miércoles, 26 de junio de 2024

A CUARENTA AÑOS DE LA MUERTE DE MICHEL FOUCAULT (1926-1984)

 

     Fue un filósofo, sociólogo e historiador francés. Recibió influencias de variados autores, tanto de la filosofía como de la teoría social, como Friedrich Nietzsche, Carlos Marx, Max Weber, Sigmund Freud, Alfred Schutz o Claude Leví-Strauss. En la que puede llamarse la primera etapa de su pensamiento, el sello del estructuralismo es importante, en tanto que una etapa posterior ya se lo califica como postestructuralista e incluso como postmoderno. Entre sus obras cabe citar: “Historia de la locura en la época clásica” (1961), “El nacimiento de la clínica” (1963), “Las palabras y las cosas” (1966), “La arqueología del saber” (1969), “Vigilar y castigar” (1975), “Historia de la sexualidad” (1976).

Principales influjos

     Podemos notar en Foucault la fuerte influencia de pensadores como Marx, en cuanto a su insistencia en la idea de la dominación que se origina en las prácticas sociales; de Nietzsche, su idea de la relación entre el poder y el conocimiento; de Weber, en su planteamiento de la racionalidad como carácter central del desarrollo de la modernidad.

Metodología

     Foucault apela a una especie de método histórico comparativo, aunque  no vea ningún desarrollo lineal en la historia. Lo que ve es distintos periodos de tiempo que se entrecortan entre sí, a cada uno de los cuales llamó a veces “episteme”. Foucault estudió textos escritos, tratando de captar en el discurso una estructura oculta, inconsciente, que explique tejidos de dominación presentes en el conocimiento.

Saber y poder

    Estudia la relación entre el saber y el poder, haciendo especial hincapié en las ciencias humanas y en la función que han cumplido para llevar adelante el control social (o bien podríamos hablar de modos de dominación basados en el conocimiento[1]). Así, la sociedad se convierte en un super panóptico[2] que busca mantener el orden y la integración social a través de un conocimiento que se califica como científico[3].

La locura

     En sus estudios sobre la locura bien podemos encontrar relaciones con las ideas de los pensadores románticos, quienes empezaron a oponerse a las pretensiones totalizantes de la racionalidad occidental. Aunque Foucault no precisamente defiende alguna posición, lo que hace es reflexionar históricamente sobre el tema que trata.

     Cuando Foucault habla de la “historia de la locura” describe como, en dos periodos estructurales históricos, la locura se relaciona con la racionalidad. En lo que llama la “época clásica” (1650-1800)  la razón toma el predominio y despliega su “monólogo”, es decir, se corta el “diálogo” que existía anteriormente en el Renacimiento.

     Pero ¿quién es el “loco” a partir de la época clásica? Sencillamente, aquel que no se adapta a las normas imperantes de la sociedad moderna, es decir, a una racionalidad instrumental.

Foucault y el pensamiento actual

     Las ideas de Foucault siguen teniendo resonancia en el pensamiento actual. Fijémonos, por ejemplo, en el problema del control social.

      Para Foucault la sociedad y la cultura ejercían su dominio sobre los cuerpos a través del disciplinamiento, ejercido en espacios cerrados como cuarteles, hospitales, escuelas o fábricas.

     Poco tiempo después Gilles Deleuze planteara que se observaba un nuevo tipo de control, que se basaba en la repetición interminable de pautas de comportamiento, que ya no tenían porqué estar reducidos a espacios cerrados. El ejemplo que solía dar era el de una carretera, en la cual los automovilistas podían sentirse libres de circular por ellas, pero siempre por los mismos conductos preestablecidos.

     Ya en la actualidad, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han plantea que estamos frente a una “sociedad del rendimiento”, en la que se ejerce la dominación a través de la búsqueda desenfrenada de objetivos, metas y resultados, en individuos que se suponen libres porque pueden elegir sus modos de vida, pero que sin embargo están esclavizados por cargar con la responsabilidad total tanto del éxito como del fracaso.

 (Extracto de "Robert León Helman. Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno)



[1] (León Helman, 2019/2022, págs. 12, nro. 3)

[2] El panóptico fue una idea del filósofo utilitarista Jeremías Bentham, que consistía en un tipo de arquitectura carcelaria que permitía mantener bajo observación a todos los reclusos, y era tal la eficiencia del sistema que los presos podían sentirse observados incluso si ningún guardia estuviera en la torre de control. El panóptico es como una especie de parodia del Dios  cristiano Omnisciente.

[3] Como ejemplo de este tipo de afanes teóricos bástenos con citar a pensadores como Augusto Comte, Emile Durkheim o Talcot Parsons.

 

No hay comentarios: