martes, 9 de marzo de 2021

INTRODUCCIÓN A “EL AUTO-ESTUDIO. ABRIENDO EL CAMINO PARA UN TRABAJO INTERIOR”


 

     Ya Sócrates hacia el siglo IV ac. había planteado el lema “conócete a ti mismo”, repitiendo lo escrito en el portal del templo de Apolo en Delfos. Y hoy, siglos después, aquellas inquietantes palabras continúan resonando en nuestras mentes y en nuestras sociedades. Pues ¿sabemos acaso quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Y a dónde vamos? De estas tres preguntas, sin lugar a dudas la fundamental es la primera, pues sólo en el presente se manifiesta el Ser[1], y desde el cual solamente es posible direccionarnos creativamente ya sea hacia el pasado o el futuro. ¿Qué tiene que ver el Ser con la identidad? Nuestra identidad está enraizada en el Ser  y si perdemos la conciencia de ese enlace caemos en la ilusión, al concebir como real lo que es solamente manifestación de lo real (el Ser-Nada).

     Al comenzar el recorrido de este proceso (nos referimos al Auto-estudio) que constituye una de las partes fundamentales de lo que llamamos Auto-ética, nos fijaremos en algunas cuestiones propias de la vida humana que nos permitirán ubicarnos con más claridad de cara a lo que podemos denominar un Auto-trabajo. Este auto-estudio que propondremos a continuación podrá abrir nuestros horizontes mentales, de tal forma que podamos hacer una apuesta desde nuestras propias condiciones de existencia.

     Pero es necesario que uno no se empiece a inquietar por esto, pues en esta apuesta no importa tanto el resultado de ella sino el hecho mismo de jugar. El juego puede ser visto desde el pensamiento moderno como acto de dispersión, de entretenimiento o banalidad, pero es la clave para introducirnos de nuevo al flujo mismo de la totalidad cósmica.

 

   Para direccionar la vida primero hace falta reconocer un norte que sirva de guía en medio de los complejos espacios de la cotidianeidad. Este norte nos lo dan los valores[2], que no son absolutos y universales, sino que deben ser asumidos en forma particular por cada individuo-sujeto (o por cada grupo o cultura si se da el caso). Seguir estos valores es posible gracias a un constante examen de conciencia, que nos permite reafirmarlos y fortalecerlos en nuestro camino de vida.

     Entonces, el objetivo principal del Auto-estudio es establecer un marco de conocimientos que nos ayude a elegir unos valores que nos sirvan de orientación en la aventura de vida que llevamos adelante. Aquí estamos apelando entonces a un tipo de racionalidad, que podemos llamar prudencial, o si se prefiere, utilizando la terminología de Max Weber, estamos apelando a una racionalidad orientada a valores (aunque por supuesto, en una dimensión individual).

     El hombre es un “ser en relación” (con el mundo, con los demás y con la personalidad) y tales relaciones se despliegan en diversas situaciones de la vida; por ello también el hombre es un “ser en situación”. En medio de las situaciones de la vida existe el sufrimiento, que en algunas ocasiones peculiares a un límite tal que propicia el cuestionamiento de todas las luchas que se despliegan en la cotidianeidad. Cuando se llega a este punto el individuo se angustia, se asoma al abismo de la muerte, y entonces cuando puede brotar de lo más hondo de su ser los flujos del arte, de la espiritualidad o del pensamiento.

 

 



[1] A esto que llamamos Ser, desde otros contextos también podemos denominarlo Nada.

[2] Los valores son ideas o conceptos que expresan lo deseable o útil en la vida de un individuo o una sociedad; y se hacen concretos en las pautas de conducta de los individuos o en las leyes de una nación.

Enlace al ensayo completo:

https://drive.google.com/file/d/1KikB82UWcXioVJ4qnuE6_znecLehLr2N/view?usp=sharing

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