Filósofo
paraguayo. Puede ser ubicado dentro de la línea del pensamiento socialista en
el Paraguay, iniciada por Rafael Barret, y seguida en un marco académico por
Juan Santiago Dávalos y Juan Andrés Cardozo. Un carácter peculiar de su trabajo
es el intento de lograr un “pensamiento híbrido”, entre la Filosofía Política y
las Ciencias Políticas.
Andino ha publicado en varios canales
culturales artículos sobre filosofía y pensamiento social. De alguna manera sus
ideas reflejan la integración de los pensadores paraguayos a los círculos del
pensamiento latinoamericano, que se intensificó en los años noventa (con Juan
Andrés Cardozo, Darío Sarah o Sergio Cáceres Mercado). Recibió influencias del filósofo argentino
Enrique Dussel y del paraguayo José Manuel Silvero.
Entre sus obras destacamos su estudio
sobre Cecilio Báez en una publicación en conjunto del año 2013 y “Logos guaraní. Apuntes de pensamiento
ético-político paraguayo” del 2019.
Andino hace filosofía, y por eso, antes de
introducirnos por los senderos de su pensamiento podríamos preguntar qué es
para el filósofo guaireño este, muchas veces, enigmático campo de estudio. Al
respecto dice:
El filosofar se ejerce como deudor agradecido de otros
aportes científicos en un horizonte multidisciplinar o trans-disciplinar que
permita el surgimiento de las condiciones de posibilidad del diálogo necesario.
La filosofía se vuelve así un elemento de crítica y de constante aguijoneo
epistémico de nuestros marcos categoriales, pues no siempre somos conscientes o
traemos a la palestra nuestras respectivas matrices conceptuales.
Aquí Andino nos revela que en su pensamiento
los caracteres crítico, gnoseológico, epistemológico y hermenéutico tendrán preponderancia. No obstante, en un
pasaje que volveremos a leer más adelante dice que el logos guaraní surge desde
una “trascendentalidad metafísica”. Este tipo de alusión a lo metafísico, que
no abunda en su obra principal, nos permite de todas maneras tener una
referencia para una interpretación más íntegra de su pensamiento.
a. Logos Guaraní
a.1. Generalidades
En el prólogo al libro Silvero habla de un
“rescate de una “sabiduría primigenia””. Y
a esta sabiduría primigenia Andino la llama “Logos Guaraní”. El mismo Andino al
plantear el problema de su obra, escribe sobre el intento de rescatar las
“sabidurías primigenias” que se da en el contexto del pensamiento
latinoamericano de los últimos cincuenta años.
En la introducción a su obra Andino
aclara, cuando se refiere a sus herramientas conceptuales que privilegia “el
análisis desde las categorías del giro
descolonial del pensamiento latinoamericano y las propuestas actuales de la
filosofía intercultural”.
Pero si esto constituye el marco teórico de Andino, lo que le da vuelo a sus
reflexiones sobre el pensamiento guaraní es la hermenéutica, conectada íntimamente con una ética dialógica. Y a
partir de ahí buscará también los causes para re-pensar a la política.
Pero ¿Qué busca Andino en sus reflexiones?
El mismo autor nos indica el horizonte:
En este trabajo queremos asumir un logos como discurso, palabra (verbo), dotado de un sentido
analógico, o, por decirlo en términos de
la cultura guaraní: como razón discursiva, que muestra su sentido a través de
la palabra regalada. Seguir una tradición del logos dialógico nos posibilitará el análisis y la apreciación del logos guaraní abierto al diálogo (pues
es en su ser palabra-discurso) y a la construcción de sistemas éticos y
políticos pertinentes en el contexto nacional y regional.
Este logos guaraní (discurso lógico)
intentará mantenerse en la trascendentalidad metafísica desde donde surge, pero
al mismo tiempo sentará las bases del teko (modo de vida) guaraní que regulará
todos los órdenes de la vida, como se verá más adelante.
Andino descubre al mito en su función utópica, que es propicia para llevar adelante
una ética que mejore la convivencia y a la vez una crítica de las condiciones
actuales de la sociedad y la cultura.
En tal sentido (basándose en ideas de autores como Ricoeur o Dussel) encuentra
una conexión estrecha entre mito y logos, pasando por encima de cualquier
concepción dualista entre este par de términos.
Cuando Andino aborda la cuestión del logos
en el pensamiento latinoamericano desarrolla
dos frentes: la interpretación del término en el contexto latinoamericano y su
relación con el problema de la identidad.
a.2. El pensamiento paraguayo
En la segunda parte de su obra principal
Andino habla sobre “matrices interpretativas” (También se alude a “matrices
narrativas”,
“matriz teórica”,
“matriz conceptual” o
“gran relato”)
y “líneas de reflexión” para referirse a posicionamientos emparentados a lo
largo del desarrollo del pensamiento paraguayo.
