Fue un filósofo y psicólogo social alemán.
Estuvo asociado con la Escuela de Frankfort. Su pensamiento constituye un
intento de sintetizar las ideas Marx y Freud. También es posible notar
influencias de pensadores como Comte, Durkheim o Marcel, por supuesto, a parte
de las ideas de los integrantes principales de la Escuela de Frankfort
(Horkheimer, Marcuse y Adorno).
Teófilo Urdanoz sostiene que con la
ruptura de Fromm con la Escuela de Frankfort se divisó un “neofreudismo de
izquierdas” (Marcuse) y un “neofreudismo de derechas” (representado por Fromm)[1].
Entre sus obras se pueden citar: “El miedo
a la libertad” (1941), “Psicoanálisis de la sociedad contemporánea” (1955), “El
arte de amar” (1956) y “Tener o ser” (1976).
Las ideas de Fromm aportan un enfoque de la
corriente neo-freudiana, una derivación teórica de la Escuela de Frankfort y
una curiosa combinación entre psicoanálisis y humanismo.
a.
La libertad
Fromm quiere traspasar el psicoanálisis
basado en el individuo a otro enfocado hacia la sociedad, en otras palabras,
aspira a tratar la patología de la sociedad occidental y dar pistas que la
lleven hacia una organización igualitaria y libre.
Dando curso a las ideas de la Teoría
crítica de la sociedad reflexiona sobre la crisis de la sociedad contemporánea,
que posee como a uno de sus principales caracteres el predominio de la
racionalidad formal frente a la substantiva (si utilizamos términos weberianos).
Entonces Fromm plantea una crítica de la sociedad occidental con vistas a su
posible transformación, actitud en donde podemos notar contacto con el marxismo
y con la Escuela de Frankfort.
Las contradicciones de la sociedad
occidental han terminado desembocando en esquemas totalitarios en distintas
partes del mundo. Un factor central que explica para Fromm la aparición de
gobiernos totalitarios es la soledad y el aislamiento, que podríamos asociar
también con el individualismo y el egoísmo (a propósito de esto podríamos
recordar los planteamientos de Durkheim sobre los suicidios de tipo anómicos y
egoístas).
A su vez, luego de las grandes guerras
mundiales esa soledad del individuo desemboca en la identificación con las
masas, que permiten hallar una especie de huida ante la angustia o la
desesperación, pero al precio de perder libertad al convertirse uno en una
especie de autómata que repite las directrices de una sociedad de consumo y
diversión.
b.
Ser y tener
Fromm plantea su problema sobre la dualidad
ser-tener a partir de las ideas del filósofo existencialista cristiano Gabriel
Marcel. El tener y el ser son dos modos fundamentales de existencia.
Con el tener se relaciona el egoísmo, y
desde el tener se despliegan procesos sociales como la competencia y el
antagonismo, lo que deja a su vez como resultado el temor. El hombre que constantemente
busca apropiarse de todo lo que le rodea, e incluso de él mismo, vive en un
estado de constante miedo. Miedo a no poder conseguir lo que ansía, miedo a
perder aquello que ya se ha conseguido o apropiado.
En cambio, el modo de existencia del ser
se basa en el altruismo. Aquí Fromm desarrolla ideas como la voluntad y el
amor. Se plantea la posibilidad de que se muestre una producción no interesada,
no alienada, en otras palabras, creadora (en esto podemos notar cierta
influencia del romanticismo).
c.
La religión
Si
Schopenhauer había escrito sobre una “necesidad metafísica” en el ser humano,
Fromm plantea una “necesidad religiosa”.
Retomando ideas de San Agustín propone una
especie de punto medio entre la “ciudad de Dios” y la “ciudad terrena del
progreso”, es decir, piensa en una “ciudad del ser”, que conjugue el desarrollo
espiritual con el científico social.
Si algunos pensadores reaccionarios o
conservadores catalogaron a los movimientos revolucionarios ilustrados como
expresiones de una religiosidad laica, el marxismo (que sigue con esta tónica
revolucionaria) de Fromm no hace otra cosa sino direccionarse hacia la
concreción de esta idea. Pero por supuesto, este carácter no es exclusivo de
pensadores revolucionarios, baste con considerar las ideas de Augusto Comte, un
conservador, sobre la Religión de la Humanidad.
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