Desde
mediados del siglo XX han aparecido diversas obras sobre la historia cultural
paraguaya y de manera particular sobre los pensadores paraguayos (por ejemplo,
las obras de Efraím Cardozo, Raúl Amaral, Juan Santiago Dávalos, entre otros),
sin embargo, lo que trataremos de hacer
en el siguiente ensayo será esbozar el flujo orgánico e histórico del
pensamiento paraguayo, ciertamente con el fin de obtener conocimientos sobre
las ideas que encontraron su suelo nutricio en el contexto de nuestra sociedad
y nuestra cultura, pero principalmente para tentar alcanzar una experiencia
estética que contribuya al proceso de consolidación de una conciencia que goza
con el pensamiento.
También, saber lo que hemos pensado desde
y sobre el Paraguay puede ayudarnos en la construcción de una identidad
nacional en movimiento, para así plantar una máscara que nos permita entablar
un diálogo enriquecedor junto a otras identidades en medio de un mundo
globalizado.
Para ello, partiremos de un ensayo que ha
sido elaborado de manera independiente en años anteriores sobre la historia de
la filosofía en el Paraguay. Este ensayo constituirá la primera parte del
libro, en tanto que en la segunda parte
abordaremos ideas sobre la historia de las ciencias sociales en nuestro país. Ambos abordajes terminarán en una
tercera parte, en donde esbozaremos el desarrollo orgánico-histórico del
pensamiento paraguayo.
Será así que seguiremos con esta aventura,
que es literalmente interminable, de conocer, sentir y recrear a la cultura del
Paraguay. Y ciertamente, el sujeto es el que piensa su cultura, pero a la vez,
la cultura piensa en el sujeto.
La pregunta acerca de la dirección del
pensamiento paraguayo empieza a darse en la madurez de la cultura paraguaya ,
con ensayos como el de Adriano Irala Burgos (La epistemología de la historia
del Paraguay), el de Santiago Dávalos y Lorenzo Livierez Banks (El problema de
la historia en el Paraguay). A partir de entonces los intentos de cultivar la
auto-consciencia de nuestra cultura han ido aumentando junto al despliegue de
nuestro espíritu colectivo.
La Filosofía en el Paraguay
En un recordado convivium de filosofía de la
Universidad Católica, José Brun proclamaba: “Vamos en pos del pensamiento
inútil”, y el filosófico es un pensamiento inútil porque no se deja utilizar
como una silla o un automóvil, no se deja amoldar como una doctrina o una
ideología, y no se deja encasillar ni por el más célebre de los filósofos. La
filosofía es una actividad interminable y por ello acaso la más improductiva. En
el Paraguay, a pesar de lo poco que se ha difundido, la filosofía ha estado
presente desde los mismos inicios del andar de la nación y persiste hoy, en
medio de nuestro putrefacto entorno socio-cultural.
Vamos entonces, como quería el profesor Brun, en pos del pensamiento inútil,
pero en nuestra tierra, en nuestro destino, en nuestro goce de espíritu, el
Paraguay.
En
este ensayo consideraremos a grandes rasgos a la filosofía hecha “en” el
Paraguay, o si se quiere a la filosofía “del” Paraguay (creemos que la
filosofía paraguaya es sencillamente aquella que fue hecha por paraguayos, o
por aquellos extranjeros que recibieron influencias de la cultura paraguaya, a
través del desarrollo de un pensamiento filosófico). Como el conocimiento
filosófico no permanece en el aire, en los distantes espacios etéreos, sino en
la cabeza de los pensadores que la cultivan, nuestra tarea consistirá
esencialmente en un recorrido en torno a las influencias filosóficas y a las
ideas de aquellos que en el Paraguay se han dedicado en forma más notable al
cultivo o a la enseñanza de este noble saber.
Nos hemos propuesto diferenciar dos grandes
periodos en el desarrollo de la filosofía en el Paraguay. Por una parte, el
periodo diletante, en el cual los pensadores que se ocupan de la filosofía son
hombres de múltiples inquietudes intelectuales, y en la mayoría de los casos
con una estrecha relación con los juegos del poder político; por otra parte, el
periodo académico, que se inicia con una serie de notables maestros y filósofos
de formación europea, que establecen la “normalidad filosófica” en
el Paraguay.
Si tomamos en cuenta la periodización hecha
en nuestra obra “La Idea del Paraguay”,
podemos decir que el periodo diletante forma parte de la niñez, juventud y
parte de la adultez de la cultura paraguaya, mientras que el periodo académico
abarca desde finales de la edad adulta hasta la actualidad, tiempos de vejez.
ÍNDICE
Introducción…………………………………………………..……..7
Primera Parte: Sobre la historia de
la filosofía en el Paraguay..11
Capítulo 1.1. Periodo de
gestación………………………………11
Capítulo 1.2. Periodo
diletante………………..………………….13
Capítulo 1.3. Periodo
académico…………...……………………43
Segunda Parte: Las ciencias sociales
paraguayas como pensamiento inútil……………………………………………........................….107
Tercera Parte: Desarrollo orgánico
del pensamiento paraguayo………..…..…………………………………………....126
Conclusión………………………………………………………...142
Bibliografía………………………………………………………..144
Enlace al ensayo completo:
https://drive.google.com/file/d/1uukkrtCuPNp8OjzrmTaiqwKIEf3O-0t1/view?usp=sharing