Fue un
pensador y pedagogo paraguayo. Puede ser incluido dentro del grupo de estudiosos
que Raúl Amaral catalogó como “novecentistas”. Recibió el influjo de pensadores
como John Dewey o María Montessori. Bajo su dirección se llevó adelante la
Reforma Educativa de 1922 en el Paraguay, que tuvo su incidencia hasta 1957
Cardozo
plantea que la educación no debe orientarse sólo hacia la formación profesional
de los estudiantes, sino que debe propiciar un crecimiento integral, que
abarque lo físico, lo mental y lo social.
Desde
la “Escuela Activa” el ideal fue “sustituir la escuela caracterizada por el
cientificismo y el racionalismo enciclopedista por otra basada en la capacidad
y aptitud del niño para aprender de acuerdo con sus disposiciones naturales”
(Álvares Cáceres, citado en Gimenez, 2006). Es decir, haciendo algunas
relaciones ajustadas, esto tenía que ver con el paso de la visión pedagógica de
Cecilio Báez a la de Eligio Ayala.
De
manera particular la educación debía hacer posible que el individuo se
convierta en un ciudadano, capaz de participar y aportar para el sostenimiento
y el mejoramiento de una sociedad democrática. Con la reforma educativa de 1922,
se logró suplantar los libros de lectura de la escuela primaria, que eran
argentinos, por otros que fueron escritos por paraguayos (entre ellos el mismo
Cardozo), con el propósito de instaurar un nacionalismo moderado, que colabore
con la construcción de una sociedad moderna y de una ciudadanía responsable.
Por
supuesto, con los regímenes políticos instalados desde la segunda mitad de los
años treinta del siglo pasado en el Paraguay, estos planteamientos no pudieron
encontrar un suelo fértil, de todas maneras, la obra y el pensamiento de Ramón
Indalecio Cardozo, pueden seguir siendo el motivo para una reflexión sobre los
principios de la educación paraguaya.
(Extracto de "Robert León Helman. En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el Paraguay")
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