jueves, 26 de diciembre de 2019

INTRODUCCIÓN A “LA EXPERIENCIA ESTÉTICA DESDE EL PENSAMIENTO DE ARTHUR SCHOPENHAUER.”


   En un mundo lleno de los vacíos dejados por la crisis de los valores tradicionales, por la crítica despiadada contra la religión, por el desencantamiento de los mitos y leyendas, volver a buscar una experiencia maravillosa o la plenitud de la vida constituyen quizá una auténtica necesidad para no sumirnos en el barro del hastío y el absurdo.
   En tal sentido, la experiencia estética se presenta como un sendero que se abre ante nosotros para ayudarnos encarar las situaciones de crisis[1] que el mundo ultramoderno nos presenta.
   Y quizá uno de los primeros en enfrentarse a estos malestares de la modernidad fue el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, quien a pesar de su perspectiva pesimista dejó entrever varias claves teóricas que desde el pensamiento actual es posible aprovechar.
   Y precisamente, la idea que nos estimula a valorar estas claves de Schopenhauer es la de “Verwindung”, término utilizado por Heidegger y reinterpretado por el filósofo italiano Gianni Vattimo, que significa remitir un mensaje, uno que nos reconcilia con nuestro pasado, como aquello a lo que estamos destinados, por el hecho mismo de que nuestro presente se enraíza en el pasado de la tradición del pensamiento y a su vez nos proyecta hacia las posibilidades del futuro.  
   Pero antes de meternos de lleno en estos senderos del pensamiento y la estética actuales, desde los impulsos que nos presta Schopenhauer, nos ocuparemos de apuntar en dos capítulos separados, los lineamientos fundamentales de su metafísica y su estética. Su metafísica, porque ella constituye el cimiento sobre el que se asienta toda la reflexión de nuestro filósofo; y su estética, porque es el vector teórico que nos permite introducirnos por los intrincados caminos del pensamiento de nuestro tiempo.
   En último lugar, y en la forma de un tercer capítulo, penetraremos en el inquietante mundo de la filosofía actual, siguiendo los señalamientos estéticos que nos prestó Schopenhauer en los capítulos anteriores, y de este modo alcanzaremos los frutos que puede ofrecernos la investigación que hemos llevado adelante.

   Schopenhauer constituye un filósofo extraordinario, y desde sus obras nos hemos introducido a este maravilloso y desafiante mundo de la filosofía, tratando de comprendernos a nosotros mismos, a la sociedad y al cosmos; por ello, aquí intentaremos justificar de una manera formal lo que venimos haciendo ya desde nuestros primeros pasos como estudiante de filosofía: cuestionar al mundo trepados sobre los hombros de este gigantesco pensador.
   Las  notables implicancias de la experiencia estética, tanto en lo que hace al objeto conocido como al sujeto cognoscente, es uno de los temas más importantes y de mayor relevancia que ha dejado Schopenhauer para el pensamiento actual. La crisis del sujeto (paralela a la crisis de los fundamentos del conocimiento, de la razón e incluso de la ciencia), temática central del nuestro tiempo, encuentra en las ideas de Schopenhauer precedentes notables, que pueden ayudar a clarificar y a replantear algunas posturas sobre el problema.
   Así, la continuidad del pensamiento filosófico a través del tiempo, nos permitirá afianzarnos en el manejo de las ideas de nuestro espacio intelectual, y a su vez nos darán claves para entender las proyecciones culturales que revela.   La investigación ahondará en las formas y  enigmas de la experiencia estética, que nos acercan en gran medida al pensamiento descentrado, post-logocéntrico, que marca fuertemente a nuestra época. De ahí que Schopenhauer se presentará ante nosotros como el genial anunciador de nuevas posturas (que por tomar un  ejemplo, tiene a Nietzsche como el primero en registrarlo)  así como un vigente propiciador del goce estético y del renunciamiento al mundo. 

