miércoles, 14 de marzo de 2018

INTRODUCCIÓN A “SOBRE LA MESURA SOCIAL”


   Si tomamos un tema al cual le dedicamos un ensayo, es porque creemos que de alguna manera se conecta con las ideas centrales que hemos postulado en  trabajos anteriores. Y asi, podemos plantear que el conservadurismo es la forma ideológica que mejores condiciones  ofrece, al menos indirectamente, para el cultivo del espíritu[1].

   Podemos sostener que existen dos grandes ideologías, en nuestro mundo globalizado, el liberalismo y el socialismo[2]; y una sub ideología fundamental, la democrática. Al conservadurismo podemos entenderlo como una forma peculiar de liberalismo.

   Creemos que no podemos vivir sin ideologías, y como éstas se constituyen en sistemas en donde predomina el cierre sobre la apertura, podemos estar seguros que al asumir cualquiera de ellas no estamos frente a una cuestión de verdades absolutas, sino de opciones personales y grupales. En otro lugar hemos hablado sobre la estetización de las ideologías políticas[3], pero ello ya se ubica fuera de una elección político-ideológica como la que aquí planteamos.

   El conservadurismo insiste en las diferencias entre los hombres, actitud que respeta los caminos que cada uno pueda libremente elegir, sea virtuoso o vicioso, ello no importa demasiado. No existe ningún plan histórico a cumplirse al final de los tiempos, tampoco alguna dominación demoniaca que opaca completamente la conciencia. Siempre existen medidas de responsabilidad que cada individuo debe asumir.



   El camino que hemos elegido para reflexionar sobre el conservadurismo va desde un abordaje de sus raíces en el mismo pensamiento filosófico, pasa por el desarrollo de la teoría sociológica clásica, y termina con un abordaje de la sociedad y la cultura paraguaya.

   En la portada de nuestro ensayo hemos ubicado el retrato de Aristóteles, uno de los principales referentes del pensamiento conservador, en particular desde sus enseñanzas sobre la virtud, explicada siempre como punto medio entre dos extremos, en otras palabras, Aristóteles fue el gran defensor de la mesura, aplicada magistralmente a su vez en su pensamiento social.

   El retrato de Aristóteles que hemos utilizado es un recorte de la conocida obra de Rafael Sansio,  “La escuela de Atenas”, y en él podemos apreciar la expresión de la mano derecha del filósofo, que insinúa ideas como tierra (tener los pies en ella), equilibrio, calma, mesura, entre otras.













[1] Actividad central en la auto-ética, componente del proceso de búsqueda de la auto-realización. Véase R.L.H. La auto-ética. Reflexiones sobre la vida humana individual. Interiora terrae, Asunción, 2014, p. 31-33 
[2] Cfr. R.L.H. En tono a un mundo gris. Ensayo de filosofía social. Interiora terrae, Asunción, 2013, p. 25.
[3] Ibíd., p. 26.
Enlace al ensayo completo:
https://drive.google.com/file/d/14Ie9utEtsRY_YL2INJr7w0PunlIrEIw7/view?usp=sharing

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