Se refiere primero a dos matrices teóricas
que tomaron al logos guaraní, para conectarlo con la idea del mestizaje, pero
en forma tergiversada, afirma Andino. Estas matrices son: las del positivismo
liberal y la del nacionalismo romántico. En cambio alude a Rafael Barret,
como un pensador que defiende a los guaraníes de esta tergiversación.
Parece relevante considerar que Andino
presenta como “matriz teórica” a las
coincidencias que se dan en un tipo de enfoque del pensamiento paraguayo que
denomina como “sátira socio-anecdótica”, así denominada porque “privilegia como
fuente de análisis la observación de las vivencias y experiencias concretas y
la sabiduría popular paraguaya”. Entre
los representantes de esta línea de ideas se cita a Helio Vera, Miguel Ángel
Pangrazio y Saro Vera.
Andino también escribe sobre una “matriz
conceptual” que corresponde a una “antropología científica”.
Como exponentes de esta línea de pensamiento se cita a los tres clásicos
antropólogos de los guaraníes: León Cadogan, Kurt Unkel Nimiendajú y Egos Schaden,
además de otros estudiosos como Branislava Susnik, Miguel Chase Sardi o
Bartomeu Meliá.
Refiriéndose a Pierre Clastres, Andino sostiene que el antropólogo y filósofo
francés “funda las bases para construir una filosofía de y desde la palabra en
la que todavía hay que seguir avanzando”.
Este pasaje nos parece muy interesante porque nos permite notar primero, el
valor fundamental que tiene para el trabajo de Andino el pensamiento del
Clastres, y segundo, la forma en que Andino ve la filosofía, como conectada con
construcciones de sistemas de ideas.
Y el escrito de Andino revela el intento de construir un sistema de ideas.
Y más
precisamente, Andino escribe al referirse a Clastres y a su esposa que:
“esbozaron un pensamiento filosófico a partir de las categorías inherentes a la
sabiduría guaraní”.
Y es eso lo que también tratará de hacer Andino en la tercera parte de su
trabajo, aunque reduciéndose al ámbito ético-político.
a.3.
Ética y política
Andino parte
de sus reflexiones sobre el Logos guaraní para desde ahí plantear una especie
de actualización de la ética y la política guaraní a partir de una conjunción
con pensadores actuales de la ética como Habermas o Apel.
Se posiciona
con tres categorías simbólicas (también llamados postulados mínimos),
a los que adhiere una “fundamentación formal”: Ñande reko (nuestro modo de
vida), como principio ético; Yvy
marane’y (tierra sin mal), como principio político; y la reciprocidad, como
principio económico. Todas estas categorías están asociadas con el carácter
central que posee la palabra en la cultura guaraní. De ahí la alusión al Logos
Guaraní, y de ahí también la conexión con una filosofía del lenguaje,
direccionada hacia la ética, la política y la economía.
Pero de aquí
también emerge la orientación utópica
de Andino, en especial cuando se refiere a la reciprocidad, pues pretende
“encontrar en ella elementos que nos permitan plantear una política diferente para una nueva
sociedad”.
Y aquí cabe reflexionar sobre como conjugar unos principios mínimos (son
mínimos porque son puestos con la pretensión de que lo acepten personas con
culturas y proyectos de vida distintos) con unos afanes utópicos.
También cuando
Andino dice: “Los dos principios “formales” de fundamentación ética y política
encuentran su momento de concreción “material” fundamental en la economía”,
con lo cual el autor parece conjugar una ética formal con otra material. Sin
embargo, lo que se pretende establecer, son
fundamentaciones formales, incluso en el caso del principio económico. De
cualquier manera, aquí el autor parece seguir un camino indicado por Enrique
Dussel.
Mas, al
sostener una ética material se echa mano explícita o implícitamente a una concepción
de la “naturaleza humana”, que en el caso del principio económico de Andino
tiene que ver con la vida, lo que nos puede hacer pensar en un vitalismo o en
un voluntarismo, cuestiones que Andino no desarrolla.
En lo que hace
a su planteamiento de una “fundamentación formal”, ésta debe ser interpretada,
como lo plantea Andino, desde una ética dialógica.
Su posición en
relación con la modernidad revela su
adhesión a la idea de Dussel de una trans-modernidad, un planteamiento de
alguna manera paralelo a lo que se conoce como postmodernidad.
(Extracto de "Robert Léon Helman. En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historias de las ideas en el Paraguay),
")