lunes, 26 de diciembre de 2016

ARROJADOS AL PARAGUAY. COSECHA DE PENSAMIENTOS, LIBRO 10.


INTRODUCCIÓN



   No puedo pensar el desarrollo de mi escritura sino a partir de las doce semillas espirituales que constituyen a la serie “cosecha de pensamientos”. Y es que la escritura no precisamente surge de la nada, por simple capricho inentendible, sino de la necesidad de precisar y comunicar un pensamiento antes difuso o un sentimiento intenso. Y ciertamente, como dice Schopenhauer, para escribir bien hay que pensar bien, pero también podemos plantear lo inverso, para pensar bien, hay que aprender a escribir bien (y también, por extensión, a “sentir” más y mejor). ¿Por qué? Porque la escritura te obliga a ordenar, aclarar y profundizar tus pensamientos y afectos.

   Así que los escritos aquí presentados son los rastros que van quedando en el tiempo, como producto de la persecución de estos quijotescos afanes, que casi sin sentirlo, se van acumulando como las diminutas gotas de una canilla averiada, que terminan por hacer  rebosar de agua hasta al más enorme balde. 



   Pero detengámonos en el título del libro.

   A parte de constituir el suelo que nos ha acogido y la cultura que nos ha alimentado el espíritu, el Paraguay es un motivo de reflexión constante, que en momentos privilegiados nos llena de un gozo que trasciende todo interés científico, académico o político.

   En medio de tanta calamidad mundial, una oportunidad privilegiada se nos presenta en la contemplación estética, oportunidad que llega también junto a los símbolos e imágenes  que pueblan la cultura paraguaya, y que la han hecho desplegar sus dones espirituales a través de la historia.

   Por ello, parafraseando a Martin Heidegger, quien hablaba de que hemos sido arrojados a la existencia, sin siquiera decidirlo, nosotros podemos decir en forma más específica que hemos sido “arrojados al Paraguay”, y no precisamente -como dirían muchos alucinados por la modernidad- para nuestra desgracia, sino también –y esta es la perspectiva que queremos abrazar- para nuestro gozo.

   Y no necesitamos eludir las miserias de nuestra patria, metámonos en el lodo inmundo de nuestras penas y angustias, y desde ahí descubramos los horizontes y posibilidades –tanto críticas como estéticas- que nos da la reflexión y la vivencia de nuestra cultura y nuestra historia.



   Siguiendo nuestros planteamientos sobre antropología filosófica, hemos separado estos escritos en tres grandes partes, relacionadas con las que consideramos las principales dimensiones del hombre: la de ser con uno mismo, ser con los demás y ser en el mundo.

Enlace al libro completo:

https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWaFE4bjQya2RFTFk/view



viernes, 23 de diciembre de 2016

RESUMEN DE PUBLICACIONES DEL AÑO 2016


01/16:

-Sobre la mesura social. Ensayo sobre el pensamiento conservador. En línea:


02/16:

-Como estudiar en la universidad y escribir una tesina de filosofía. Ensayo sobre los desafíos del estudiante de filosofía. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWOF9DcUIxRVNlUjg/view

-El problema del sueño. Colección de cuentos. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWNlJvcnlzd3h0eGs/view

03/16:

-Paisajes guaireños (con Patrocinio Morínigo). Escritos de tierra adentro. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWWlN3eTlUdXNMNmM/view

-Una mirada hacia el infinito. Ensayo sobre el pensamiento moderno: En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWQjZ4TTQ1UWNNXzQ/view

04/16:

-Del pasivo al activo. Reflexiones sobre el dinero, los negocios y la economía. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWbVhjTms5M0ZRekk/view

-El último día. Cosecha de pensamientos, libro 4. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWaHNTRFppN1BNRUk/view

05/16:

-Leer, pensar y escribir. Ensayo sobre los desafíos del estudioso. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWZ1JER2tHWmgtQVE/view

-Vivir, cantar, morir. Letras y comentarios a composiciones musicales. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWbkw3T2cwaHNldXc/view

06/16:

