Fue un filósofo alemán. Fue uno de los
principales representantes del movimiento cultural de la ilustración. Su
pensamiento se encuadra dentro del idealismo alemán, y es catalogado de manera
específica como idealismo trascendental. Entre sus obras principales cabe citar
a la “Crítica a la razón pura” (1781), “Crítica a la razón práctica” (1788),
“Crítica al juicio” (1790) y “Fundamentos a la metafísica de las costumbres”
(1785), “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita” (1784), “Qué
significa orientarse en el pensamiento” (1786), “La religión dentro de los
límites de la mera razón” (1793), “Para la paz perpetua” (1795).
Recibe influencias variadas, como las de
racionalistas, empiristas, Jean Jaques Rousseau o Isaac Newton.
Kant quería que su obra sirviera para que
la humanidad accediera a la “mayoría de edad”, a través del despliegue de una
crítica de la razón, no sólo a un nivel meramente intelectual, sino también
social.
A pesar de que Kant sostuvo que Hume lo
despertó de su sueño dogmático, nunca dejó de estar muy influenciado por el
pensamiento racionalista anterior. Esto se muestra de manera clara en las ideas
que tenía sobre la Razón como portadora de principios y finalidades últimas.
Kant de algún modo parte de la valoración
del conocimiento científico como un tipo de saber privilegiado, y se pregunta
si la metafísica también puede alcanzar ese rango. La respuesta será negativa,
lo que dejará como residuo el planteamiento de una cosa en sí, incognoscible,
fuera del alcance de la humana comprensión.
Kant plantea un dualismo en cierta manera
más inquietante del que había propuesto el mismo Descartes, pues sostiene que
existe un ámbito en el cual el conocimiento humano no puede penetrar, el de la
“cosa en sí”, y otro en el cual el hombre puede desenvolverse, el del
“fenómeno”, mera construcción humana, una especie ilusión provechosa para la
vida y la civilización.
Luego de Kant las dualidades del pensamiento
moderno se mostraron más problemáticas, ya sea con el par naturaleza-espíritu,
cuerpo-alma, sentidos-inteligencia, fenómeno-cosa en sí, razón práctica-razón
teórica, etc. Todo el pensamiento
idealista alemán, también todo el romanticismo, intentarán cubrir estas brechas
escandalosas, a través de puentes que reconecten al espíritu humano con la
totalidad cósmica.
En el campo de la estética, Kant plantea la idea del genio como aquella
individualidad excepcional que a través de su rica imaginación continua el
trabajo expresivo de la naturaleza. El genio no está sometido a normas o leyes
en sus actos creadores, al contrario, en él, es la misma naturaleza la que da
la regla al arte[1].
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