viernes, 12 de julio de 2024

A TRESCIENTOS AÑOS DEL NACIMIENTO DE IMMANUEL KANT

 

     Fue un filósofo alemán. Fue uno de los principales representantes del movimiento cultural de la ilustración. Su pensamiento se encuadra dentro del idealismo alemán, y es catalogado de manera específica como idealismo trascendental. Entre sus obras principales cabe citar a la “Crítica a la razón pura” (1781), “Crítica a la razón práctica” (1788), “Crítica al juicio” (1790) y “Fundamentos a la metafísica de las costumbres” (1785), “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita” (1784), “Qué significa orientarse en el pensamiento” (1786), “La religión dentro de los límites de la mera razón” (1793), “Para la paz perpetua” (1795).

     Recibe influencias variadas, como las de racionalistas, empiristas, Jean Jaques Rousseau o Isaac Newton.

     Kant quería que su obra sirviera para que la humanidad accediera a la “mayoría de edad”, a través del despliegue de una crítica de la razón, no sólo a un nivel meramente intelectual, sino también social.

     A pesar de que Kant sostuvo que Hume lo despertó de su sueño dogmático, nunca dejó de estar muy influenciado por el pensamiento racionalista anterior. Esto se muestra de manera clara en las ideas que tenía sobre la Razón como portadora de principios y finalidades últimas.

     Kant de algún modo parte de la valoración del conocimiento científico como un tipo de saber privilegiado, y se pregunta si la metafísica también puede alcanzar ese rango. La respuesta será negativa, lo que dejará como residuo el planteamiento de una cosa en sí, incognoscible, fuera del alcance de la humana comprensión.

   Kant plantea un dualismo en cierta manera más inquietante del que había propuesto el mismo Descartes, pues sostiene que existe un ámbito en el cual el conocimiento humano no puede penetrar, el de la “cosa en sí”, y otro en el cual el hombre puede desenvolverse, el del “fenómeno”, mera construcción humana, una especie ilusión provechosa para la vida y la civilización.

   Luego de Kant las dualidades del pensamiento moderno se mostraron más problemáticas, ya sea con el par naturaleza-espíritu, cuerpo-alma, sentidos-inteligencia, fenómeno-cosa en sí, razón práctica-razón teórica, etc.  Todo el pensamiento idealista alemán, también todo el romanticismo, intentarán cubrir estas brechas escandalosas, a través de puentes que reconecten al espíritu humano con la totalidad cósmica.

 

     En el campo de la estética, Kant plantea la idea del genio como aquella individualidad excepcional que a través de su rica imaginación continua el trabajo expresivo de la naturaleza. El genio no está sometido a normas o leyes en sus actos creadores, al contrario, en él, es la misma naturaleza la que da la regla al arte[1].

 (Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno".



[1] Cfr. Eduardo Estrada Herrero. Estética. Herder, Barcelona, 1988.

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