en ello las pistas para comprender el contexto en el que algunas personas, los llamados místicos, han podido romper el cerco social y regresar al hogar perdido, la naturaleza. El camino de regreso puede ser distinto en cada tipo de sociedad, pero la fuente originaria a la que se anhela retornar siempre ha sido la misma.

A modo de marco contextual

Podríamos decir que desde la década de los noventa del siglo XX el Paraguay ha dejado de ser una “isla rodeada de tierra” (como decía Roa Bastos) o “La China sudamericana”, para integrarse ya al mundo, en especial gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, y a un intenso proceso de urbanización; en tal sentido, las grandes problemáticas y crisis por las que atraviesa el mundo cada vez tienen mayores implicancias en el intento de comprender a la sociedad y a la cultura paraguaya, y ciertamente, siempre lo han tenido, pero hoy pareciera que más, porque tienen una mayor resonancia en una cotidianeidad mucho más marcada que antes por el avance del mundo ultramoderno.


Enlace al libro completo: 

https://drive.google.com/file/d/1YdLPYHouc4ZwcMj5pYmTiAXeSf0jRhjn/view



[1] (Croce, 1917/1955); (Collingwood, 1921/1970); (Roldán, 1997, pág. 188); (Reale & Antíseri, 2010, págs. 197-198). Por supuesto, no queremos caer en el “historicismo absoluto” de un Croce o un Collingwood, sino considerar a la historia desde una crisis de los fundamentos (León Helman, 2013/2022, págs. 24-26); (León Helman, 2015/2021, págs. 11-13)

[2] Con los debidos ajustes podríamos asociar esto con el “círculo hermenéutico” del George Gadamer. Pero ¿Acaso Gadamer niega la modernidad? No la niega precisamente, pero si se encargó de preparar el terreno para poner en cuestión la visión de mundo moderna (llevada adelante, por ejemplo, por uno de sus discípulos, Gianni Vattimo (1985/1990)).

[3] (Schopenhauer, 1819/1957)

[4] (León Helman, 2013/2022, págs. 16-19)

[5] (Schopenhauer, 1819/1957)

jueves, 24 de octubre de 2024

A DOSCIENTOS AÑOS DE LA MUERTE DE JOHAN FICHTE (1762-1814)

 

   Fue un filósofo alemán. Se constituye en uno de los principales exponentes del llamado idealismo alemán. Ahora, habría que matizar su posición teórica, porque desde su obra “Discursos a la nación alemana”, revela también una especie de voluntarismo, que posteriormente será mejor desarrollado por Schopenhauer.

     Discípulo de Kant, será uno de los primeros en plantear renovados bríos para el pensamiento; extremando las enseñanzas kantianas enseñará que de un Yo puro y absoluto se despliega como un tejido maravilloso el mundo conocido y el sujeto cognoscente, el tejido del el no yo y el yo.

     Entre sus obras cabe citar sus “Discursos a la nación alemana” (1808).

Ideas políticas

Hacia 1808 la sombra de Napoléon Bonaparte había llegado hasta la Prusia de Fichte, quien en ese mismo año escribió un tratado filosófico que su vez parecía una arenga nacionalista, nos referimos a los “Discursos a la nación alemana”. Es posible encontrar en las reflexiones de Fichte ideas que reaparecerán en autores como Friedrich Nietzsche u Oswald Spengler, y que ajustadas, y muchas veces tergiversadas, a nivel político, son distinguibles en los discursos de Bismarck o Hitler.

     De alguna manera, Fichte abandona el formalismo moral kantiano, y afirma como valor supremo a la libertad, que se manifiesta en la acción. Si queremos, a nivel de las ciencias sociales, aquí podemos notar algún germen de los planteamientos de Max Weber sobre la “acción social”; mientras que a nivel filosófico, vemos aquí el brote de un voluntarismo, que Schopenhauer extenderá hasta sus ideas sobre el místico y el genio, mientras que Nietzsche lo tomará en sus planteamientos sobre el super hombre; por parte de Spengler, sostendrá que las culturas decadentes son aquellas que caen en la apatía y el desgano; de esto se desprenderá a su vez la afirmación ajustada de políticos fascistas de que la guerra le devuelve la vitalidad a las naciones  adormecidas por el racionalismo y el individualismo moderno. Podemos notar aquí la proyección de los caracteres más nefastos del nacionalismo: el militarismo y el imperialismo.