-Pensar desde América. Hacia una visión estética del pensamiento latinoamericano. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWbWFWMllIME9jYzQ/view

-Pensado y escrito. Colección de ensayos filosóficos breves. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWc1VoQUszSy1XeVk/view

07/16:

-La Idea del Guairá. Ensayo sobre la historia de la cultura guaireña. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWQm1zT0FZWDZJNjg/view

-Cierra los ojos. Colección de poemas filosóficos. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWM2wxbmZvWmpZelE/view

08/16:

-Del campo a la ciudad. Ensayo sobre los procesos sociales del Paraguay. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWbWJPcHphYnZqcFk/view

-De paso nomás, ya me voy. Colección de narraciones. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWTDBsTm5mOUUyODA/view

09/16:

-En pos de una utopía. Ensayo sobre el pensamiento socialista. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWdGZfNFNzUUJzZ2M/view

-Llamado. Cosecha de pensamientos, libro 5. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWTmFSQnZPOW9Oa1E/view

10/16:

-En torno a un mundo gris. Ensayo de filosofía social. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWOFppSWFBbERQLUk/view

-Vivir y filosofar. Cosecha de pensamientos, libro 6. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWNEs5bWhxY1JjLTA/view

11/16:

-La auto-ética. Reflexiones sobre la vida humana individual. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWVHpoRFozUFFBTUE/view

-El camino. Cosecha de pensamientos, libro 3. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWNjVGWHhiaFh6eTQ/view

12/16:

-La Idea del Paraguay. Hacia una visión estética de la cultura paraguaya. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWOFY1VTVBMl9HYUU/view

-Arrojados al Paraguay. Cosecha de pensamientos, libro 10. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWaFE4bjQya2RFTFk/view


lunes, 19 de diciembre de 2016

INTRODUCCIÓN A “LA IDEA DEL PARAGUAY”


INTRODUCCIÓN[1]



 Ya no estamos para postular un historicismo con aspiraciones políticas, sin embargo, el campo de lo estético se nos ha abierto ampliamente, de modo tal que podemos aventurarnos a interpretaciones filosóficas de la historia y de la cosmovisión paraguaya, que nos den una perspectiva global y a la vez débil, que no solamente nos proporcione conocimientos, sino también goces espirituales. Así, la “Idea” del Paraguay se nos abre como un camino renovado para el conocimiento de nuestra cultura, y a su vez, para forjar el esquema de una identidad nacional en movimiento.

   Alguno podría plantear que a la hora de buscar goces intelectuales uno debería recurrir a una obra de carácter lírico y no a un ensayo histórico-filosófico, frente a lo cual sostenemos que una lectura que busca conocimientos o comprensión, no tiene por qué estar cerrada al deleite estético; aunque es cierto, las formas del trabajo deberán ser las propias de un estudio teórico y no de una poesía.

   En la búsqueda y vivencia de los arquetipos de la cultura paraguaya pretendemos alimentar nuestras reflexiones y fortalecer los pasos de nuestro recorrido, de modo a recrear constantemente esta interminable aventura de pensar estética, orgánica e históricamente al Paraguay.

   Pero ¿Qué queremos decir cuando hablamos de un conocimiento estético? Como todo conocimiento, el estético también constituye una polaridad entre sujeto cognoscente y objeto conocido. El objeto en la contemplación estética lo constituyen los símbolos, o los arquetipos, o las proto-formas que caracterizan al mundo contemplado (lo que resumimos con el término Idea); por su parte, el sujeto adquiere un estado distinto del que es propio de la cotidianeidad y la ciencia¸ pues se hace débil y abandona el apego hacia una realidad cotidiana infundada y esclavizante. Por ello, esta obra reclama del lector algo más que su mero estudio, reclama el intento de que se vivencien los caminos que van siendo recorridos por las ideas y razonamientos de los distintos capítulos y apartados. 

