martes, 4 de junio de 2013

EL ENAMORAMIENTO Y LA ESPECIE



El impulso sexual revela las profundas aspiraciones de la especie humana por mantenerse vigente, valiéndose para ello del concurso inconsciente de varones y mujeres que creen perseguir su bienestar a través de la posesión del ser amado. Bien lo dice el proverbio latino: "individuum propter speciem est", el individuo es para la especie.
 Los enamorados actúan como dos dementes que creen que van en busca del gozo supremo de sus vidas, pero lo que en verdad persiguen son los fines de la especie (la procreación), que una vez cumplidos, deja como resto los desengaños de la edad, la enfermedad, y la cercanía de una muerte irremediable.
 Un hecho curioso en las parejas jóvenes es que a medida que crece la atracción y el deseo, también crece el miedo a perder o separarse de la persona amada. Esto crea un estado de fuerte tensión física y mental que atormenta a los enamorados, y los hace cometer las más increíbles locuras como la degeneración, los vicios, y hasta el suicidio.
 La auténtica cura para un amor frustrado es el cultivo espiritual, que otorga la certeza y la confianza de que uno se basta a sí mismo, no a través de un vil egocentrismo, sino de la riqueza envolvente que emana del espíritu.
 También se encuentra el recurso del razonamiento, para alejar la locura del enamoramiento, recurso que ciertamente no es fácil de conseguir, pero que devuelve con creces los esfuerzos realizados por conseguirlo. Es notable, en relación con el tema, que para muchos hombres y mujeres apasionados por el objeto de su amor, el uso de la razón en las cuestiones sentimentales sea como una manifestación extrema de maldad.
   La emoción amorosa es explotada al máximo en distintos tipos de manifestaciones artísticas, en especial en la literatura y el cine, en donde no puede faltar alguna forma de enredo apasionado que luego de numerosas obstáculos desemboque en un final feliz. Esto es comprensible, el amor es un afecto universal, que al conjugarse con la inteligencia y la imaginación humanas crea mundos estéticos maravillosos, que contrastan con las patéticas condiciones de la cotidianeidad.
   Así, el amor dejaría de ser una evasión de la cotidianeidad (que también es una evasión de la nada), si el enamorado considerara que las imágenes fantásticas que se crean a través de su imaginación son arquetipos universales de la especie humana, y no las señales fehacientes de la llegada de un paraíso celestial.  

(Extracto y ampliación de "Retorno. Ensayo de antropología filosófica")


No hay comentarios: