lunes, 14 de septiembre de 2020

A NOVENTA AÑOS DE LA MUERTE DE ELIGIO AYALA (1879-1930)

 

     Fue un pensador y político paraguayo. Incluido dentro del grupo de pensadores que Raúl Amaral denominó “novecentistas”. Recibió influencias de filósofos vitalistas (Schopenhauer, Nietzsche, Bergson), que utilizó para lograr una amalgama con ideas provenientes tanto del liberalismo como del socialismo. Fue presidente de la República del Paraguay entre 1924 y 1928. Manuel Gondra, también novecentista, se constituyó en uno de sus principales mentores.

     Si para los pensadores nacionalistas (en su mayoría colorados) la edad de oro del Paraguay estuvo en el periodo de  gobierno de los López, para los liberales en general lo estuvo en los tiempos de Eligio y Eusebio Ayala.

    Murió en un trágico incidente, de tinte pasional, que con el correr de los años al parecer terminó desfigurándose, al punto de que lo sucedido se asemeja ya a una especie de escena cinematográfica.  

     Ideológicamente, el liberalismo de Eligio Ayala toma distancia del crudo positivismo con el que estuvo asociado el pensamiento de Cecilio Báez.

     Entre sus obras se pueden citar a “La cuestión social”, escrita en 1910 (publicada en 1979), “Migraciones”, de 1914 y “El materialismo histórico”, escrita entre 1915 y 1916, además de otras obras como las “Memorias” (1921-1928), y los “Mensajes presidenciales” (1924-1928).

    Luego del golpe militar de Albino Jara (1911) se instaló durante ocho años en Europa, en donde se dedicó a estudiar Ciencias Sociales y Filosofía.

     En línea con la “matriz narrativa liberal-positivista” Eligio buscaba lograr procesos modernizadores que tenían como modelo las naciones más industrializadas del mundo, pero a su vez, en concordancia con la “matriz nacionalista” tenía como ideal a la edad de oro del gobierno de Don Carlos[1]. Así Eligio buscaba una especie de síntesis entre las dicotomías que se habían formado en el pensamiento paraguayo a partir de la polémica Báez-O’leary (positivismo liberal y vitalismo nacionalista).

    En su trabajo “Migraciones” (1914) Eligio ya plantea un “futuro conflicto entre la ciudad-puerto y la Nación campesina”[2], sosteniendo así una idea de conflicto social que para Dávalos y Livieres (que escribieron en la década de los setenta) estaba ausente en gran parte de los pensadores-historiadores paraguayos[3].

     En su ensayo “El materialismo histórico”, valora a esta línea de pensamiento por su utilidad para estudiar el desarrollo de las sociedades.

Voluntarismo

     Eligio pregona una especie de voluntarismo, en especial cuando reflexionaba en torno al Paraguay, una nación juvenil que empezaba lentamente a levantarse luego de la catástrofe de la guerra grande. Un voluntarismo más asociado con Nietzsche que con Schopenhauer (aunque el pesimismo no deja de ser atractivo para cualquiera que piense sobre el Paraguay), pero siempre sujeto a las pautas propias de las sociedades modernas y no entregada a afanes totalitarios (como en nombre del pensamiento nietzscheano se llevaron adelante en tiempos de la segunda guerra mundial).

 (Extracto de “Robert León Helman. En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el Paraguay”).



[1] Cfr. Raúl Amaral. La filosofía en el Paraguay. 2010, p. 86.

[2] Ibídem.

[3] Cfr. Dávalos-Livieres. El problema de la historia del Paraguay. 2006, p. 185-186.

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