   Las reflexiones de Rodolfo Kusch, Octavio Paz y Victor Frankl sobre la filosofía latinoamericana que anida en lo profundo de las distintas manifestaciones culturales de los pueblos latinoamericanos, unido a los trabajos crítico-históricos de pensadores paraguayos como Adriano Irala Burgos, Juan Santiago Dávalos y Lorenzo Liveres Banks[2] (a pesar de sus afanes destructivos), nos dan a entender que el sendero del pensamiento desde Latinoamérica y el Paraguay nos conduce hacia horizontes aun insospechados.

   A propósito, aludiendo a las matrices narrativas de la historia paraguaya propuestas por Darío Sarah[3], podemos estar seguros, como  el autor parece indicarlo, que es posible ampliar las formas en las que nos conocemos e interpretamos, incluso si tales formas tienen afanes meramente estéticos. Pero al contrario de lo que espera Sarah, no proponemos una “mejor” interpretación de la historia cultural del Paraguay, logro que miramos con desconfianza, lo que si nos atrevemos a realizar es “otra” visión de ella.

   En medio de la dialógica entre la comprensión y la explicación, no está por demás decir que las pretensiones meramente estéticas de las reflexiones sobre la Idea del Paraguay revelan una preeminencia inapelable de la comprensión. Así, la misma búsqueda de objetividad pasa intencionadamente a un segundo plano.  Sumidos en el microcosmos paraguayo, marcharemos hacia la aventura de repetir un macrocosmos universal debilitado.

   Siguiendo la contraposición de Helio Vera[4], no podemos decir que la Idea del Paraguay se relacione con el Paraguay de gua’u o el Paraguay te’ete (en términos formales, cultura ideal y cultura real),  diferenciación que creemos no es fácilmente realizable. La Idea del Paraguay se sustenta en el estudio y la vivencia del mundo simbólico, mítico y mágico de la cultura paraguaya. ¿Es el auténtico Paraguay aquel que es descripto por las metódicas ciencias humanas?  La crisis de los fundamentos de la razón nos permite  creer que una lectura estética y hermenéutica también es posible y hasta necesaria.

   Así, la consideración del Paraguay por parte de Natalicio González, como un arquetipo (o una Idea), no es más que la constatación que el pensador guaireño ha hecho de la preponderancia del pensamiento simbólico-mítico-mágico sobre el empírico-racional-técnico en la cultura paraguaya.  Y hablar de la Idea del Paraguay es tratar de permanecer en ese marco maravilloso.

   Aquí pondremos al tapete esta preponderancia, pero no ya con pretensiones dogmáticas, como aquellas que pueden desprenderse de un abordaje acrítico de lo mítico o lo mágico, sino con la idea de hacer de nuestra propia “identidad nacional” una aventura de re-descubrimientos constantes. En tal sentido, la aventura llevada a cabo en este ensayo puede ayudarnos a valorar la cosmovisión paraguaya en medio de este maremágnum del mundo globalizado que desafía constantemente las construcciones de nuestra identidad tanto personal como cultural.

   Partiremos entonces de las semillas de la cultura paraguaya, (el Paraguay seminal) que se expresa en una visión originaria del hombre y del mundo, para luego ver su desarrollo orgánico e histórico,  a partir de una hermenéutica impulsada a partir de nuestras pretensiones estéticas.



 Enlace al ensayo completo:



[1] Cfr. Robert León Helman. En torno a un mundo gris. Ensayo de filosofía social. Interiora terrae, Asunción, 2013, p. 10-11. En adelante nos referiremos a nuestros trabajos con las siglas R.L.H.
[2]Cfr. Adriano Irala Burgos. La epistemología de la historia en el Paraguay. Estudios paraguayos, Vol III, nro. 2, 1975, p. 139-145; Dávalos-Livieres. El problema de la historia del Paraguay. En Beatriz G. de Bosio-Eduardo Devés-Valdez. Pensamiento paraguayo del siglo XX, Intercontinental, Asunción, 2006, p. 175-186.
[3]  Darío Sarah. Prólogo a: Mauricio Schvartzman. Una contribución al estudio de la sociedad paraguaya. SNC, Asunción, 2011.
[4] Helio Vera. En busca del hueso perdido. Servi libro, Asunción, 2006, p. 46-47.

