Fue un antropólogo polaco. Quizá fue el
principal exponente de la antropología funcionalista (como un precursor podemos
considerar al sociólogo Emile Durkheim, en especial a partir de sus trabajos
sobre la religión). Desarrolló el método de estudio propio de las ciencias
sociales denominado “observación participante”.
Para Malinowski la pretensión de los
evolucionistas de explicar las diferencias y semejanzas entre las culturas
estaba marcada por meras especulaciones debido a que no existían documentos
históricos que pudieran avalar tales planteamientos.
En contrapartida, lo que Malinowki creía
era que las prácticas sociales debían ser entendidas como cumpliendo una
determinada función en beneficio de los individuos. El conjunto de funciones
sociales explicaría a la sociedad y a la cultura como un todo, a partir de lo
cual se podría entender mejor, si acaso
fuera posible, los orígenes de esta totalidad. De ahí que a los funcionalistas
les interesaba más las similitudes entre las culturas (que expresaban unas
mismas funciones sociales) antes que las diferencias.
Frente a Tylor, Malinovski sostenía que la
principal función de la religión era
la de disminuir el miedo, la ansiedad o la angustia en las situaciones límites
de la vida. Vemos aquí la diferencia de teorías antropológicas, por parte de
Tylor el evolucionismo y por parte de Malinovski el funcionalismo.
La magia
para Malinovski también ayudaba a reducir el miedo o la ansiedad, pero a través
de encantamientos, fórmulas o hechizos que se asociaban a situaciones
particulares de la vida, como por ejemplo la pesca, entre los nativos de las
islas Trobriand. En cambio, la religión se relacionaba con situaciones últimas
de la vida humana como la muerte o el sufrimiento, en donde lo que se destaca
es el ruego o la oración. En la magia todavía existe lucha, pues se recurre a
determinadas pautas de orden simbólico para tratar de disminuir la
incertidumbre y ganar control; en cambio, en la religión ya se da una rendición
completa frente a los acontecimientos o estados de ánimo que se muestran
amenazantes.
Entonces, tanto la magia como la religión
se hacían presentes en la sociedad cuando era necesario manejar situaciones
afectivas de miedo o ansiedad producidas por eventos o situaciones que estaban fuera
del control de las técnicas o costumbres propias de la cotidianeidad dentro de
culturas elementales.
(Extracto de “Robert
León Helman. Entre
la revolución y el control. Ensayo sobre la vida de las ciencias humanas”)
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