jueves, 19 de mayo de 2022

A OCHENTA AÑOS DE LA MUERTE DE BRONISLAW MALINOWSKI (1884-1942)

 

     Fue un antropólogo polaco. Quizá fue el principal exponente de la antropología funcionalista (como un precursor podemos considerar al sociólogo Emile Durkheim, en especial a partir de sus trabajos sobre la religión). Desarrolló el método de estudio propio de las ciencias sociales denominado “observación participante”.

     Para Malinowski la pretensión de los evolucionistas de explicar las diferencias y semejanzas entre las culturas estaba marcada por meras especulaciones debido a que no existían documentos históricos que pudieran avalar tales planteamientos.

     En contrapartida, lo que Malinowki creía era que las prácticas sociales debían ser entendidas como cumpliendo una determinada función en beneficio de los individuos. El conjunto de funciones sociales explicaría a la sociedad y a la cultura como un todo, a partir de lo cual se podría entender  mejor, si acaso fuera posible, los orígenes de esta totalidad. De ahí que a los funcionalistas les interesaba más las similitudes entre las culturas (que expresaban unas mismas funciones sociales) antes que las diferencias.

 

     Frente a Tylor, Malinovski sostenía que la principal función de la religión era la de disminuir el miedo, la ansiedad o la angustia en las situaciones límites de la vida. Vemos aquí la diferencia de teorías antropológicas, por parte de Tylor el evolucionismo y por parte de Malinovski el funcionalismo.

    La magia para Malinovski también ayudaba a reducir el miedo o la ansiedad, pero a través de encantamientos, fórmulas o hechizos que se asociaban a situaciones particulares de la vida, como por ejemplo la pesca, entre los nativos de las islas Trobriand. En cambio, la religión se relacionaba con situaciones últimas de la vida humana como la muerte o el sufrimiento, en donde lo que se destaca es el ruego o la oración. En la magia todavía existe lucha, pues se recurre a determinadas pautas de orden simbólico para tratar de disminuir la incertidumbre y ganar control; en cambio, en la religión ya se da una rendición completa frente a los acontecimientos o estados de ánimo que se muestran amenazantes.

     Entonces, tanto la magia como la religión se hacían presentes en la sociedad cuando era necesario manejar situaciones afectivas de miedo o ansiedad producidas por eventos o situaciones que estaban fuera del control de las técnicas o costumbres propias de la cotidianeidad dentro de culturas elementales.

 

 (Extracto de “Robert León Helman. Entre la revolución y el control. Ensayo sobre la vida de las ciencias humanas”)

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