Filósofo y sociólogo francés, propulsor de
la idea de un “pensamiento complejo” que ayude al hombre a desenvolverse, en
conocimiento y acción, en un mundo inmerso en la incertidumbre y los riesgos.
Recibió influencias de filósofos como
Heráclito, Hegel, Nietzsche, Bergson, Chardin, Thomas Kuhn, Adorno, Marcuse, Castoriadis
o Michel Serres. También se muestra deudor de algunas ideas de Jean Piaget[1],
de la cibernética, la teoría general de sistemas y la teoría de la información.
Repite con Adorno: “La totalidad es la no
verdad”[2]
y acicateado por Marcuse dice: “he aspirado siempre a un pensamiento
multidimensional”[3].
1. El pensamiento complejo
Enuncia tres principios del pensamiento
complejo: la dialógica, la recursividad organizacional y la hologramática.
1.1.
La dialógica
La dialógica
consiste en la asociación de
términos que son a la vez contrarios y complementarios. Por ejemplo, desde el
pensamiento tradicional, la muerte niega completamente a la vida, y el
principio lógico del tercero excluido no nos permite plantear una mediación
entre vida y muerte; sin embargo, a partir de la dialógica es posible explicar
mejor procesos biológicos como los de las células que periódicamente mueren y
son reemplazadas por otras, haciendo posible el mantenimiento de un ser
vivo.
De alguna manera con la dialógica se
pretende tomar distancia de la dialéctica, que en pensadores como Hegel desembocó
en un pensamiento totalizador que pretendía conciliar y acallar a todas las
diferencias. De esa dirección provenían las críticas de Adorno o Marcuse hacia
el pensamiento moderno (filósofos que dejaron frente impronta en las ideas de
Morin).
1.2.
La recursividad organizacional
La recursividad
organizacional consiste en el carácter circular que se da entre causa y
efecto. Es una especie de ampliación del principio de causalidad, que
tradicionalmente es lineal. En otras palabras, el efecto causado por la causa,
puede volver a ser causa de la causa inicial.
Tomemos como ejemple a la relación entre
el individuo y la sociedad. Las ideas y acciones de los individuos son la causa
de la sociedad y la cultura, pero a su vez, son la sociedad y la cultura las
que hacen al individuo.
1.3.
La hologramática
La hologramática explica que las partes
poseen la casi totalidad de información que es propia de un todo. Esto podemos
relacionar con el lema renacentista que decía “como es arriba es abajo”. Un ejemplo
de este principio podemos verlo en la célula, que es la unidad básica de vida,
que posee en sí las claves para conocer los desarrollos biológicos del todo
orgánico.
2. Lo real
Para Edgar Morin lo real se expresa a
través de un bucle que conjuga el orden,
el desorden y la organización. Y para ubicarse en medio de este brote de lo
real es necesario no sólo la investigación o la reflexión, es necesario un
cambio en el paradigma del conocimiento.
Establece la diferenciación entre dos
paradigmas en el contexto del pensamiento actual: el paradigma de la simplicidad y el paradigma de la complejidad. El
primero se asocia con el determinismo y el mecanicismo de la física clásica y
la filosofía moderna a grandes rasgos; mientras que el segundo se conecta con
las revoluciones de la ciencia y con las filosofías que han asimilado la crisis
de los fundamentos del pensamiento y la acción.
3.
El hombre
Morin plantea diversos niveles de
organización en el universo, siendo el ser humano el más complejo entre éstos.
A su vez, Morin sostiene que existe una relación dialógica y recursiva entre
individuo, especie y sociedad, la trinidad que expresa al ser humano.
Cada
uno de estos factores son en relación a los demás a la vez medio y fin, causa y
efecto, contenedores y contenidos, productores y producidos, complementarios y
antagonistas.
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