viernes, 18 de diciembre de 2020

A VEINTE AÑOS DE LA MUERTE DE VICENTE SARUBBI (1943-2000)

  

     Fue un filósofo y sociólogo paraguayo. Identificado con la obra del filósofo Kant y del sociólogo Niklas Luhmann. Entre sus trabajos filosóficos se citan: “La crítica de la razón pura de Kant”, “Conocimiento de los objetivos sensibles y acercamiento a las realidades suprasensibles”, “Experiencia de la conciencia de la fenomenología del espíritu de Hegel”. Su tesis doctoral trató sobre “La metafísica en la obra crítica de Kant”.

 

     Aquí nos ocuparemos de reflexionar sobre algunas de sus ideas expuestas en el ensayo “Sobre la reforma de la educación paraguaya”[1].

a. La cuestión sobre la educación formal

     Sarubbi plantea el problema en el contexto de la madurez del pensamiento moderno, específicamente en la segunda mitad del siglo XVIII. En esos tiempos, la educación formal servía para formar a los clérigos y a los funcionarios estatales (en un campo teórico esto implicaba la reproducción de valores y axiomas de las clases dominantes).

     A finales del mismo siglo la educación formal empezó a alistar a individuos de todas las clases sociales, bajo el lema del cultivo de valores como la libertad, la igualdad y la fraternidad (defendidos por el movimiento ilustrado y enarbolados durante la revolución francesa).

     La búsqueda histórica en pos de concretar estos valores llevó a plantear la idea, no precisamente de una igualdad plena que eliminara los estratos sociales, pero si una igualdad que asegurara el acceso a las oportunidades de escala social para todos.  Y la clave para direccionarse hacia este ideal de la igualdad de oportunidades no es sino la educación.

b. La educación y la sociedad

     En este estudio el autor realiza un análisis de lo que implica una reforma de la educación en el país, partiendo del marco teórico del sociólogo alemán Niklas Luhmann. También se puede notar al inicio del ensayo la alusión frecuente a las ideas de Bartomeu Meliá.

    Los tres tipos de sociedades para Luhmann son: la segmentaria (sociedades arcaicas), la estratificada (sociedades tradicionales o agrarias) y la diferenciada (sociedades modernas).   Teniendo en cuenta este esquema y poniéndolo en referencia al Paraguay, dice Sarubbi:

En el Paraguay se dan simultáneamente y se influyen recíprocamente sobre todo las estratificadas y la funcional; sobreviven formas de la sociedad segmentaria en algunos grupos indígenas poco numerosos y al interior de los estratos.  

     A partir de esto se puede considerar que Sarubbi analiza la educación desde el enfoque de una sociedad moderna (diferenciada en términos de Luhmann). Así, la función de la institución educativa (entendido como un sistema diferenciado) es la selección social. Al respecto escribe Sarubbi:

El sistema educativo ejerce la selección por el mecanismo de aprobar o reprobar y por el otorgamiento o no otorgamiento de certificados. En el sentido social la educación fomenta preferencialmente a algunos, lo cual tiene como contra efecto inmediato que algunos no lo son y quedan incluso relegados. En la sociedad moderna, la educación se constituye por este mecanismo en el principal mecanismo (sic) de promoción social y de legitimación del status social.

     Además, sostiene, posee otras funciones: “reproducir valores, axiomas y formar y calificar a las personas en beneficio de los otros sistemas parciales”. Es decir, que la educación así como la plantea Sarubbi está orientada al sistema. Aquí no cabe duda incluso de que la misma personalidad no debe ser sino un reflejo del sistema. El control social se lleva adelante no desde afuera con mecanismos de represión física, sino ya en los valores y pautas de comportamiento que el individuo forma en su interioridad a través de los procesos educativos (formales e informales).

c. El Paraguay

     Al tomar como referencia a las sociedades modernas para enjuiciar a la educación paraguaya (en particular su reforma), Sarubbi está siguiendo una pauta iniciada en forma un poco agria por Cecilio Báez y tomada con más moderación por pensadores como Eligio Ayala. ¿Qué más da? Como de alguna manera enseñaban Dávalos y Livieres, el Paraguay está destinado a modernizarse, y más aún, para Luis Galeano el Paraguay ya es moderno, parcial, tardía y conservadoramente moderno. Habrá que rebuscar la identidad paraguaya en medio de esta peculiar sociedad.

    Y precisamente Sarubbi dice en otra parte que las urgencias y tiempos de la educación:

Tienen que ver con el mantenimiento de una tradición, y de una identidad nacional, pero al mismo tiempo con el desarrollo de la imaginación y la creatividad para comprender y construir el futuro.

 

     Cuando se ocupa de reflexionar sobre el ejercicio docente insiste en la necesidad de tener “un nuevo currículo que forme un maestro para la democracia”.

(Extracto de “Robert León Helman. En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el Paraguay”). 



[1] Vicente Sarubbi Zaldivar. En “Un sistema de educación superior para el Paraguay democrático. CIDSEP, UCA, 1996.

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