viernes, 16 de diciembre de 2016

EL PARAGUAYO EN LAS SITUACIONES DE CONFLICTO


EL PARAGUAYO EN LAS SITUACIONES DE CONFLICTO

Por

Robert Léon Helman 



© INTERIORA TERRAE

roberthelman@gmail.com







Organización temática del ensayo:

1. Introducción

1.1. Pierre Bourdieu y Helio Vera

1.2. La práctica en Bourdieu y las situaciones de conflicto en el paraguayo

2. El paraguayo frente al conflicto

2.1. El ñembotavy

2.2. El opa rei

2.3. La solución so’o



I

  Para el desarrollo de nuestro trabajo nos valdremos de unos cruces bibliográficos que serán la fuente de nuestras preguntas y reflexiones, nos referimos al libro de Helio Vera, “En busca del hueso perdido”[1], a la obra de Pierre Bourdieu “El sentido práctico”[2], y a las ideas de Loic Wacquant sobre Bourdieu en “Una invitación a la sociología reflexiva”. Esto, por supuesto, no implica que no recurriremos a otros trabajos de los mismos o de otros autores, que también nos serán de utilidad. 



   Podemos hablar aquí de la “práctica”[3] que el paraguayo lleva adelante en las distintas situaciones de conflicto que le toca sobrellevar, pero para ello partiremos de la categoría que Bourdieu llama “habitus”, pero sin olvidar que éste nunca se da sin el concurso del “campus”[4].

   Pero ¿qué es el habitus? Es aquella preconcepción o disposición que “asegura la presencia activa de las experiencias pasadas que, registradas en cada organismo bajo la forma de esquemas de percepción, de pensamientos y de acción, tienden, con más seguridad que todas las reglas formales y todas las normas explícitas, a garantizar la conformidad de las prácticas y su constancia a través del tiempo”[5]. Y en tal sentido podemos hacer la siguiente pregunta: ¿cuáles son los habitus observables en el paraguayo cuando se enfrenta a situaciones de conflicto?

   Consideremos que Helio Vera pretende revelar que “el paraguayo tiene una manera típica de encarar la solución de los conflictos, la cual forma parte indisoluble de la cultura nacional. Se trata de un “estilo” general, de empleo en todo tipo de actividades, y no profesional o sectorial”. Sin muchos rodeos, pensamos que aquello que Vera llama “estilo” puede ser asociado con algún acierto con aquello que Bourdieu llama “habitus”. Para justificar esto fijémonos en otra definición de habitus, dada por Wacquant (intérprete destacado de Bourdieu) como “un conjunto de relaciones históricas “depositadas” dentro de los cuerpos de los individuos bajo la forma de esquemas de percepción, apreciación y acción”[6].

   Volvamos a insistir que estas disposiciones (aludidas por Vera) fueron formándose a lo largo de la historia de la sociedad y la cultura paraguaya, razón por la cual se constituyen en “habitus”.

II

   El paraguayo de la cultura tradicional no encara las situaciones de conflicto (sea de índole personal o social) de un modo inmediato y agresivo, sino que deja que los problemas entren en una especie de proceso de “congelamiento”[7], con lo cual la posible solución inmediata siempre es diferida.

   En tal sentido podemos identificar como una especie habitus base al ñembotavy. Y al introducir esta temática, debemos considerar que estamos aludiendo ya a dos capítulos del libro de Helio Vera, el que corresponde al estudio de la actitud defensiva del paraguayo y la que se relaciona propiamente con sus posturas frente al conflicto.

   El paraguayo se pone a la defensiva cuando se siente amenazado, pero de una manera no apremiante, y eso se da en situaciones de conflicto[8]. Se puede pensar que estos habitus del paraguayo encuentran su explicación en situaciones históricas de dominación, que ciertamente en el Paraguay han sido agudas, pero junto a ello, deberíamos considerar también la visión de mundo y del tiempo que el paraguayo de tierra adentro posee, y que también nos da pistas para entender sus actitudes frente al conflicto[9].

