Fue un filósofo y sociólogo paraguayo. Identificado
con la obra del filósofo Kant y del sociólogo Niklas Luhmann. Entre sus trabajos
filosóficos se citan: “La crítica de la razón pura de Kant”, “Conocimiento de
los objetivos sensibles y acercamiento a las realidades suprasensibles”,
“Experiencia de la conciencia de la fenomenología del espíritu de Hegel”. Su
tesis doctoral trató sobre “La metafísica en la obra crítica de Kant”.
Aquí nos ocuparemos de reflexionar sobre
algunas de sus ideas expuestas en el ensayo “Sobre la reforma de la educación
paraguaya”[1].
a.
La cuestión sobre la educación formal
Sarubbi plantea el problema en el contexto de la
madurez del pensamiento moderno, específicamente en la segunda mitad del siglo
XVIII. En esos tiempos, la educación formal servía para formar a los clérigos y
a los funcionarios estatales (en un campo teórico esto implicaba la reproducción
de valores y axiomas de las clases dominantes).
A finales del mismo siglo la educación
formal empezó a alistar a individuos de todas las clases sociales, bajo el lema
del cultivo de valores como la libertad, la igualdad y la fraternidad (defendidos
por el movimiento ilustrado y enarbolados durante la revolución francesa).
La búsqueda histórica en pos de concretar
estos valores llevó a plantear la idea, no precisamente de una igualdad plena
que eliminara los estratos sociales, pero si una igualdad que asegurara el
acceso a las oportunidades de escala social para todos. Y la clave para direccionarse hacia este ideal
de la igualdad de oportunidades no es sino la educación.
b.
La educación y la sociedad
En este estudio el autor realiza un análisis
de lo que implica una reforma de la educación en el país, partiendo del marco
teórico del sociólogo alemán Niklas Luhmann. También se puede notar al inicio
del ensayo la alusión frecuente a las ideas de Bartomeu Meliá.
Los tres tipos de sociedades para Luhmann
son: la segmentaria (sociedades arcaicas), la estratificada (sociedades
tradicionales o agrarias) y la diferenciada (sociedades modernas). Teniendo
en cuenta este esquema y poniéndolo en referencia al Paraguay, dice Sarubbi:
En el Paraguay se dan simultáneamente y se influyen
recíprocamente sobre todo las estratificadas y la funcional; sobreviven formas
de la sociedad segmentaria en algunos grupos indígenas poco numerosos y al
interior de los estratos.
A partir de esto se puede considerar que Sarubbi
analiza la educación desde el enfoque de una sociedad moderna (diferenciada en
términos de Luhmann). Así, la función de la institución educativa (entendido
como un sistema diferenciado) es la selección social. Al respecto escribe Sarubbi:
El sistema educativo ejerce la selección por el
mecanismo de aprobar o reprobar y por el otorgamiento o no otorgamiento de
certificados. En el sentido social la educación fomenta preferencialmente a
algunos, lo cual tiene como contra efecto inmediato que algunos no lo son y
quedan incluso relegados. En la sociedad moderna, la educación se constituye
por este mecanismo en el principal mecanismo (sic) de promoción social y de
legitimación del status social.
Además, sostiene, posee otras funciones:
“reproducir valores, axiomas y formar y calificar a las personas en beneficio
de los otros sistemas parciales”. Es decir, que la educación así como la
plantea Sarubbi está orientada al sistema. Aquí no cabe duda incluso de que la
misma personalidad no debe ser sino un reflejo del sistema. El control social
se lleva adelante no desde afuera con mecanismos de represión física, sino ya
en los valores y pautas de comportamiento que el individuo forma en su
interioridad a través de los procesos educativos (formales e informales).
c.
El Paraguay
Al tomar como referencia a las sociedades
modernas para enjuiciar a la educación paraguaya (en particular su reforma),
Sarubbi está siguiendo una pauta iniciada en forma un poco agria por Cecilio
Báez y tomada con más moderación por pensadores como Eligio Ayala. ¿Qué más da?
Como de alguna manera enseñaban Dávalos y Livieres, el Paraguay está destinado
a modernizarse, y más aún, para Luis Galeano el Paraguay ya es moderno,
parcial, tardía y conservadoramente moderno. Habrá que rebuscar la identidad
paraguaya en medio de esta peculiar sociedad.
Y precisamente Sarubbi dice en otra parte
que las urgencias y tiempos de la educación:
Tienen que ver con el mantenimiento de una tradición, y
de una identidad nacional, pero al mismo tiempo con el desarrollo de la
imaginación y la creatividad para comprender y construir el futuro.
Cuando se ocupa de reflexionar sobre el
ejercicio docente insiste en la necesidad de tener “un nuevo currículo que
forme un maestro para la democracia”.
(Extracto de “Robert León Helman. En
pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el
Paraguay”).
[1]
Vicente Sarubbi Zaldivar. En
“Un sistema de educación superior para el Paraguay democrático. CIDSEP, UCA,
1996.
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