      De todas maneras, es necesario no caer en las conclusiones apresuradas de un Lukács, quien en su obra “El asalto a la razón” terminó descalificando a prácticamente todo el flujo del pensamiento idealista y romántico alemán, por haber desembocado en aventuras políticas de carácter fascista, no, el pensamiento alemán, y el de Fichte en particular, constituye una pieza valiosa para comprender la manera en que la modernidad se ha parado frente al problema del sufrimiento humano.

(Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno)

miércoles, 9 de octubre de 2024

A DIEZ AÑOS DE LA MUERTE DE ERNESTO LACLAU (1935-2014)

 

     Fue un filósofo y politólogo argentino. Algunos lo califican como un referente del llamado “post-marxismo”, también, a nivel ideológico algunos lo consideran como un exponente de “la nueva izquierda”.

     Laclau defiende un anti-esencialismo, y desde ahí parte hacia la idea de “construir” un pueblo desde las demandas de sectores sociales heterogéneos. Aquí hay una combinación de Gramsci y el postmodernismo. Por supuesto, el componente postmoderno del pensamiento de Laclau pone en cuestión todo posible planteamiento utópico, que no podría ser interpretado sino como un metarrelato.

     Entre sus obras cabe citar “Hegemonía y estrategia socialista” (1985), “Política e ideología en la teoría marxista” y “La razón populista” (2005).

La razón populista

Planteemos algunas ideas básicas sobre su una de sus obras más conocidas, “La razón populista”. Para algunos podría sonar un poco contradictorio el planteamiento de que detrás del populismo exista precisamente una “razón”, pero ese es justamente una de las cuestiones centrales para Laclau.

      A partir de un análisis bibliográfico Laclau reconoce que el término populismo no posee un referente empírico preciso, es un concepto vago y ambiguo, y justamente por ello algunos estudiosos de la política han desestimado o relegado la investigación sobre el populismo. En cambio, Laclau reconoce este carácter del término, pero sostiene que ello se debe a que el populismo no es un “fenómeno delimitable”, sino una “lógica social”. A través de esta lógica social Laclau pretende explicar la “formación de las identidades colectivas”. A su vez, consideremos que estas identidades colectivas son las que terminan consolidando a la “hegemonía cultural”, que permite la obtención, el control y el aumento del poder político dentro de una sociedad.

 (Extracto de "Robert León Helman. Pensar desde América. Hacia una visión estética del pensamiento latinoamericano").

jueves, 26 de septiembre de 2024

INTRODUCCIÓN A “SOBRE MÁQUINAS Y VIDA. CIENCIAS HUMANAS, RELIGIÓN Y MODERNIDAD”

 

Introducción

     Lo que el lector encontrará en este trabajo es una reflexión en torno al ser humano, basándonos en una investigación de tipo cualitativa interpretativa sobre la primera de sus tres partes, dedicada a la sociedad, la cultura y al Paraguay. El objeto de nuestro análisis es un grupo de escritos filosóficos cortos, aparecidos entre los años 2019 y 2020, que forman parte de la serie de trabajos que llamamos “escritos dispersos”. Y precisamente, uno de los resultados de nuestro estudio es la disminución de esa dispersión de abordajes como consecuencia de la detección de constantes temáticas que describe a esos escritos y que a su vez sirve de punto de partida para sus interpretaciones.

     La elección de esta primera parte para centrar nuestro estudio obedece a que ella posee una mayor representatividad del libro completo, tanto por la cantidad de escritos fragmentarios, como por las coincidencias en las temáticas abordadas.