   En tal sentido, desde la base del ñembotavy, podemos plantear que los conflictos generalmente pueden despertar dos actitudes o disposiciones (o habitus): la de dejar que todo termine en el opa rei (terminar devalde) o la de disponerse a buscar una solución so’o (encarnecida, o visceral, a libre juego)[10].

   La actitud de esperar el opa rei le permite al paraguayo dejar que las diversas problemáticas que se le presentan cumplan una especie de ciclo de desarrollo hasta que finalmente se disuelvan por sí mismas.

    La disposición a buscar una solución so’o  consiste en un último recurso, cuando no hay más remedio que actuar, y entonces se enfrentará al problema sin métodos ni principios, a lo que salga, o como tradicionalmente se dice “A lo Paraguay”, o “A lo valle”, o también “A lo Luque”.



Conclusiones:

   Utilizando el marco teórico propuesto por Bourdieu hemos podido plantear que existen habitus que se expresan en las prácticas sociales del paraguayo, de manera particular en las situaciones de conflicto, que podrían ayudarnos a comprender al hombre del nuestra tierra, tanto para interpretar al pasado como para proyectar, a través de la educación, cambios que reditúen en el bienestar ciudadano.



[1] Helio Vera. En busca del hueso perdido. Tratado de paraguayología. El lector, Asunción, 2006.
[2] Pierre Bourdieu. El sentido práctico. Siglo veintiuno, Bs. As., 2007.
[3] Cuando Bourdieu habla de práctica se refiere al “ámbito de la dialéctica del opus operatum y del modus operandi, de los productos objetivados y de los productos incorporados de la práctica histórica, de las estructuras y de los habitus” (El sentido de la práctico, ed. cit., p. 85-86).
[4] El campus puede ser entendido como “un conjunto de relaciones objetivas e históricas entre posiciones ancladas en ciertas formas de poder (o capital)”. Loic Wacquant. Una invitación a la sociología reflexiva. Siglo XXI, Bs. As., 2005, p. 41.
[5] Pierre Bourdieu. El sentido práctico, ed. cit., p. 88-89.
[6] Loic Wacquant. Una invitación a la sociología reflexiva, ed. cit., p. 41-42.
[7] Expresivamente, Helio Vera habla de meter los problemas en el “freeser”.
[8] “Nada de incurrir en la tontería de hacer frente al temporal. En vez de ello, aplicará rápidamente la desconcertante táctica del ñembotavy”. Helio Vera, En busca del hueso perdido, ed. cit., p. 172-173.
[9] Podríamos incluso plantear que este tipo de actitudes tiene que ver con la preponderancia que tiene el uso del hemisferio derecho sobre el izquierdo, en el paraguayo de tierra adentro. Recordemos que el primero de estos hemisferios se relaciona con la captación de totalidades, de o de un conocimiento integrado; en cambio el segundo hemisferio se asocia con el pensamiento analítico, aquel que separa lo que en un principio se encuentra unido. Para más datos sobre los caracteres de ambos hemisferios, Véase: Edgar Morin. El método 3. Cátedra, Madrid, 2006, p. 99.
[10] Helio Vera. En busca del hueso perdido, ed. cit., p. 182.

viernes, 2 de diciembre de 2016

COMENTARIOS A “EL JUEGO DEL MUNDO”



EL JUEGO DEL MUNDO (Letra y música: Robert León Helman)
Arrojar los dados es vivir de verdad, entre la timba de existir…
Y jugar, entre los árboles, las escondidas, buscar a algo que pueda enseñar el juego del mundo…
Y así vivir la canción, de un partir, entre las cruces de un morir…
Y al oír, la voz que llega así, como un lamento, lejanías de una tierra de sangre y sol, que enseña el juego del mundo…

