martes, 17 de noviembre de 2020

INTRODUCCIÓN A “EN BUSCA DE UN MUNDO MÁS TOLERABLE. ENSAYO SOBRE ÉTICA SOCIAL”.

 

     En la portada de nuestro ensayo podemos observar una pintura de Pieter Broeghel el Viejo, que recrea la mítica imagen bíblica de la torre de Babel, en donde la divinidad dispersó a la humanidad al darles diferentes lenguas, y por ende, diferentes culturas y códigos para el entendimiento. Una situación que se asemeja a la que tenemos en nuestras sociedades, en donde a pesar de la predominancia de la cultura occidental, debemos encontrar acuerdos entre interlocutores con distintos proyectos de vida o visiones de mundo. Y son de desafíos como éste de donde surge la necesidad de reflexionar y plantear una ética social que nos permita hacer de la convivencia una experiencia más tolerable, compasiva y útil para encarar las situaciones de crisis que la historia nos depara.

 

     En este ensayo nos ocuparemos sobre cuestiones relativas a la ética social, la democracia y la crítica; y de ahí partiremos para entablar la búsqueda de direcciones que nos permitan acercarnos a una sociedad más tolerable, lo que implica, que en la medida de lo posible se establezcan mejores condiciones “públicas” para las apuestas  éticas “privadas”[1].

   Aparte de ello, las grandes situaciones de crisis que se ciernen sobre la humanidad nos hacen parar frente a ellas (en particular a través de las reformas), ya que constituyen amenazas  para la misma supervivencia de la especie. Estas situaciones de crisis son: la degradación ambiental, las guerras, la pobreza y la desintegración espiritual del individuo.

     De todas maneras, la forma de evitar que los acuerdos a que se llegan se escleroticen y deriven en dogmas y en fanatismos, es el cultivo constante de la crítica, social y personal, y ello, desde el mismo suelo de la nada. Sólo de esta manera podremos estar a tono con los vertiginosos cambios que la naturaleza, la sociedad y nuestra propia subjetividad nos proponen en nuestros tiempos.

 

     El intento de articular una moral social se empezó a dar ya en la antigua Grecia, en especial a partir Sócrates y los sofistas, y desde entonces el intento de encontrar un modo de vida que conduzca a la sociedad hacia la plenitud, la felicidad, o por lo menos hacia un espacio de vida más tolerable no ha acabado. Lo que hacemos entonces en este ensayo es recrear un afán que lleva siglos, y que cada vez se hace más necesario por los grandes riesgos y crisis que la humanidad afronta y afrontará.    

 

 

 



[1] En nuestra serie “cosecha de pensamientos” hemos insistido en considerar a la vida humana como una cruz, la horizontal de esta cruz representaría a todo lo pertinente a la cotidianeidad, en donde entrarían a tallar todo lo referente a lo “público”; en cambio, la vertical de la cruz representaría el desarrollo de la riqueza espiritual, por ende estaría relacionada con las apuestas éticas “privadas”.

Enlace al ensayo completo:

https://drive.google.com/file/d/12W7EAJh0PdI0mBIZLCL1LQedzAC_XrdL/view?usp=sharing

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