Fue un politólogo y filósofo alemán.
Considerado como uno de los principales referentes intelectuales del Nacional
Socialismo Alemán, sus ideas, sin embargo, van más allá de la particular
coyuntura política de la primera mitad del siglo XX. Entre sus obras cabe citar
“La dictadura”. A pesar de lo polémico de sus adhesiones partidarias, sus
planteamientos teóricos siguen siendo relevantes para pensar la política
contemporánea.
La política
Lo que caracteriza a la política,
plantea Schmitt, es el tipo de relación humana que se da en su espera (ubicada
dentro del sistema social), consistente en la dualidad amigo-enemigo. Algunos
han pretendido suavizar el término “enemigo”, en un contexto de conflictos
democráticos, utilizando el término “adversario”. De cualquier manera, hay que
entender a Schmitt dentro del contexto de una sociedad de masas (lo que se hizo
más evidente a partir de la revolución francesa) en donde no priman los
principios de la racionalidad, sino la desbordante fuerza de lo emocional, que
se aviva gracias a las posiciones polarizadas, como luchas entre el bien y el
mal (reavivando así sentimientos de una oculta religiosidad), a partir de lo
cual, la posición contraria, no podría ser, para Schmitt, sino la que
representa al enemigo.
Schmitt defendió el militarismo,
reafirmando con ello la preeminencia del poder político sobre el poder
económico y el ideológico (si seguimos la tipología del poder de Bobbio).
La dictadura
Plantea la existencia de dos tipos de
dictadura: la comisaria, asociada con la práctica republicana de la antigua
Roma, de extensión provisoria; y la soberana, que busca instaurar un nuevo
orden político.
(Extracto de "Robert León Helman. Entre la revolución y el control. Ensayo sobre el desarrollo orgánico de las ciencias sociales").
No hay comentarios:
Publicar un comentario