Filósofo y sociólogo paraguayo.
Es un pensador difícil de catalogar (podemos ubicarlo dentro de la generación
del 2010), pero es posible notar inclinaciones hacia el pensamiento socialista
francés contemporáneo (en especial desde Maurice Merleau-Ponty), lo que nos
llevaría a asociarlo con lo que llamamos “línea crítica del pensamiento
paraguayo”; pero además de eso, es posible distinguir una especie de
nacionalismo crítico en sus reflexiones (aunque alguno podría preferir
distinguir su posición de analista a la de adherente).
Para tratar de aclarar su
posicionamiento, podríamos apelar a una comparación, se podría decir que ahí
donde José Manuel Silvero (perteneciente también, según nos parece, a la línea
crítica del pensamiento paraguayo) se distancia del nacionalismo[1], Duarte
trata de sostenerlo, no ya a través de un dogmatismo cuasi religioso (como el
de O’leary), sino mediante una visión mesurada, a la que Duarte llama
“reevaluación crítica”, que trata de separar el trigo de la cizaña.
Otro rasgo de su reflexión es el
acercamiento a personajes y situaciones que aparecen en medio de los
acontecimientos políticos nacionales, como lo vemos en sus análisis sobre Payo
Cubas, Fernando Griffith o las “Elecciones presidenciales del 2023: el regreso
del cartismo, la crisis de la oposición y las reglas del juego político
paraguayo” (en colaboración con Lorena Soler). Entre todos sus trabajos cabe
destacar su artículo del 2024: “El nacionalismo paraguayo en su compleja
dimensión instituyente” (en colaboración con Martín Duarte Penayo).
Análisis del nacionalismo paraguayo
Entre sus ideas resalta la explicación de
un nacionalismo que emerge del tejido social paraguayo luego de la guerra de la
Triple alianza, algo a lo que el autor llama “proto nacionalismo”. Este “discurso
disidente”, plantea el autor, se convertirá en la “historia oficial del Estado”
después de la guerra del Chaco.
Generalmente se asocia al nacionalismo
con una historia hecha “desde arriba”, conectada a su vez con la línea teórica
historicista-nacionalista, sin embargo, Duarte pretende verlo como expresión de
una historia que emerge “desde abajo”, como un “discurso disidente”, lo que de
alguna manera nos revela también su perfil de pensador socialista. Frente a
aquellos que pretenden ver a la nación como un engendro del Estado sostiene que
ello sería “una
visión de lo social tan mítica como la idealización del pasado criticada en el
discurso nacionalista”[2].
Sumado a eso, aludiendo a los trabajos de
Peter Lambert e Ignacio Telesca, el autor sostiene que “previo a la guerra de
la Triple Alianza la percepción de la nación no tenía mucho que ver con un
sentido de pertenencia característico de las modernas entidades
estados-naciones”[3],
un planteamiento que con ciertos ajustes podría implicar que antes de la guerra
de la Triple Alianza -o incluso hasta el inicio del siglo XX, si seguimos las
ideas de Duarte- el Paraguay era una sociedad de súbditos y no una sociedad de
ciudadanos, algo que curiosamente nos acercaría a las críticas de Cecilio Báez
hacia el régimen de los López.
Si esto es así, entonces se podría
plantear que el nacionalismo paraguayo, ya como discurso estructurado, nace a
la par que el brote de la cultura paraguaya moderna, de la mano de los
pensadores novecentistas, que supieron asimilar este clamor social surgido
“desde abajo”.
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