   Nos proponemos someter a análisis los planteamientos de Arthur Schopenhauer sobre la transformación que se produce en el sujeto que conoce cuando se alcanza la contemplación estética, junto a la correspondiente modificación que sufre el objeto conocido.  
   El problema sobre el conocimiento estético se agudizó ya hacia el siglo XVIII, cuando el inglés Francis Hutcheson sustituye el intuicionismo metafísico en la estética por el intuicionismo psicológico, es decir, sostiene que ningún objeto podría ser considerado bello sin un sujeto dotado del sentido de la belleza. Así, lo estético alcanza el grado de un problema del conocimiento,  y como se sabe, explicar la forma y los fundamentos a partir de los cuales el hombre conoce constituyó un tema central de los siglos XVII y XVIII, tanto entre racionalistas como entre empiristas. Estas cuestiones serán retomadas de manera original tanto por los idealistas alemanes como por el romanticismo, tanto alemán como inglés.
   Este cambio nos revela la relevancia del pensamiento filosófico en su íntima relación con las distintas manifestaciones artísticas, religiosas, mitológicas y simbólicas en general, pensamiento enfrentado a la preponderancia que la ciencia ha ido ganando progresivamente en la cultura occidental.
   En el marco de la experiencia estética se da una modificación del sujeto, que deja de lado la interpretación cotidiana de la vida como una tarea penosa y obligatoria que realizar, o como un foco interminable de conflictos. Las ideas de Schopenhauer contribuyen a redescubrir esa sabiduría olvidada y difundida por filósofos como los presocráticos, Platón, o los románticos, que enseña a ver al mundo como un espectáculo maravilloso.    
   Al final nos propondremos exponer las ideas estéticas de Schopenhauer como un camino importante para ubicarnos en el problema actual de la crisis de la visión tradicional del sujeto cognoscente, que implica por supuesto, una problemática crítica también en el objeto.     Schopenhauer solía comparar su obra cumbre “El mundo como voluntad y representación” con un tema musical de cuatro movimientos; y así, nosotros podemos decir que nuestro trabajo es como dos variaciones musicales del primer y tercer movimiento de la obra del filósofo alemán (metafísica y estética respectivamente), y un movimiento (o capítulo) final que se vale de las mismas ideas centrales pero a través de un lenguaje musical atonal (comparable con filosofía contemporánea, o específicamente con el pensamiento débil).

   Ya para cerrar esta breve introducción, queremos significar la importancia de los estudios académicos de filosofía, que permiten al estudiante interesado en esta disciplina, encontrarse con una tradición intelectual que se mantiene vigente con los años, y que de ese modo ofrece las condiciones para que una educación sólida, coherente y sistemática pueda llevarse adelante sin los dramas y carencias que muchas veces vienen adheridos a una formación auto-didacta.
   Creemos que sin los exigentes desafíos que la formación escolar filosófica propone, muchas vocaciones intelectuales inclinadas hacia nuestra disciplina pueden dispersarse y hasta diluirse por falta de un conveniente direccionamiento conceptual de los estudios y el aliento moral de los maestros. Por ello, queremos que este trabajo constituya no sólo una puerta que nos abra a la obtención de un título académico, sino también una carta de agradecimiento a la labor y a las reflexiones de todos nuestros maestros a lo largo de nuestros años de estudio[2].



[1] La degradación ambiental, los conflictos mediados por el uso de la violencia, la pobreza y la desintegración espiritual de los individuos.
[2] Este trabajo está dedicado especialmente a Darío Sarah y Adalberto Antúnez, maestros y amigos a lo largo de mi errabundo paso por la carrera de filosofía de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”.


Índice
Introducción…………………………………………………………7
1. La metafísica de Schopenhauer………………………..………12
2: La estética de Schopenhauer…………………………………..32
3: La experiencia estética desde el pensamiento de Schopenhauer……………………………………………………...51
Conclusión…………………………………………...………….…72
Pequeño glosario……………………..……………………..……..77

Bibliografía…………………………………………………………79

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