jueves, 25 de julio de 2024

INTRODUCCIÓN A "EN POS DEL PENSAMIENTO INÚTIL"

 

   En un convivium de filosofía de la Universidad Católica de Asunción[1], José Brun proclamó: “Vamos en pos del pensamiento inútil”, refiriéndose a la filosofía. Y en efecto, desde el punto de vista de una racionalidad instrumental, pareciera que el filosófico es un pensamiento inútil, porque no se deja utilizar como una silla o un automóvil, no se deja amoldar como una doctrina o una ideología, y no se deja encasillar ni por el más célebre de los filósofos. La filosofía es una actividad interminable y por ello acaso la más improductiva. En el Paraguay, a pesar de lo poco que se ha difundido, la filosofía ha estado presente desde los mismos inicios del andar de la nación y persiste hoy, en medio de nuestro putrefacto entorno socio-cultural[2]. Pero ¿Es efectivamente así? ¿Acaso, como planteaba Nietzsche, no podemos notar afanes de poder detrás de los planteamientos de los grandes filósofos? ¿O acaso, como sostenía Heidegger, los filósofos no se han obstinado en ocuparse de los entes, olvidándose del Ser? Y en tal sentido ¿Acaso no vemos en la filosofía formas solapadas o sofisticadas de utilidad? Y si es así ¿en qué sentido podemos seguir hablando de pensamiento inútil?

     En contrapartida, cuando nos fijamos en las ciencias humanas, su rango de utilidad es mucho más evidente que el de la filosofía. Con el abordaje de la historia de las Ciencias Humanas en nuestro país, sumado al de la filosofía, hemos establecido un punto de partida para proyectar una reflexión sobre la historia de las ideas en el Paraguay, teniendo como una especie de estimulante intelectual la cuestión de la utilidad o inutilidad de estos estudios en el contexto de nuestra cultura.

     Todo pensamiento, sea mítico o racional, simbólico o instrumental, es útil, porque se direcciona hacia el logro de metas. Ahora, cuando el pensamiento se conjuga con la facultad de la intuición, que es inútil, porque no se logra nada con ella, es que podemos empezar a hablar de un pensamiento inútil, porque el afán de poder, o de reducición a los entes, constantemente se ve reducido por la contemplación de Arquetipos o por el brote de la sensación total (en el estado natural)[3].

 

     Desde mediados del siglo XX han aparecido diversas obras sobre la historia cultural paraguaya (por ejemplo, trabajos de Natalicio González, Efraím Cardozo, Justo Prieto o Justo Pastor Benítez, entre otros), con el propósito de describir, explicar e interpretar el proceso de cambio de nuestros valores y pautas de comportamiento colectivos. Pero el planteamiento acerca de la dirección del pensamiento paraguayo empieza a darse en lo que consideramos la madurez de la cultura paraguaya[4] , con ensayos como el de Adriano Irala Burgos (La epistemología de la historia del Paraguay), o el de Juan Santiago Dávalos y Lorenzo Livierez Banks (El problema de la historia en el Paraguay). A partir de entonces los intentos de cultivar la auto-consciencia de nuestra cultura han ido aumentando junto a un despliegue de diversas características que ha ido tomando nuestra cultura.

      Entonces, la pregunta que nosotros queremos hacernos es ¿cuál es la dirección que ha tomado el pensamiento paraguayo a lo largo de los años? Debemos decir, que esta dirección por la cual nos preguntamos, va esbozando a lo largo de la historia una identidad del pensamiento paraguayo, que en última instancia se convierte en nuestro objeto tanto de contemplación como de pensamiento.

      Entonces, para responder a la pregunta planteada nos proponemos desarrollar tres dimensiones de estudio: la filosofía en el Paraguay, las Ciencias Humanas en el Paraguay, y un proceso de desarrollo orgánico e histórico que conjuga a ambas.

     Las dos primeras dimensiones se tratan en los dos primeros capítulos, y son como exploraciones y descripciones de los principales referentes de la filosofía y de las ciencias sociales desde el periodo colonial hasta nuestros días; mientras que la tercera dimensión es abordada en un tercer capítulo, en el que pretende interpretar el proceso del pensamiento paraguayo aprovechando los estudios de los dos primeros capítulos.

