jueves, 17 de junio de 2021

A DIEZ AÑOS DE LA MUERTE DE SECUNDINO NÚÑEZ (1920-2011)

 

     Fue un filósofo y periodista paraguayo. Es el principal representante del pensamiento tomista en el Paraguay. Recibió influencias del francés Jaques Maritein (a quien llama “mi gran maestro”[1]) y del argentino Leonardo Castellani.

     Secundino constituye uno de los iniciadores de la filosofía académica paraguaya, que entre los años 60 y 70 del pasado siglo empezó a consolidarse. Su obra da inicio a lo que podemos llamar una línea de pensamiento paraguayo que conjuga la fenomenología, el personalismo y el neo-escolasticismo. Como seguidores de esta corriente, podemos citar también a Adriano Irala Burgos, Laureano Pelayo García, Mario Ramos Reyes y de alguna manera también Fernando Tellechea Yampey.

     Secundino escribió obras como “Reflexión y crítica ciudadana” o “Sociedad y política”, “Patria y patriotismo”, “La ciudad humana”, “Situación espiritual de nuestro tiempo”, “La guerra y la paz”, “La cultura humana”, entre otras.

     Según una de las anécdotas sobre su vida, en una ocasión uno de sus discípulos (Juan Ramón Cano) fue a visitarlo en su casa de Villa Elisa, y lo encontró en plenas labores en medio de la primera aguatería de la ciudad, mientras que a un lado de su mesa lo acompañaba la “Metafísica” de Aristóteles, como un signo patente de la pasión que sentía Secundino hacia el estudio de la filosofía.

    La prosa periodística de Secundino revela un poco ese afán de Ortega y Gasset de lograr una claridad de ideas que sea cortés con el lector. Esto es posible rastrearlo en la mayoría de sus escritos; nos referimos a ese esfuerzo por hacerse entender, con un lenguaje límpido y sencillo.

     Como maestro universitario de filosofía en cambio, desplegaba un temple solemne, a la vez profundo y claro, con distinciones precisas y ataques críticos incisivos. Secundino formó parte de la pléyade de maestros que dieron inicio al periodo académico de la filosofía en el Paraguay.

     Según Carlos Heyn su doctrina puede dividirse en cuatro puntos fundamentales (“como si fueran las cuatro patas de su mesa de escribir” dice Heyn): la situación o realidad, la razón natural, la razón creyente y la esperanza[2].

a. El hombre

     La vida del hombre es “vida de convivencia”[3]. Siguiendo a Gadamer dice que la comprensión de la vida del hombre debe comprenderse “en su texto y en su contexto”[4]. Y este contexto del hombre es su sociedad y su cultura (que incluye de manera especial a la política y a la educación).

b. La política y la sociedad

     Para Secundino la muchedumbre se convierte en pueblo a través de la política[5].

     Siguiendo a su manera a Tomás de Aquino dice que el “bien común” consiste en  “riquezas naturales y culturales que todo el pueblo procura y cuida para la satisfacción y bienestar de todos”[6]. Y el político debe divisar siempre al bien común como la “estrella polar” que dirigirá a la embarcación de la nación hacia buen rumbo.

     Una racionalidad prudencial, basada en un justo medio aristotélico, debe ser la herramienta clave para el cumplimiento de las funciones de los gobernantes[7].

    En lo que hace a cuestiones de filosofía política como pensador cristiano y neotomista se muestra defensor del derecho natural, como cuando dice:

“lo que ha enseñado Santo Tomás en la Suma Teológica es hasta hoy día la enseñanza común de los filósofos y juristas católicos frente al individualismo liberal (s. XIX) y el socialismo marxista (s. XX)”[8].

     Y esto nos parece una cuestión relevante, porque cuando esta postura se traslada al campo ideológico (por ejemplo, a través del Partido Demócrata Cristiano) tenemos una especie de pretensión de establecer una tercera vía entre liberales y socialistas[9].

c. La educación

     Para Secundino la educación procura la “promoción y plenitud”[10] del hombre.


 (Extracto de “Robert León Helman. En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el Paraguay).



[1] Secundino Núñez. Sociedad y política. 2010, p. 61.

[2] Cfr. Carlo Heyn. Prólogo a: Secundino Núñez, Sociedad y política”. 2010, p. 10

[3] Secundino Núñez. Sociedad y política. 2010, p. 215.

[4] Ibídem.

[5] Cfr. Ibíd., p. 34.

[6] Ibíd., p. 191.

[7] Cfr. Ibíd., p. 211-212.

[8] Ibíd., p. 151.

[9] Ibíd., p. 152-153.

[10] Ibíd., p. 215.

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