Todos miramos el flujo del tiempo desde el presente, desde nuestro hoy
recreamos el pasado cubierto de nostalgias, si es que en aquellos momentos
pudimos probar la caricia de un gozo sublime; y también, desde el hoy miramos
el futuro, esperando quizá el advenimiento de los sueños, o simplemente el
cumplimiento de nuestros proyectos mientras trabajamos con ahínco.
Y también asi, accedemos a la obra de uno de los más reconocidos poetas populares
de la historia de la cultura guaireña, nos referimos a Patrocinio Morínigo.
La escritura del maestro constituye la visión de un tiempo que se va de
nuestras manos caprichosamente, un tiempo en que el arte era el emblema de la
gallardía y la honestidad, de los principios morales (en cualquiera de sus
formas) y los compromisos con la sociedad.
Hoy nosotros, hombres de una cultura podrida, nadamos en un mar de
incertidumbres, por lo cual a veces queremos volver a creer en la solidez y en
la verdad de lo que conocemos y hacemos. Pero ya no podemos, bajo nuestros pies
fluyen los residuos de nuestros intentos por poner cercos a la avalancha de
banalidad y de atolondramiento. Ya no es tiempo, los frutos se han deshecho en
el piso de nuestras desgracias.
Pero el excremento sirve también de abono para renovados crecimientos,
asi que desde las estancias sombrías de nuestra sociedad y nuestra cultura,
puede brotar de nuevo la flor prístina del arte, para asi recobrar el mensaje
de los antiguos maestros, con un nuevo tono de alegrías y de goces espirituales,
el tono puro de la experiencia estética.
Si, ya no tendremos en nuestras manos una verdad inapelable, ya no nos
instalaremos en una realidad firme y segura, pero seremos libres por nuestras
propias imposibilidades, ya que los goces estéticos llenarán nuestras vidas y
nos mantendrán parados frente al flujo inexorable de los cambios.
Parémonos entonces, para a ad-mirar los paisajes guaireños, desde las letras de este noble caballero del
arte, y asi quizá descubramos un secreto que nos salve de tanta miseria
espiritual acumulada. Quizá volvamos a
respirar aquel aliento de las compañías agrarias, quizá volvamos a besar a una bella
flor, quizá volvamos a ser felices, con esa inocente fe de los niños, que hace
que todo a nuestro alrededor se llene de vida. Quizá…
En la presente edición de la obra hemos sumado un par de escritos de Arnulfo Morínigo Paniagua, quien
continúa abanderando la tradición del arte guaireño, con su poesía de tono
agreste y sosegado y con aquellas canciones que buscan recuperar los sonidos de
la guitarra de tierra adentro.
También, hemos agregado como foto de portada una pintura de la artista
colombiana Adriana Baquero Pardo, quien desde hace ya un tiempo se ha
incorporado a los afanes de nuestra asociación cultural, llenando de formas,
colores y símbolos algunos de los trabajos que hemos publicado.
Por
mi parte he elegido algunas narraciones, descripciones y un poema, de tal modo
a lograr un motivador contraste literario. Así, al hacer encontrar obras de
la madurez de la cultura guaireña, y otras del periodo de vejez, tal vez
podamos empezar a intuir este flujo maravilloso, orgánico y estético, que
constituye a la cultura guaireña, y por extensión a la cultura toda del
Paraguay.
Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/1KsE5d0LqxTCJCkRxbuDqTUUrqV1bKhx-/view?usp=sharing
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