lunes, 9 de enero de 2017

INTRODUCCIÓN A “VOLVED A LA NATURALEZA”


INTRODUCCIÓN



   En la tapa de nuestro ensayo hemos colocado un recorte de la famosa obra de Rafael Sanzio, “La escuela de Atenas”, en donde se retrata la figura de Heráclito, llamado por sus contemporáneos “el oscuro”, por lo enigmático de sus enseñanzas sobre la “physis” o naturaleza.

  Y así, una de nuestras formas de retornar a la naturaleza, será siguiendo el ejemplo de Heráclito, a través del pensamiento, y tratando de considerar la complejidad del mundo y del ser humano.

   A su vez, no olvidemos que el pensador que popularizó el lema “volved a la naturaleza” fue el suizo Jean Jaques Rousseau, quien creía que era posible erradicar los males de la humanidad a partir de la construcción de una sociedad que recreara los principios de la naturaleza (resguardados en la conciencia) para beneficio del pueblo[1]

   Frente a estas aspiraciones del filósofo no nos mostramos tan optimistas, pero si creemos que podemos lograr una vida individual y una sociedad que nos sea más tolerable sobre la base del cultivo del pensamiento y de la experiencia estética.

   Y precisamente, uno de los sentidos del término “naturaleza” se asocia con un espacio de símbolos, como arquetipos o Ideas, a las que accedemos a partir de una experiencia estética.



   La modernidad ha arrasado con todo lo que se le salía al paso, sea mito, religión, arte o filosofía tradicional; ha sometido a todo a lo que Max Weber llamó “desencantamiento del mundo”. Dentro de esa actitud desacralizadora, la naturaleza quedó reducida también a un simple y grosero mecanismo de relojería.

   Por supuesto, no debemos por ello sostener que todo el proyecto moderno fue un error, y que es necesario dejarlo de lado a cambio de una postura  postmoderna radical. Al contrario, creemos que el mismo postmodernismo no  se separa de la modernidad, sino antes bien, la agudiza.

   Y precisamente, uno de los principales factores culturales asociados con el postmodernismo (o la ultramodernidad) es el del cambio radical que ha adquirido en la ciencia contemporánea la imagen de la naturaleza.



   En la antigüedad, para los pensadores griegos en general (en especial para los presocráticos), la naturaleza   (physis) estaba viva y constituía tanto la fuente  del conocimiento verdadero como de los actos virtuosos. El pensamiento cristiano asoció la naturaleza con la creación divina, subordinándola de todas maneras al hombre, considerado la creación más excelsa de la divinidad. La modernidad extremará esta posición de dependencia por parte de la naturaleza, tratando de que ella responda a los oscuros deseos del hombre de esclavizarla, o tratando de que ella satisfaga a sus pomposos anhelos progresistas.   

   Con las revoluciones científicas propiciadas tanto por la teoría de la relatividad de Albert Einstein como por la mecánica cuántica (desarrollada entre otros por Plank, Heisenberg, Bohr, Schrodinger) la visión mecanicista del mundo fue dejada de lado, imponiéndose en contrapartida una interpretación compleja de la naturaleza, en donde el sujeto cognoscente vuelve a tener relevancia.

   Y así, pareciera que la naturaleza puede volver a sernos amiga (alentándonos en esto, como vemos, los mismos desarrollos de la ciencia), luego de haberla tratado como a un mísero animal de carga o como una simple oportunidad de obtener ganancias. Y creemos que esta renovada amistad podrá propiciar a su vez que distintas visiones de la naturaleza, no sólo ya  las científicas, sino también, las filosóficas, las míticas, artísticas y religiosas  sean consideradas como válidas y respetables. Es decir, en nuestro tiempo se nos abre espacios multiparadigmáticos, que lejos de crear caos o confusión, alientan el desarrollo de la libertad individual y el respeto a las diferencias culturales.



   A su vez, la naturaleza podrá mostrarse de nuevo como un motivo para la contemplación estética, como ya apuntamos más arriba, con lo que alcanzará un renovado sentido simbólico que podrá alimentar el proceso de crecimiento personal al que hemos llamado auto-ética[2].  En tal sentido, podemos decir que uno de los principales objetivos de este ensayo es tratar de añadir una visión de la naturaleza (y a partir de ella de la misma realidad) al conjunto de trabajos que hemos venido publicando. 

   Pero si espiritualmente la contemplación estética es uno de los caminos para la volver a la naturaleza, materialmente la dirección que sostenemos es la vida en el campo, tratando de reconectarnos con sus valores y costumbres[3].  



   Podemos considerar que los niños revelan de manera peculiar ese talante maravillado frente a la naturaleza (lo que asociamos con la experiencia estética), lo que vamos perdiendo paulatinamente debido al ritmo febril de competencias y necesidades propio del mundo actual.

   Con esto no queremos decir precisamente que la manera moderna de vivir este equivocada, no, pues no creemos poseer una verdad que pueda ser impuesta a todos, pero si creemos que podemos invitar a que la naturaleza sea vista de una manera renovada, considerando los estudios que van emergiendo desde las fronteras mismas de las ciencias, así como de la filosofía, que desde la aparición misma de la modernidad a aportado enfoques alternativos a la visión mecanicista.

   Finalmente, debemos considerar también la degradación ambiental propia de nuestro tiempo, que está poniendo en jaque las posibilidades de supervivencia de la humanidad para el futuro. En relación con esta tétrica circunstancia, podemos decir que ya no sólo el hombre y las demás especies dependen de la naturaleza, sino también, hoy más que nunca, la naturaleza depende del hombre.







[1] Cfr. Salvador Giner. Historia del pensamiento social. Ariel, Barcelona, 1967, p. 299 y ss.
[2] Cfr. Robert León Helman. La auto-ética. Reflexiones sobre la vida humana individual.  Interiora terrae, Asunción, 2016, p. 36. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWVHpoRFozUFFBTUE/view
 En adelante, al referirnos a nuestros trabajos utilizaremos las siglas R.L.H.
[3] Véanse nuestros ensayos: Elogio a la vida del campo. Ensayo sobre los valores y las costumbres agrarias. Interiora terrae, Asunción, 2015. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWQTJvN3JZSTAxMG8/view
; La Idea del Paraguaya. Hacia una visión estética de la cultura paraguaya. Interiora terrae, Asunción, 2016. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWOFY1VTVBMl9HYUU/view
; Del campo a la ciudad. Ensayo sobre los procesos sociales del Paraguay. Interiora terrae, Asunción, 2016. En línea: https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWbWJPcHphYnZqcFk/view


Enlace al ensayo completo:

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