     Este estudio puede constituirse como un intento de interconectar paradigmas y teorías generales de la filosofía con teorías substantivas asociadas con campos sociales y culturales. Esto a su vez, nos puede permitir acercarnos de una manera más inmediata a la filosofía, ya que las teorías son proyectadas en medio de acciones y pensamientos de la vida cotidiana.

     El objetivo general de nuestro estudio es el de reflexionar sobre el ser humano a partir de este grupo de escritos. Como objetivo específico tenemos el de interpretar una serie de escritos sobre la sociedad, la cultura y el Paraguay de acuerdo a tres ejes temáticos (que fueron los que más frecuencia tuvieron en nuestro análisis de texto): ciencias humanas, modernidad y religión.

A modo de enfoque metodológico y analítico

     En el aspecto metodológico se pretendió llevar adelante una investigación cualitativa interpretativa, valiéndonos de la técnica de la observación documental, en este caso, de una serie de escritos breves referidos a las temáticas de sociedad, cultura y el Paraguay, pertenecientes a los años 2019 y 2020. El procedimiento consistió en extraer de cada escrito breve las temáticas tratadas, para posteriormente establecer un cálculo de frecuencias para determinar cuáles eran las ellas eran las más recurrentes.

       A su vez, luego de obtener las temáticas principales las hemos definido y las hemos asociado en algunos casos con las demás temáticas extraídas, y a su vez, al ubicarlas como subtítulo para el libro se han hecho referencias centrales para identificar al trabajo.

A modo de enfoque teórico

     De acuerdo a nuestro análisis tipológico, las temáticas que han aparecido en mayor número de escritos han sido las siguientes: ciencias humanas, modernidad y religión, que las tomamos como formas de teorías substantivas[1]. Estos términos, entonces, encuentran su significado último desde ideas de Schopenhauer, Nietzsche y Heidegger, agrupadas en una teoría general, basada a su vez en un paradigma filosófico voluntarista.

     A continuación, consideraremos brevemente los términos centrales de nuestro análisis (que son también las ideas que han aparecido con mayor frecuencia).

     Las ciencias humanas, nivel institucional, son un tipo de ciencia que tiene por objeto de estudio la acción humana, y que ha apuntalado el cambio y el orden social en las sociedades y culturas modernas. Al formar parte de la institución educativa de una sociedad, cumple la función de mantener, traspasar y recrear de una generación a otra los valores y las pautas de comportamiento de la sociedad moderna.

      Así como las ciencias naturales, desde el siglo XVI se constituyeron en un medio para la dominación de la naturaleza, las ciencias humanas, desde el siglo XIX han terminado apuntalando el dominio del hombre por el hombre a través de una racionalidad meramente instrumental.

     La modernidad es un tipo de orden social y cultural que surgió hacia los siglos XV y XVI. Los valores defendidos por la modernidad son los que corresponden a la racionalidad. Siguiendo a Max Weber, podríamos decir que existen dos tipos de racionalidad, la formal y la substantiva, pero con la crisis de los fundamentos, la que ha prevalecido en el mundo ha sido esta última, en especial dentro del sistema económico capitalista y de los sistemas políticos modernos (en la forma de burocracia). La modernidad a través de su carácter fundamental, la racionalidad, estimula a un pensamiento constante, lo que viene de la mano con un sufrimiento constante, que se expresa en las situaciones de crisis en la que el mundo de hoy se encuentra: la degradación ambiental, las dificultades de la convivencia y la desintegración moral del individuo.

     La religión puede ser entendida desde tres dimensiones: moral (en forma de doctrinas), cognoscitiva (en la forma de creencias) y contemplativa (como no acción). Las dos primeras conectan a la religión con los sistemas social y cultural de la acción humana, mientras que la tercera, la remite a la experiencia estética y mística.

        En cuanto comunidad de personas (en grupos o iglesias) la religión forma parte del sistema social; en cuanto institución que alberga en su seno personas con distintos roles, que encuentran consistencia desde pautas de comportamiento y valores, es un componente del sistema cultural.

