viernes, 12 de mayo de 2017

INTRODUCCIÓN A “UN PARAGUAYO QUE LEYÓ A SCHOPENHAUER”


   Por el hecho de que el periodo de tiempo que abarca esta autobiografía alcanza sólo aproximadamente un tercio de lo que vive en promedio una persona en nuestro tiempo (es decir, tenemos sólo la infancia y la juventud), la metodología de la división en cuatro edades de la vida, que utilizamos generalmente en nuestros escritos tomará algunas peculiaridades. Seguiremos con la división en cuatro, pero en vez de edades utilizaremos las cuatro estaciones anuales: primavera, verano, otoño e invierno.



   En verdad, no sé precisamente quién soy[1], me he buscado toda mi vida y sólo he encontrado imágenes, que se han ubicado curiosamente entre todo lo que he escrito (esto me hace acordar de las enseñanzas de Hume). Pero también he buscado a la filosofía en mí, porque he hecho de ella una cuestión personal y quizá por ello la he  hallado en la forma de numerosas preguntas, que aunque sin respuestas, alimentan el gozo y el asombro de seguir buscando.

   La distancia al presente que he considerado en este escrito es de diez años, pues a través de este espacio de tiempo la vida se ve ya desmaterializada, o como diría Schopenhauer desvoluntarizada, y por lo tanto se muestra apta para la contemplación estética, o simplemente para una observación mesurada y tranquila, que deje de lado tantos vanos apegos. Al respecto nos dice el mismo Schopenhauer:

“Aquella felicidad de la intuición voluntaria es, finalmente, la que difunde ese encanto tan asombroso sobre el pasado y la distancia, y nos lo presenta a una luz embellecedora por medio de un auto-engaño. Pues al hacernos presente los días pasados hace tiempo vividos en un lejano lugar, lo que nuestra fantasía evoca son solamente los objetos, y no el sujeto de la voluntad, que antaño cargaba con innumerables sufrimientos igual que ahora: pero ahora están olvidados, porque desde entonces han dejado su lugar a otros”[2].

   La vida es como un suspiro, de modo que todos los recuerdos dan la impresión de que son sólo de ayer, pero plasmados como en los horizontes de un cuadro, o como una sublime sinfonía que queda sonando en nuestra memoria cuando ya hemos dejado de escucharla.

   Todo lo que hemos vivido forma parte de todo lo que de alguna manera ya hemos muerto, quedando las imágenes antes que nada como arquetipos o símbolos, y no ya como una forma de auto consideración, y quizá por ello, acaso podemos plasmar la vida pasada en una obra literaria.

    Y precisamente, la escritura y la reflexión sobre las imágenes de mi pasado  constituyen formas del cultivo del espíritu, una de las principales enseñanzas que he tomado de Schopenhauer. Antes de asimilar las ideas del filósofo alemán, mi vida se reducía a seguir las metas que la sociedad moderna (en sus distintos tipos) nos impone: la obtención de dinero y de posicionamiento social. Schopenhauer me enseñó que existe algo que vale aun mucho más que estos logros, y al que a su vez deben subordinarse, y es el cultivo del espíritu.

   Y así como en el título de la autobiografía hago alusión a Schopenhauer, también apunto a mi condición de paraguayo[3], como alguien que construye su subjetividad en el contexto de una sociedad y una cultura peculiar[4] (la paraguaya), que ineludiblemente condiciona las direcciones que tomó, toma y puede tomar una aventura de vida.





[1] Las tres fundamentales preguntas de la antropología filosófica son: ¿Quién soy yo? ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? Las cuales abordamos a lo largo del presente trabajo.
[2] Arthur Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación. Biblioteca nueva, Bs As, p. 253.
[3] La identidad nacional se define como el sentimiento de pertenencia a un determinado grupo social, pero a su vez, el sentido de pertenencia forma parte de una de las necesidades fundamentales propuestas por Abraham Maslow, que aquí podemos volver a recordar: necesidades fisiológicas, de seguridad, de pertenencia, de aprecio y de auto-realización.
[4] Cfr. Robert León Helman. La Idea del Paraguay. Hacia una visión estética de la cultura paraguaya. Interiora terrae, Asunción, 2014.
Enlace al libro completo:

https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWREFpN2hKQTcwOG8/view?usp=sharing

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