Ciertamente la reflexión sobre cuestiones
relativas a la sociedad y a la cultura ya se dio con las leyendas, los mitos y
las religiones, pero de una manera racional recién con los pensadores de la
antigua Grecia, en particular desde Sócrates y los sofistas. Sin embargo, habrá
que esperar hasta el siglo XIX para que aparezca un conocimiento sobre la
sociedad y la cultura que, por lo menos, pretenda ser científico. Este afán de
cientificidad propició el ordenamiento y la sistematicidad de los conceptos, y
a su vez alimentó la necesidad de hacer investigaciones de campo, con lo cual
lo empírico y lo teórico comenzaron una especie de conversación fructífera para
ambos campos.
De todas maneras, lo que en este ensayo
trataremos de hacer es volver a la especulación filosófica (muchas veces
menoscabada por los aspirantes a la cientificidad de sus investigaciones
sociales) utilizando no obstante el bagaje conceptual de las llamadas ciencias
sociales. Con ello nos proponemos dos objetivos principales: mejorar nuestro
conocimiento sobre los problemas y desafíos que brotan de la sociedad y la
cultura, y propiciar una experiencia estética de tipo intelectual.
Pero hay otra cuestión que nos preocupa, y
que puede presentarse ya a modo de justificación para este ensayo. Nos
encontramos como humanidad frente a inquietantes desafíos que ponen en jaque a
la misma supervivencia de la especie, nos referimos a las guerras, a la
degradación ambiental, a la pobreza y a la desintegración espiritual del
individuo. Frente a esto, cabe que los problemas que giran en torno a la
sociedad y la cultura sean pensados, de modo a establecer una búsqueda
colectiva de instancias intelectuales y prácticas que nos permitan abordar
tales desafíos.
Enlace al ensayo completo:
https://drive.google.com/file/d/1O7E4J6i1mGAUGfBW9Lw6unf04pDHJHle/view?usp=sharing
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