A modo de enfoque contextual

     La tapa del libro nos muestra un trabajo de Marcus Cornelius Escher, en donde aparecen distintas perspectivas que van modificando nuestra manera de interpretar los sucesos de la sociedad y de la cultura. Esto sucede cuando las sociedades tradicionales entran en procesos de crisis y se orientan hacia una modernización que termina alterando los valores y pautas de comportamiento que antes le daban sentido a la existencia del hombre que vivía predominantemente en medio de espacios agrarios.

     Este libro es el tercero de la serie de “escritos dispersos”, que empezamos a elaborar desde el año 2013 (cuando terminamos con la serie “cosecha de pensamientos”), y abarca, como ya se dijo, escritos fragmentarios de los años 2019 y 2020, años en los que el autor llevó adelante la profundización en temáticas asociadas con la teoría sociológica, en este caso, conjugadas con planteamientos filosóficos que permitían orientarlas hacia reflexiones sobre los fundamentos y sobre las implicancias del conocimiento científico dentro de la sociedad y la cultura. 

 

 Enlace al libro completo:

https://drive.google.com/file/d/1mK2toxd0fl6ODT45GsMbPw7k1UFt6l-N/view

 

 

 



[1] Con teorías substantivas queremos referirnos a canales teóricos más cercanos al mundo empírico, lo que nos ayuda a direccionar hacia marcos particulares nuestros marcos más globales, como las teorías generales y los paradigmas filosóficos.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

A DIEZ AÑOS DE LA MUERTE DE HUMBERTO GIANNINI (1927-2014)

 

      Fue un filósofo chileno. Puede ser considerado como perteneciente a la generación del 50 del pensamiento latinoamericano. Plantea una filosofía de lo cotidiano. Entre sus obras cabe citar: “Desde las palabras” (1981), “La reflexión cotidiana” (1987), “La experiencia moral” (1992), “Del Bien que se espera y del Bien que se debe” (1997). Recibió fuertes influjos del pensador italiano Enrico Castelli (1900-1977).

      Al modo de una especie Foucault latinoamericano, plantea la necesidad de llevar adelante excavaciones sobre todo aquello que pensamos y hacemos, hasta llegar a un suelo preciso, la “experiencia común”[1]. Notablemente, esta capa común es la que da base a la construcción tanto de la sociedad como de la individualidad. ¿Cómo se logra esto? Luego del direccionamiento hacia los fundamentos, es decir, luego del trabajo arqueológico en la búsqueda de aquella “experiencia común”, el autor apela a un enfoque fenomenológico para describir cómo se va estructurando, la sociedad, la cultura y la individualidad a partir de este suelo de la experiencia común. Este estudio fenomenológico se va enfocando en espacios separados por límites fronterizos, que hacen a los distintos componentes de la sociedad y la cultura.

     En el contexto del pensamiento paraguayo, César Zapata (de origen chileno) toma ideas de Giannini para explicar aquello que llama “el acto filosofante”.

(Extracto de "Robert León Helman. Pensar desde América. Hacia una visión estética del pensamiento latinoamericano")



[1] (Zapata, 2019, pág. 20)

jueves, 8 de agosto de 2024

A CINCUENTA AÑOS DE LA MUERTE DE AUGUSTO SALAZAR BONDI (1925-1974)

 

     Fue un filósofo peruano. Podemos ubicarlo dentro de la generación del cincuenta dentro de la filosofía latinoamericana. Estudió en México, en donde recibió el influjo intelectual del español José Gaos y del mexicano Leopoldo Zea. Su obra más conocida lleva el título de “¿Existe una filosofía en nuestra América?”; también cabe citar otras obras como “Dominación y liberación” o  “La educación del hombre nuevo”. En el campo político en 1956 fundó en el Perú, junto a otros intelectuales, el “Movimiento Social Progresista”, orientado ideológicamente hacia una social democracia.

     Propone a su manera una filosofía de la liberación, basándose en postulados marxistas y fenomenológicos. Sostiene que no existirá una filosofía propia de Latinoamérica mientras no se concrete una transformación de las bases económicas, que cree son el foco de discursos ideológicos y de la dominación imperante en la región.