Comentarios:
   “Arrojar los dados es vivir de verdad, entre la timba de existir…” Por más puntillosos que puedan ser nuestros “planes de vida”, al final, como decía Ortiz Guerrero “siempre el destino gana la apuesta de la vida”[1]. Y este es un punto importante, porque aquello que en el tiempo-espacio de la cotidianeidad es puro azar, en el tiempo-espacio de la experiencia estética puede hacerse destino. 
   “Y jugar, entre los árboles, las escondidas, buscar a algo que pueda enseñar el juego del mundo…” Cuando se alcanza una experiencia estética, la vida se asemeja a un sueño, a un experimento o a un juego; un juego, que en medio de las luchas por la subsistencia, de los afanes por ganar dinero y por figurar mejor, pareciera estar marcado por los peligros, las amenazas y las luchas, pero que a través de una visión artística se hace un sino maravilloso.
   “Y así vivir la canción, de un partir, entre las cruces de un morir…”   La angustia, como enseñaba Heidegger, nos pro-yecta hacia la muerte, y es en ese marco existencial en el cual podemos hacer una “apuesta” fuerte por alguna de las posibilidades que nos ofrece nuestra vida[2]. Cuando el “fin” está en nuestra perspectiva como un hermoso paisaje, la vida de improviso se llena de una claridad omniabarcante, que nos permite elegir nuestro rumbo, y hacerlo nuestro propio destino, y ese es el auténtico “juego del mundo”.
   “Y al oír, la voz que llega así, como un lamento, lejanías de una tierra de sangre y sol, que enseña el juego del mundo…”. La tierra de sangre y sol es el símbolo de la conjunción de lo más inmediato de nuestro ser, lo que sentimos en nuestra carne (regada por la sangre), y el sol, asociado con la luz que revela el mundo a nuestra inteligencia y sensibilidad, como un juego asombroso, el juego del mundo…



[1] Manuel Ortiz Guerrero. Del poema “Suma de bienes” en Antología poética. El lector, Asunción, 1996, p. 13.
[2] Urdanoz, Teófilo. Historia de la filosofía, T VI. B.A.C., Madrid, 1988, p. 537. 

Enlace al video:

lunes, 28 de noviembre de 2016

EL CAMINO. COSECHA DE PENSAMIENTOS, LIBRO 3.


INTRODUCCIÓN[1]



   Toda gran aventura posee un comienzo, una raíz, aunque se sitúe en medio de la monotonía de la cotidianeidad. Y la lectura, la reflexión y la escritura son grandes aventuras, que parten desde decisiones radicales, considerando toda la miseria material y espiritual que acompaña a la vida humana. Y así, este pequeño libro es la raíz de un árbol que continua dando frutos, o en otras palabras, aludiendo al título de la obra, es el camino (la palabra método se deriva de los términos griegos “metha”: más allá, y “odos”: camino) a partir del cual se ramifican otros varios.



   La escritura fragmentaria posee una larga historia en lo que hace a la literatura filosófica, por citar unos pocos ejemplos, podemos recordar que gran parte de los escritos conservados de estoicos y epicúreos son cortos pero intensos; también, ya en la modernidad, Schopenhauer incursionó en los micro escritos, y a su vez su discípulo Friedrich Nietzsche,  a quien quizá sus constantes ataques de migrañas sólo le permitían escribir de esa manera.

   No importa mucho la forma en que nos iniciemos en la escritura filosófica, más vale mantener encendida la llama del asombro ante el mundo, el hombre y la sociedad, para así encontrar un sendero que nos permita seguir creyendo en el pensamiento como una irrenunciable medicina para los dramas humanos.

   Al final, como daba entender David Hume al culminar la demolición del dogmatismo de su época, lo que también podemos esperar de la filosofía es “modestia y humildad”[2], y ¿porque no? También una pisca (o mejor una buena dosis) de ironía ante las circenses imágenes de nuestro mundo.

Enlace al libro completo:





[1]  Los siguientes escritos han aparecido a lo largo del año 2003, y formaron parte originalmente del libro “Sublimes pasos hacia la escoria”, publicado en el 2004. La primera edición de “El camino” fue publicada en el año 2011.  Los comentarios han sido añadidos en el año 2010 en su gran mayoría. Nos hemos propuesto agrupar los escritos de acuerdo a las que consideramos dimensiones fundamentales del hombre, la de ser en el mundo, ser con uno mismo, y ser con los demás.

