Fue un filósofo
mexicano. Podríamos ubicarlo dentro de una generación del cuarenta, dentro del
pensamiento latinoamericano. Es uno de los principales representantes de la
corriente “historicista” de la filosofía latinoamericana. Recibió el fuerte
influjo del filósofo español José Gaos (quien perteneció a la llamada “escuela
de Madrid”, liderada por José Ortega y Gassett). Escribió obras como “El
positivismo en México”, “La filosofía americana como filosofía sin más” (1969),
“Filosofía de la historia latinoamericana” (1979), “Latinoamérica, un nuevo
humanismo”, “América como auto-descubrimiento”. Formó parte del “grupo
Hiperión”, conformado por pensadores mexicanos que buscaban conjugar el
pensamiento americanista desarrollado por filósofos como José Vasconcelos y Samuel
Ramos, con los últimos desarrollos de la filosofía mundial, entre los que se
encontraba la fenomenología, el existencialismo o el vitalismo.
La
filosofía latinoamericana como filosofía sin más
En la obra “La filosofía latinoamericana como filosofía sin
más” retoma la pregunta que se había hecho el filósofo peruano Augusto Salazar
Bondy: ¿Existe una filosofía de nuestra América? Esta pregunta, dice Zea, nos
lleva a preguntarnos por la diversidad cultural, justamente frente al Logos, al
Verbo, a la Palabra, que desde el pensamiento occidental pretendía ser
universal y unitaria. Así, la pregunta por la existencia de una filosofía
latinoamericana nos dirige a cuestionarnos por la peculiaridad misma que
adquiere el pensamiento humano, es decir, nos lleva a “re-preguntarnos” por los
grandes problemas de la filosofía, desde una “realidad” que no nos es ya ajena,
sino que constituye el suelo, la base, la raíz, desde la cual inevitablemente
pensamos.
Zea sostiene
que ésta es una “extraña filosofía”, porque “a ningún griego se le ocurrió
preguntarse por la existencia de una filosofía griega, así como a ningún latino
o medieval, ya fuese francés, inglés o alemán se le ocurrió preguntarse por la
existencia de su filosofía”.
Y así, tomando
en consideración lo que plantea Zea, podemos preguntarnos también nosotros:
¿existe una filosofía paraguaya?
(Extracto de "Robert León Helman. Pensar desde América. Hacia una visión estética del pensamiento latinoamericano").
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