     Para Salazar Bondi el pensamiento filosófico latinoamericano era una mera imitación del pensamiento de los países centrales, no había nada de original en medio de los afanes intelectuales de los pensadores de nuestra región.

(Extracto de "Robert León Helman. Pensar desde América. Hacia una visión estética del pensamiento latinoamericano").

jueves, 25 de julio de 2024

INTRODUCCIÓN A "EN POS DEL PENSAMIENTO INÚTIL"

 

   En un convivium de filosofía de la Universidad Católica de Asunción[1], José Brun proclamó: “Vamos en pos del pensamiento inútil”, refiriéndose a la filosofía. Y en efecto, desde el punto de vista de una racionalidad instrumental, pareciera que el filosófico es un pensamiento inútil, porque no se deja utilizar como una silla o un automóvil, no se deja amoldar como una doctrina o una ideología, y no se deja encasillar ni por el más célebre de los filósofos. La filosofía es una actividad interminable y por ello acaso la más improductiva. En el Paraguay, a pesar de lo poco que se ha difundido, la filosofía ha estado presente desde los mismos inicios del andar de la nación y persiste hoy, en medio de nuestro putrefacto entorno socio-cultural[2]. Pero ¿Es efectivamente así? ¿Acaso, como planteaba Nietzsche, no podemos notar afanes de poder detrás de los planteamientos de los grandes filósofos? ¿O acaso, como sostenía Heidegger, los filósofos no se han obstinado en ocuparse de los entes, olvidándose del Ser? Y en tal sentido ¿Acaso no vemos en la filosofía formas solapadas o sofisticadas de utilidad? Y si es así ¿en qué sentido podemos seguir hablando de pensamiento inútil?

     En contrapartida, cuando nos fijamos en las ciencias humanas, su rango de utilidad es mucho más evidente que el de la filosofía. Con el abordaje de la historia de las Ciencias Humanas en nuestro país, sumado al de la filosofía, hemos establecido un punto de partida para proyectar una reflexión sobre la historia de las ideas en el Paraguay, teniendo como una especie de estimulante intelectual la cuestión de la utilidad o inutilidad de estos estudios en el contexto de nuestra cultura.

     Todo pensamiento, sea mítico o racional, simbólico o instrumental, es útil, porque se direcciona hacia el logro de metas. Ahora, cuando el pensamiento se conjuga con la facultad de la intuición, que es inútil, porque no se logra nada con ella, es que podemos empezar a hablar de un pensamiento inútil, porque el afán de poder, o de reducición a los entes, constantemente se ve reducido por la contemplación de Arquetipos o por el brote de la sensación total (en el estado natural)[3].

 

     Desde mediados del siglo XX han aparecido diversas obras sobre la historia cultural paraguaya (por ejemplo, trabajos de Natalicio González, Efraím Cardozo, Justo Prieto o Justo Pastor Benítez, entre otros), con el propósito de describir, explicar e interpretar el proceso de cambio de nuestros valores y pautas de comportamiento colectivos. Pero el planteamiento acerca de la dirección del pensamiento paraguayo empieza a darse en lo que consideramos la madurez de la cultura paraguaya[4] , con ensayos como el de Adriano Irala Burgos (La epistemología de la historia del Paraguay), o el de Juan Santiago Dávalos y Lorenzo Livierez Banks (El problema de la historia en el Paraguay). A partir de entonces los intentos de cultivar la auto-consciencia de nuestra cultura han ido aumentando junto a un despliegue de diversas características que ha ido tomando nuestra cultura.

      Entonces, la pregunta que nosotros queremos hacernos es ¿cuál es la dirección que ha tomado el pensamiento paraguayo a lo largo de los años? Debemos decir, que esta dirección por la cual nos preguntamos, va esbozando a lo largo de la historia una identidad del pensamiento paraguayo, que en última instancia se convierte en nuestro objeto tanto de contemplación como de pensamiento.

