Fue un filósofo paraguayo. Influenciado por
el pensamiento de Martin Heidegger y por el neo-marxismo, en particular Arthusser[1]
(Juan Andrés Cardozo lo cataloga como un neo-hegeliano de izquierda).
Estudió en la U.B.A., en la Universidad de
Heidelberg y en la Universidad Libre de Berlín. En Alemania defendió su tesis
doctoral sobre “El concepto del arte en Heidegger”.
Falleció joven (45 años), en un accidente
automovilístico, habiendo participado de la generación que dio inicio a la
filosofía académica en el Paraguay.
Siempre se lo recuerda por su ensayo “El
problema de la historia del Paraguay” (1967), escrito junto a Lorenzo Livieres
Banks. También escribió “Cecilio Báez como ideólogo” (1967).
Una de las dos grandes líneas de ideas
presentes en el inicio de la filosofía académica en el Paraguay se inicia con
Dávalos, línea que calificamos como crítica, neo-marxista y existencialista,
una dirección que continua hasta nuestros días con pensadores como Juan Andrés
Cardozo, José Manuel Silvero o Cristian Andino.
El
problema de la historia del Paraguay
Para Dávalos
“el problema de la historia del Paraguay” es la “situación en la cual un ente
histórico se ve enfrentado al cambio de un rumbo anterior cierto por uno nuevo
e incierto” (1967/2006, p. 178). Y esta situación venía de
la mano con una “crisis”, debido al paso problemática entre una sociedad
tradicional a otra moderna.
Frente a esta
situación crítica se pregunta: “¿Qué han meditado los paraguayos respecto de su
propia historia” (1967/2006, p. 179). Es decir, el planteamiento es doble, por
una parte se propone el problema de la historia del Paraguay (el paso de lo
tradicional a lo moderno) y por otra como han encarado este problema los
pensadores paraguayos (en este caso los elegidos para este análisis: Natalicio,
Prieto, Benítez y Cardozo). La respuesta es que en estos autores predomina un
marco teórico con enfoques como el determinismo o el substancialismo
naturalistas; con ello, sostiene, se deja de considerar el carácter conflictivo
de la realidad social y cultural, lo que a su vez impide divisar en su justa
dimensión la situación crítica en la que se encuentra el país.
Dávalos
utiliza de una manera peculiar los términos “inmanente” y “trascendente”, el
primero, para referirse al determinismo y al substancialismo naturalistas
propios de los pensadores paraguayos estudiados, y el segundo, para apuntar el
“momento” que revela la condición del “problema de la historia del Paraguay”,
marcado por la presencia del conflicto
dialéctico entre lo tradicional y lo moderno. Y precisamente, el modo
“substancialista” de analizar la historia lo asocian con la tradición, mientras
que el modo “dialéctico” de hacerlo lo conecta con la modernidad, es decir,
Dávalos y Livieres pretenden introducir un nuevo enfoque analítico dentro del
pensamiento paraguayo.
[1] Cfr. José Manuel Silvero. Cecilio
Báez. 2011, p. 69-70.
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