A pesar de que
por el mismo hecho de vivir el ser humano está condenado al dolor, la búsqueda
de medios intelectuales y prácticos que
aligeren esta pesada carga de existir es
una tarea fundamental.
En nuestro tiempo, el hombre llamado
pomposamente civilizado, está
dispuesto la mayoría de las veces a sacrificar su salud por mejorar su
situación económica o su posición social. No podemos negar a cada individuo la
libertad de hacer con su vida la apuesta que crea necesaria, pero creemos que la salud física y mental
constituye un tesoro que vale la pena cultivarlo durante cada momento de la
vida.
Muchas veces se erigen como proyectos de
felicidad inmensos castillos en el aire, sin considerar lo más inmediato,
sencillo y gratificante que es estar sano.
Así, en un mundo pletórico de deseos insatisfechos y de conflictos
irresolubles, tener salud es un requisito ineludible para vivir tolerablemente.
Como decía el viejo Schopenhauer: “un mendigo sano es más feliz que un rey
enfermo”.
Creemos que en este interminable camino del
cultivo de la salud, la filosofía tiene mucho que aportar, no sólo por el
carácter interdisciplinario que posee, sino también por la proyección que puede
otorgar para el logro de una visión unitaria de la vida, un requisito
fundamental para ordenar y jerarquizar los actos de nuestra existencia.
La cura de muchas enfermedades físicas como
mentales (y también sociales) a través de medios naturales, puede llegar a ser
algo elemental. Por supuesto, el carácter elemental de las curas naturales no le
quita nada el aspecto teórico de estos nobles recursos. En el Paraguay, desde épocas
inmemoriales las curas naturales han estado íntimamente relacionadas con las
plantas medicinales; ellas poseen, al ser empleadas en forma de tisana,
macerado, jarabes, pomadas, etc, distintos efectos terapéuticos, como los
digestivos, los astringentes, los emolientes, los depurativos, etc. Lo que
queremos lograr con este ensayo es comunicar una interpretación de la medicina
tradicional del Paraguay, a la par que dar ideas útiles para recuperar y
mantener la salud.
(Extracto de “El médico
del campo. Ensayo de medicina natural”).
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