Fue un filósofo alemán. Se constituye en
uno de los principales referentes de la hermenéutica ontológica. Asimiló las
ideas de Scheleiermacher, Dilthey y Heidegger, para llegar a una especie de
síntesis entre lo metodológico y lo metafísico (entiéndase este término desde
Heidegger).
Su obra más conocida lleva como título
“Verdad y método” (1960).
La pre-comprensión
Sostiene que no existe una comprensión a
secas, libre de todo prejuicio (así como pretendía erigir Descartes la
filosofía, o Bacon la ciencia experimental), siempre está precedida por una
tradición, por una pre-comprensión. Así, los ídolos del conocimiento (en
alusión a las ideas de Bacon) no solo impiden el conocimiento (como sostenían
los pensadores modernos en general) sino que también lo hacen posible. Nuestros
errores e ilusiones son la fuente de los grandes edificios de ideas que el
hombre ha construido sobre la naturaleza, el individuo y la sociedad. ¿Podemos
soportar este tipo de afirmaciones? Desde el pensamiento contemporáneo es
comprensible y no tiene porqué llamar a escándalo. Así como una embarcación
necesita del lastre para navegar o las aves del peso del aire para volar, el
hombre necesita del error para dirigir su mísera existencia. Nietzsche ya se
había dado cuento de ello antes de anunciar que Dios estaba muerto.
Y esto puede ser planteado desde el
problema del origen del conocimiento. ¿Cuáles son las posturas principales
dentro de la historia del pensamiento occidental? Descartes afirma que el
conocimiento se origina en ideas innatas; Locke, en la experiencia; Durkheim,
en la sociedad, mientras que desde Gadamer podríamos decir que en la tradición
cultural que nos precede.
La ciencia moderna a grandes rasgos trató
de imponer la idea de que un conocimiento válido se basa en la observación de
los hechos, pero con ello se estaba llevando adelante aquello que Gadamer llamó
la “distanciación alienante”. Alienante, porque a través de ello el
conocimiento se desfigura en una supuesta objetividad, que en el fondo no posee
sustento alguno, ya que sigue basándose en ideas preconcebidas de la realidad,
que no han sido sometidas a crítica alguna.
La tradición
La ilustración, y el pensamiento moderno
en general, había venido con la pretensión de desmantelar la tradición,
considerada como una fuente de errores y de prejuicios, sin embargo el
romanticismo vino a reivindicar la historia, el pasado, la tradición, como una
fuente de conocimientos que a la misma racionalidad se le escapaba.
La
verdad
Evidentemente, cuando Gadamer se refiere
a la verdad, no plantea una especie de
adecuación entre la realidad y el conocimiento, sino al modo de Heidegger, como
un desvelamiento del ser, como una manifestación que se da a través del
lenguaje, pero que constantemente lo desborda, por lo cual la hermenéutica es
una tarea, un pensamiento, que debe ser renovado constantemente.
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