[2] David Hume. Letter from a Gentleman. Citado en David Hume. Tratado de la naturaleza humana. Estudio preliminar. Folio, Barcelona, 2000, p. 36.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

LA AUTO-ÉTICA. REFLEXIONES SOBRE LA VIDA HUMANA INDIVIDUAL


INTRODUCCIÓN[1]



   Ya en la antigua Grecia, en particular desde Sócrates y los sofistas, se plantearon cuestiones que hasta hoy siguen inquietando a aquellos que se atreven a reflexionar sobre sus vidas: la felicidad, el buen vivir, la prudencia, las normas de conducta, etc.

   Por nuestra parte en este ensayo, no nos preocuparemos por buscar una felicidad llena de exigencias y condiciones (como acaso lo planteó alguna vez Aristóteles),  nos bastará con sostener que una vida tolerable es posible, desde la base del cultivo del espíritu[2].

   El hombre es un ser complejo (múltiple en su unidad) y se despliega existencialmente en tres dimensiones: como ser en el mundo, como ser consigo mismo y como ser con los demás. En cuantos seres con nosotros mismos, tenemos dos facultades fundamentales, conocer y actuar. En tal contexto, la auto-ética constituye un conjunto de conocimientos y prácticas, centrado en la dimensión humana de ser con uno mismo, pero que se extiende recursivamente hacia la sociedad y el medio ambiente. 

    Podemos plantear que nuestra auto-ética posee un objetivo fundamental: la construcción de la subjetividad desde lo trascendente.  Y esto lo consideramos importante porque uno de los principales desafíos de la humanidad, tanto en el presente como también en el futuro es contrapesar la desintegración espiritual del individuo[3].



   La palabra trascendente proviene del prefijo “trans”, que significa “a través”, o “de un lado hacia otro”, y el término latino “scandere”, trepar, escalar, más el sufijo “nte”, que alude a una acción. Entonces etimológicamente lo trascendente es “el paso de un lado hacia otro”. Uno de estos lados no es más que la cotidianeidad, con todas sus miserias e insatisfacciones, mientras que el otro lado se relaciona con la experiencia estética, que modifica radicalmente al mundo, haciendo de la vida a la vez un juego, sueño y experimento.

   En cuanto seres en relación con nosotros mismos, estamos inmersos en un mundo en el que se han desvanecido los fundamentos que el pensamiento tradicional había establecido; un abismo anida en la trágica travesía humana hacia ninguna  parte. Esta situación se refleja a su vez en la condición del sujeto, que ahora se muestra “débil”, o “crepuscular”, como lo explicó Gianni Vattimo[4]. Y este contexto en el que se desarrolla el pensamiento actual constituye para nosotros un renovado espacio para lo trascendente. Sin embargo, sigue siendo necesario que el hombre por lo menos plantee una dirección consciente a su vida (a la manera de una estrategia, no de un programa[5]), de modo a no dejarse llevar por la corriente de la masificación social, o para no caer en la ilusión de que se está viviendo una realidad fundada y absoluta, y a su vez, para establecer las condiciones para que advenga lo trascendente.

   Precisamente, uno de los propósitos importantes de la auto observación (uno de los tres grandes capítulos de este ensayo) es el logro de un “estado de alerta”, a partir del cual se accede al “estado de angustia”, que nos abre a la experiencia estética radical (en donde un mundo maravilloso se muestra sobre el abismo de la nada).

   Plantearemos el desarrollo del ensayo desde lo más teórico a lo más práctico, y así comenzaremos con el auto-estudio, pasaremos por el auto-trabajo y concluiremos con la auto-observación.   

