Filósofo paraguayo. Maestro de Estética y de Filosofía de la Historia. Influenciado
por el pensador alemán Oswald Spengler, a quien cita y comenta con frecuencia.
Dedicado también a investigaciones en torno
al pensamiento paraguayo. En su estancia alemana se consagró al estudio del
filósofo idealista Johan Fichte.
Junto a José Brun, Juan Andrés Cardozo y Fernando Tellechea Yampey mantiene vivo el influjo de los grandes
maestros paraguayos de filosofía como Adriano Irala Burgos (1928-2003),
Secundino Núñez (1920-2011) o Juan Santiago Dávalos (1925-1973).
En sus clases (un poco como lo hacía Secundino) se sentaba y empezaba a
des-hilar largas reflexiones, sólo entrecortadas por sucesivas preguntas que
hacía a los estudiantes.
La imagen del sabio que con
soltura y calmada voz escudriña los vericuetos de la vida del hombre y de su
historia, permanece en la memoria de quienes aprendieron filosofía junto a él.
Su discurso posee un tono
esotérico, que hace de su enseñanza no sólo una experiencia cognitiva, sino
también emotiva y en ocasiones hasta estética.
Como se da con José Brun, posee un aura de maestro socrático, que enseña
antes con el talante y la presencia que con la escritura. Pero con una
diferencia, ahí donde Brun muestra una precisión, Anselmo muestra un
enigma. Conjunción que propicia la
explosión de una pasión filosófica.
Los trabajos de Anselmo se esparcen en variadas publicaciones que
conjugan temáticas filosóficas e históricas.
(Extracto de “Robert León Helman. En
pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el
Paraguay”)
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