No solemos seguir el consejo de nadie para elaborar nuestros escritos,
pero cierto día gris, el lema de Emile Cioran sonó en nuestra mente como un
tambor batiente: “No reducirse a una obra; sólo hay que decir algo que pueda
susurrarse al oído de un borracho o un moribundo”. Vaya entonces una respuesta
para este viejo pesimista rumano, hermano espiritual de Schopenhauer.
La vida a veces es semejante a una larga borrachera, con la que tratamos
de olvidar las desgracias del mundo, los malestares del trato con los demás o
nuestros propios tormentos interiores. ¿Y que podría significar frente a ello
una miserable frase escrita al compás de una pena, un júbilo, un aburrimiento o
un asombro? Tal vez simplemente eso, un susurro para un borracho…
Hemos agrupado aquí ciento treinta y tres aforismos seleccionados de
entre los doce números de nuestra “cosecha de pensamientos”, todos ellos
provenientes de las secciones de la “auto-ética” y “estética”.
El lector juzgará la utilidad o inutilidad de cada susurro, puede leerse sobrio o en estado de ebriedad, y
como diría Epicuro o acaso Lou Marinoff, en líneas generales no tienen
contraindicaciones.
https://drive.google.com/file/d/1-pzh_WWuFStWpjKWbqMoxz0WXSlyaws1/view?usp=sharing
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