 Enlace al ensayo completo:





[1] Este ensayo se erige a partir de la reflexión en torno a nuestros doce libros de la serie “cosecha de pensamientos”; también se apoya en nuestro ensayo sobre el problema del hombre, titulado “Retorno”.
[2] Lo que en términos de Pierre Bourdieu denominaríamos el “cultivo del capital cultural incorporado”. Véase Pierre Bourdieu. Las estrategias de la reproducción social. Siglo Veintiuno, Bs. As., 2011, p. 215.
[3] R.L.H. Del pasado al futuro. Ensayo sobre el devenir del hombre. Interiora terrae, Asunción, 2015, p. 30.
[4] Gianni Vattimo. Las aventuras de la diferencia. Península, Barcelona, 1990, p 55-57. También, del mismo autor. El sujeto y la máscara. Península, Barcelona, 1989, p. 191-221.
[5] Cfr. Edgar Morin. Introducción al pensamiento complejo. Gedisa, Barcelona, 2007, p. 113 y 116.

viernes, 4 de noviembre de 2016

COMENTARIOS A LA ETERNA BORRACHERA


LA ETERNA BORRACHERA (letra y música: Robert León Helman)

Siembro caminos de guitarras que hablan al viento…
tomo el trago amargo de esta vieja historia…
 y entre aquella sombra que esconde la llave correcta…
camina errante un ebrio con ojos de fuego…
Es el velo del universo…
es la vieja historia del tiempo…
me muestra su necia sonrisa de perro…
es el eterno afán de la vida…

Comentarios:
   Este tema está fuertemente marcado por la presencia de las ideas de Arthur Schopenhauer. El ebrio bandolero no es más que el hombre en su aventura trágica, que no logra en sus interminables afanes más que un mísero bocado para paliar un hambre radical, el hambre insaciable del ser, de la voluntad.
   “Siembro caminos de guitarras que hablan al viento…”. La guitarra es el gran vehículo de nuestras expresiones musicales, en ella se apoya la voz para desplegar los tejidos literarios, que son lanzados al viento para culminar así el ciclo de la creación artística.
   “Tomo el trago amargo de esta vieja historia…”. Para Schopenhauer “vivir es padecer”, y así esta “vieja historia” de la humanidad se parece a un “trago amargo” cuando la contemplamos desde la memoria histórica, pero he aquí lo maravilloso de la experiencia estética, esta amargura se transmuta en gozo cuando nos adherimos con plenitud a los símbolos de la obra. La función liberadora del arte nos permite aspirar a este bálsamo para las desdichas cotidianas.
  “Y entre aquella sombra que esconde la llave correcta…” Las sombras no son sino nuestro mundo cotidiano, pletórico de miserias y necesidades, que cuando se extreman desembocan en las llamadas “situaciones límites”, que dan lugar al estado de ánimo fundamental, la angustia, la “llave correcta” que nos abre a la experiencia estética radical.
   “Camina errante un ebrio con ojos de fuego…” este ebrio de deseos interminables no es más que la figura del hombre, anhelante de una felicidad que siempre se le escapa de las manos, errante entre placeres y dolores que lo mantienen atolondrado.
   “Es el velo del universo…” El universo entero es como el velo o la máscara con la que se atavía la voluntad, esencia del mundo, y así lo que más se valora en la cotidianeidad, sea dinero o fama no son más que ilusiones que nos permiten mantener tapada a la voluntad, puesto que verla en su pureza nos llevaría a un terror visceral (relacionado íntimamente con lo que llamamos angustia).
   “Es la vieja historia del tiempo…” Un tiempo que parece ser la repetición incesante de las desgracias humanas, el eterno retorno de los juegos del dolor y del placer, que crea y destruye individuos, sociedades y culturas, acontecimiento que ya también se ha desplegado hacia la naturaleza (ésta misma a la que tratamos como una bestia de carga)…quizá el último recinto sagrado del hombre…
   “Me muestra su necia sonrisa de perro…” La metáfora de la sonrisa de perro representa a una alegría banal, detrás de la cual yace un mar de frustraciones que se tratan de ocultar a toda costa, pero que sin embargo constituye una constante en la vida humana.
   “Es el eterno afán de la vida…” vuelve finalmente la temática de la voluntad, esencia del mundo, fundamento metafísico del cosmos. Como planteaba Schopenhauer, fuera de la voluntad no existe sino la nada, una nada que ya para nuestro propio entender se revela a la par que se da una experiencia estética radical.
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