      Entonces, para responder a la pregunta planteada nos proponemos desarrollar tres dimensiones de estudio: la filosofía en el Paraguay, las Ciencias Humanas en el Paraguay, y un proceso de desarrollo orgánico e histórico que conjuga a ambas.

     Las dos primeras dimensiones se tratan en los dos primeros capítulos, y son como exploraciones y descripciones de los principales referentes de la filosofía y de las ciencias sociales desde el periodo colonial hasta nuestros días; mientras que la tercera dimensión es abordada en un tercer capítulo, en el que pretende interpretar el proceso del pensamiento paraguayo aprovechando los estudios de los dos primeros capítulos.

     Este ensayo puede servir como una introducción a los principales autores del pensamiento paraguayo, pero también puede ser un canal que disponga a una contemplación estética del desarrollo orgánico e histórico de las ideas que encontraron su acogida en el Paraguay. Y es en este último sentido que plantearemos la posibilidad de seguir a un “pensamiento inútil”.

A modo de marco metodológico y analítico

     Hemos separado el ensayo en tres partes principales, cada una de las cuales está organizada en cuatro secciones que se corresponden con los estadios del desarrollo de un organismo: infancia, juventud, madurez y vejez[5]. El contenido de las dos primeras partes son reseñas sobre los principales exponentes de la historia de la filosofía y de las ciencias sociales en el Paraguay. La secuencia de los autores está fijada por la fecha de nacimiento. Los datos principales han sido obtenidos a partir de una revisión bibliográfica.

      En la tercera parte se utiliza una prosa más continua con el propósito de desplegar una interpretación sobre el proceso histórico del pensamiento paraguayo, teniendo como base a las dos primeras partes del ensayo.

A modo de marco teórico

     La concepción que tenemos de la historia como el despliegue de un organismo se asocia con el influjo de las ideas de Oswald Spengler, y las utilizamos a modo de una teoría general, que nosotros buscamos aplicarlas a un caso concreto, el pensamiento paraguayo. De manera más específica, la distinción en etapas de niñez, juventud, madurez y vejez nos sirvió como una teoría substantiva, que nos permitió acercarnos de una forma más concreta al pensamiento paraguayo, al distinguir características que diferencian a unas etapas de otras, y dentro de cada etapa, a unos pensadores de otros.

     En lo que hace a nuestro paradigma filosófico, considerando planteamientos de Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche, asumimos un voluntarismo que se expresa con diversos matices a lo largo del despliegue de una cultura como la paraguaya, o de una manera más particular, del flujo de pensamiento cultivado en ella. Creemos que ideas como “la muerte de Dios”, presente en las reflexiones de Nietzsche, entendida como el agotamiento de la vitalidad de una cultura occidental, puede ser aplicada de una manera específica en el contexto de la cultura y el pensamiento paraguayo.

A modo de marco contextual

     El contexto desde el cual parte nuestra investigación es el de la sociedad y la cultura paraguaya, y de manera más específica del pensamiento paraguayo. Nos parece que la cultura paraguaya está desarrollando un proceso de degradación de sus valores tradicionales, asociada con el mundo agrario, y ese mismo proceso ha propiciado una toma de consciencia del camino que nos ha llevado a esta descomposición; o incluso, al reconocer que todos nuestros esfuerzos no nos llevarán a ningún puerto, ya que Dios está muerto, ha hecho brotar en nosotros el gozo espiritual que adviene junto a un pensamiento estetizado.

Último comentario introductorio

      El ensayo puede ser utilizado como un material de consulta sobre algunos autores del pensamiento paraguayo, o como una exploración de determinados periodos de la cultura y del pensamiento paraguayo, o como ya hemos apuntado, como un espacio intelectual que propicie el florecimiento de una experiencia estética. Cada lector sabrá escoger el enfoque que mejor se adecue a su interés.

 



[1] Del año 2012

[2] Una putrefacción de lo social y cultural significa una disgregación de sus componentes, una fragmentación de lo que antes estuvo compactamente unido.

[3] El estado natural es un punto cero para el pensamiento, en donde existen sensaciones, pero integradas en una totalidad compacta, de la que emergen, a partir de los estímulos, las imágenes que dan base a los conceptos.