     Este ensayo puede servir como una introducción a los principales autores del pensamiento paraguayo, pero también puede ser un canal que disponga a una contemplación estética del desarrollo orgánico e histórico de las ideas que encontraron su acogida en el Paraguay. Y es en este último sentido que plantearemos la posibilidad de seguir a un “pensamiento inútil”.

A modo de marco metodológico y analítico

     Hemos separado el ensayo en tres partes principales, cada una de las cuales está organizada en cuatro secciones que se corresponden con los estadios del desarrollo de un organismo: infancia, juventud, madurez y vejez[5]. El contenido de las dos primeras partes son reseñas sobre los principales exponentes de la historia de la filosofía y de las ciencias sociales en el Paraguay. La secuencia de los autores está fijada por la fecha de nacimiento. Los datos principales han sido obtenidos a partir de una revisión bibliográfica.

      En la tercera parte se utiliza una prosa más continua con el propósito de desplegar una interpretación sobre el proceso histórico del pensamiento paraguayo, teniendo como base a las dos primeras partes del ensayo.

A modo de marco teórico

     La concepción que tenemos de la historia como el despliegue de un organismo se asocia con el influjo de las ideas de Oswald Spengler, y las utilizamos a modo de una teoría general, que nosotros buscamos aplicarlas a un caso concreto, el pensamiento paraguayo. De manera más específica, la distinción en etapas de niñez, juventud, madurez y vejez nos sirvió como una teoría substantiva, que nos permitió acercarnos de una forma más concreta al pensamiento paraguayo, al distinguir características que diferencian a unas etapas de otras, y dentro de cada etapa, a unos pensadores de otros.

     En lo que hace a nuestro paradigma filosófico, considerando planteamientos de Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche, asumimos un voluntarismo que se expresa con diversos matices a lo largo del despliegue de una cultura como la paraguaya, o de una manera más particular, del flujo de pensamiento cultivado en ella. Creemos que ideas como “la muerte de Dios”, presente en las reflexiones de Nietzsche, entendida como el agotamiento de la vitalidad de una cultura occidental, puede ser aplicada de una manera específica en el contexto de la cultura y el pensamiento paraguayo.

A modo de marco contextual

     El contexto desde el cual parte nuestra investigación es el de la sociedad y la cultura paraguaya, y de manera más específica del pensamiento paraguayo. Nos parece que la cultura paraguaya está desarrollando un proceso de degradación de sus valores tradicionales, asociada con el mundo agrario, y ese mismo proceso ha propiciado una toma de consciencia del camino que nos ha llevado a esta descomposición; o incluso, al reconocer que todos nuestros esfuerzos no nos llevarán a ningún puerto, ya que Dios está muerto, ha hecho brotar en nosotros el gozo espiritual que adviene junto a un pensamiento estetizado.

Último comentario introductorio

      El ensayo puede ser utilizado como un material de consulta sobre algunos autores del pensamiento paraguayo, o como una exploración de determinados periodos de la cultura y del pensamiento paraguayo, o como ya hemos apuntado, como un espacio intelectual que propicie el florecimiento de una experiencia estética. Cada lector sabrá escoger el enfoque que mejor se adecue a su interés.

 



[1] Del año 2012

[2] Una putrefacción de lo social y cultural significa una disgregación de sus componentes, una fragmentación de lo que antes estuvo compactamente unido.

[3] El estado natural es un punto cero para el pensamiento, en donde existen sensaciones, pero integradas en una totalidad compacta, de la que emergen, a partir de los estímulos, las imágenes que dan base a los conceptos.

[4] Que hemos ubicado entre el final de la guerra del Chaco y la caída de la dictadura stronista en 1989.

[5] La primera parte, dedicada a la Historia de la filosofía en el Paraguay se organiza primariamente en dos periodos, el diletante y el académico, y secundariamente en los cuatro periodos orgánicos.


Enlace al ensayo completo:

https://drive.google.com/file/d/1ySSjJF6kJJzkJWm4TMDMkWOQvmpFmHvo/view

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