Pensador, poeta y periodista paraguayo. Integrante
del grupo de pensadores paraguayos que Raúl Amaral catalogó como
“novecentistas”. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad
Nacional de Asunción. Ideológicamente se mostró con inclinaciones hacia el
socialismo, pero moderadamente; prueba de ello fue su adhesión al Partido
Colorado. A su vez cultivó el nacionalismo (fue uno de los estudiosos que llevó
adelante la campaña de reivindicación de la figura del Mcal. López), pero sin
llegar a la posición extrema que mostrará tiempo después un Natalicio González.
También fue un precursor de una especie de feminismo en el Paraguay.
Su primer maestro vivo de filosofía fue el
Dr. Emeterio González, sucesor de Ramón Zubizarreta en la cátedra de la
Facultad de Derecho y el Colegio Nacional.
Se ocupó
de comentar el Ariel de José Enrique Rodó, obra que fue considerada fundamental
por los novecentistas en general (en particular por aquellos con una
orientación modernista literaria). También se dedicó al estudio del positivismo
de Herbert Spencer, así como del vitalismo de Henry Bergson, otro de los
filósofos de mayor influencia en aquel tiempo, y que en Paraguay ya había sido
presentado por el español Rafael Barret. Ignacio A. Pane fue un amante de la
poesía y aficionado a la ejecución del piano. Falleció cuando estaba a pocos
meses de cumplir cuarenta años.
Entre sus obras cabe citar a los “La religión y el miedo” (1908), “Concepto de la
filosofía” (1915), “Apuntes de Sociología” (1917) y “Ensayos paraguayos” (1945),
ya póstumo. También otros escritos sobre el los guaraníes, las literatura
paraguaya y sobre el sociólogo positivista chileno Valentín Letelier.
Concepto de la Filosofía
En su obra “Concepto de la Filosofía” Pane
elabora un estudio con la intensión de informar al lector sobre los senderos
comunes recorridos por la filosofía. De todas maneras, su abordaje final sobre
el positivismo revela la relevancia que esta corriente de pensamiento llegó a
tener en los pensadores paraguayos del primer cuarto del siglo XX. Entre
los positivistas aludidos se encuentran
autores como Comte, Fouillée, Boutroux y Spencer (uno de los preferidos de
Pane).
De todas maneras, hay que apuntar que
Pane no llega a las extremas inclinaciones que un Cecilio Báez tendrá hacia el
positivismo, ya que encontró una especie de punto mediador con posiciones
tradicionalistas y vitalistas (Victor Cousin y Henry Bergson están presentes en
su reflexiones).
La mujer guaraní
Ignacio A. Pane, plantea (a veces en un
sentido algo poético), que la mujer guaraní es el cimiento de la nación
paraguaya (entiéndase, de su cultura y de su sociedad). Pero aquí otra vez cabe
preguntar si Pane no cae en una especie de mitificación de lo guaraní en lo
paraguayo, así como también se puede dar el caso inverso, la mitificación de lo
español en lo paraguayo (por ejemplo los planteamientos de los esposos
Service). En sus escritos aún palpita aquel aliento del mito del noble salvaje
(popularizado por Rousseau), por supuesto, cambiado aquí a “la noble salvaje”.
(Extracto de “Robert León Helman. En
pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el
Paraguay”).
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