[4] Que hemos ubicado entre el final de la guerra del Chaco y la caída de la dictadura stronista en 1989.

[5] La primera parte, dedicada a la Historia de la filosofía en el Paraguay se organiza primariamente en dos periodos, el diletante y el académico, y secundariamente en los cuatro periodos orgánicos.


Enlace al ensayo completo:

https://drive.google.com/file/d/1ySSjJF6kJJzkJWm4TMDMkWOQvmpFmHvo/view

viernes, 12 de julio de 2024

A TRESCIENTOS AÑOS DEL NACIMIENTO DE IMMANUEL KANT

 

     Fue un filósofo alemán. Fue uno de los principales representantes del movimiento cultural de la ilustración. Su pensamiento se encuadra dentro del idealismo alemán, y es catalogado de manera específica como idealismo trascendental. Entre sus obras principales cabe citar a la “Crítica a la razón pura” (1781), “Crítica a la razón práctica” (1788), “Crítica al juicio” (1790) y “Fundamentos a la metafísica de las costumbres” (1785), “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita” (1784), “Qué significa orientarse en el pensamiento” (1786), “La religión dentro de los límites de la mera razón” (1793), “Para la paz perpetua” (1795).

     Recibe influencias variadas, como las de racionalistas, empiristas, Jean Jaques Rousseau o Isaac Newton.

     Kant quería que su obra sirviera para que la humanidad accediera a la “mayoría de edad”, a través del despliegue de una crítica de la razón, no sólo a un nivel meramente intelectual, sino también social.

     A pesar de que Kant sostuvo que Hume lo despertó de su sueño dogmático, nunca dejó de estar muy influenciado por el pensamiento racionalista anterior. Esto se muestra de manera clara en las ideas que tenía sobre la Razón como portadora de principios y finalidades últimas.

     Kant de algún modo parte de la valoración del conocimiento científico como un tipo de saber privilegiado, y se pregunta si la metafísica también puede alcanzar ese rango. La respuesta será negativa, lo que dejará como residuo el planteamiento de una cosa en sí, incognoscible, fuera del alcance de la humana comprensión.

   Kant plantea un dualismo en cierta manera más inquietante del que había propuesto el mismo Descartes, pues sostiene que existe un ámbito en el cual el conocimiento humano no puede penetrar, el de la “cosa en sí”, y otro en el cual el hombre puede desenvolverse, el del “fenómeno”, mera construcción humana, una especie ilusión provechosa para la vida y la civilización.

   Luego de Kant las dualidades del pensamiento moderno se mostraron más problemáticas, ya sea con el par naturaleza-espíritu, cuerpo-alma, sentidos-inteligencia, fenómeno-cosa en sí, razón práctica-razón teórica, etc.  Todo el pensamiento idealista alemán, también todo el romanticismo, intentarán cubrir estas brechas escandalosas, a través de puentes que reconecten al espíritu humano con la totalidad cósmica.

 

     En el campo de la estética, Kant plantea la idea del genio como aquella individualidad excepcional que a través de su rica imaginación continua el trabajo expresivo de la naturaleza. El genio no está sometido a normas o leyes en sus actos creadores, al contrario, en él, es la misma naturaleza la que da la regla al arte[1].

 (Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno".



[1] Cfr. Eduardo Estrada Herrero. Estética. Herder, Barcelona, 1988.

miércoles, 26 de junio de 2024

A CUARENTA AÑOS DE LA MUERTE DE MICHEL FOUCAULT (1926-1984)

 

     Fue un filósofo, sociólogo e historiador francés. Recibió influencias de variados autores, tanto de la filosofía como de la teoría social, como Friedrich Nietzsche, Carlos Marx, Max Weber, Sigmund Freud, Alfred Schutz o Claude Leví-Strauss. En la que puede llamarse la primera etapa de su pensamiento, el sello del estructuralismo es importante, en tanto que una etapa posterior ya se lo califica como postestructuralista e incluso como postmoderno. Entre sus obras cabe citar: “Historia de la locura en la época clásica” (1961), “El nacimiento de la clínica” (1963), “Las palabras y las cosas” (1966), “La arqueología del saber” (1969), “Vigilar y castigar” (1975), “Historia de la sexualidad” (1976).

