Patio
viejo, triste el paisaje en tu mirar…
Patio
viejo, sombra y pozo en tu jardín…
Patio
viejo, déjame un espacio para morir…
Patio
viejo, se ensaya el viento en un gemir…
Patio
viejo, que misterio vive junto a ti…
Patio
viejo, déjame un espacio para morir…
Comentarios:
Tantas
veces me senté a contemplar el paisaje agrario desde el viejo patio de mi amigo
Felipe Villalba Britos, en aquellos tiempos en que el pensamiento era tan
natural como una imagen, un poema o una canción. Ahora, con más años encima el
pensamiento puede estar mucho mejor estructurado, pero se pierde la
espontaneidad y la soltura que sólo la etapa juvenil nos puede prestar. Por
ello, las bases de las estructuras de nuestras ideas, que son intuiciones,
generalmente brotan en la niñez y en gran parte de la juventud.
Los espacios agrarios son silenciosos,
tanto así que pueden evocar una tristeza profunda, luego de que uno se ha
sometido tanto tiempo al jolgorio banal de los espacios urbanos…
Un viento que zumba entre los árboles,
dejando caer las flores del lapacho, flores que danzan bellamente en el aire
antes de llegar al suelo para marchitarse…
El pozo, ganado por unos tejidos de
helechos, aun donaba el agua fresca del tereré, que corría entre guitarras y
libros, como si aquel líquido fluyera con las ideas y los cantos, con los
sentimientos y las letras…
Y la muerte…una que nos hacía vivir
plenamente, como si aquel fuera el último día, como si aquella fuera la última
canción o el último suspiro…Como ”ser para la muerte” calificó Heidegger al
hombre, y no precisamente para parecer macabro con sus ideas, sino para
revelarnos un camino que nos libra de una cotidianeidad aletargante y fútil.
Enlace al video: https://www.youtube.com/watch?v=_o60p3PLSBE&feature=youtu.be
1 comentario:
muy lindo Robert!
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