Principales influjos

     Podemos notar en Foucault la fuerte influencia de pensadores como Marx, en cuanto a su insistencia en la idea de la dominación que se origina en las prácticas sociales; de Nietzsche, su idea de la relación entre el poder y el conocimiento; de Weber, en su planteamiento de la racionalidad como carácter central del desarrollo de la modernidad.

Metodología

     Foucault apela a una especie de método histórico comparativo, aunque  no vea ningún desarrollo lineal en la historia. Lo que ve es distintos periodos de tiempo que se entrecortan entre sí, a cada uno de los cuales llamó a veces “episteme”. Foucault estudió textos escritos, tratando de captar en el discurso una estructura oculta, inconsciente, que explique tejidos de dominación presentes en el conocimiento.

Saber y poder

    Estudia la relación entre el saber y el poder, haciendo especial hincapié en las ciencias humanas y en la función que han cumplido para llevar adelante el control social (o bien podríamos hablar de modos de dominación basados en el conocimiento[1]). Así, la sociedad se convierte en un super panóptico[2] que busca mantener el orden y la integración social a través de un conocimiento que se califica como científico[3].

La locura

     En sus estudios sobre la locura bien podemos encontrar relaciones con las ideas de los pensadores románticos, quienes empezaron a oponerse a las pretensiones totalizantes de la racionalidad occidental. Aunque Foucault no precisamente defiende alguna posición, lo que hace es reflexionar históricamente sobre el tema que trata.

     Cuando Foucault habla de la “historia de la locura” describe como, en dos periodos estructurales históricos, la locura se relaciona con la racionalidad. En lo que llama la “época clásica” (1650-1800)  la razón toma el predominio y despliega su “monólogo”, es decir, se corta el “diálogo” que existía anteriormente en el Renacimiento.

     Pero ¿quién es el “loco” a partir de la época clásica? Sencillamente, aquel que no se adapta a las normas imperantes de la sociedad moderna, es decir, a una racionalidad instrumental.

Foucault y el pensamiento actual

     Las ideas de Foucault siguen teniendo resonancia en el pensamiento actual. Fijémonos, por ejemplo, en el problema del control social.

      Para Foucault la sociedad y la cultura ejercían su dominio sobre los cuerpos a través del disciplinamiento, ejercido en espacios cerrados como cuarteles, hospitales, escuelas o fábricas.

     Poco tiempo después Gilles Deleuze planteara que se observaba un nuevo tipo de control, que se basaba en la repetición interminable de pautas de comportamiento, que ya no tenían porqué estar reducidos a espacios cerrados. El ejemplo que solía dar era el de una carretera, en la cual los automovilistas podían sentirse libres de circular por ellas, pero siempre por los mismos conductos preestablecidos.

     Ya en la actualidad, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han plantea que estamos frente a una “sociedad del rendimiento”, en la que se ejerce la dominación a través de la búsqueda desenfrenada de objetivos, metas y resultados, en individuos que se suponen libres porque pueden elegir sus modos de vida, pero que sin embargo están esclavizados por cargar con la responsabilidad total tanto del éxito como del fracaso.

 (Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno)



[1] (León Helman, 2019/2022, págs. 12, nro. 3)

[2] El panóptico fue una idea del filósofo utilitarista Jeremías Bentham, que consistía en un tipo de arquitectura carcelaria que permitía mantener bajo observación a todos los reclusos, y era tal la eficiencia del sistema que los presos podían sentirse observados incluso si ningún guardia estuviera en la torre de control. El panóptico es como una especie de parodia del Dios  cristiano Omnisciente.

[3] Como ejemplo de este tipo de afanes teóricos bástenos con citar a pensadores como Augusto Comte, Emile Durkheim o Talcot Parsons.