miércoles, 22 de abril de 2020

PRÓLOGO A “EL PROBLEMA DEL SUEÑO. COLECCIÓN DE CUENTOS”


   Luego de haber leído "El problema del sueño", cerré los ojos, y supe que había soñado en mis experiencias de tierra adentro, de olor a tierra mojada, de espesos y verde oscuros bosques, bañados por las gotas frías que se suicidan sobre el triste valle concepcionero, sin tiempo y sin palabra, conjugándose todo en una melodía del "Canto de mi selva" de Herminio Giménez.
   De súbito, una dosis de felicidad irrumpió alegremente en mis entrañas, para luego yo clamar en un despertar de algo infinito, colmado de gozo espiritual, repitiendo la locura nietzscheana: «Encon­tré el libro en la tienda de libros antiguos del viejo Rohn [...] en casa me recosté en el sofá [...] y dejé que aquel genio enérgico y tenebroso comen­zase a actuar sobre mí. En cada página la renuncia, el rechazo, la resigna­ción, elevaban la voz: tenía ante mí un espejo en el cual contemplé [...] el mundo, la vida y mi ánimo mismo. Allí, semejante al sol, estaba fijo en mí el gran ojo del arte, separado de todo; allí veía yo enfermedad y curación, exilio y refugio, infierno y paraíso.»[1]
     Robert León Helman incursiona por las indescriptibles travesías del vitalismo místico, emprendiendo un viaje a través del método intuitivo, hacia interiora terrae. Sus escritos se caracterizan por su acentuado fondo Schopenhaueriano, que va proyectándose  a través de breves escritos aforísticos, cuentos y poemas, en abierta polémica contra el desarrollo del pragmatismo social que subyuga el libre pensamiento en nuestra sociedad. Sin embargo, no es posible encasillar sus obras hacia corriente alguna, a veces gravemente romántico, no obstante, levemente fatalista, o liberal, frente a los ultramodernos pensamientos.
    Nada más nos queda disfrutar de la lectura de estas líneas fraguadas por un apasionado de la filosofía, el arte, la estética y la música, que de un salto se asoma hacia aventuras sin rumbo, luego de haber bebido de la fresca y fecunda fuente vital de la cultura paraguaya, a la vez que del pensamiento universal, para plasmarlos en esta serie de cuentos, que deleitan con el noble sentido humano y el sentimiento guaraní.

Adalberto Antúnez B.
2012.



[1] Friedrich Nietzsche. Citado en Reale-Antiseri. Historia del pensamiento filosófico y científico, T. 3. Herder, Barcelona, 1988, p. 382-383.

ÍNDICE
Prólogo……………………………………………………………………..7
Prefacio del autor………………………………………………………....9
1. El problema del sueño……………………………………………..…10
2. Locos…………………………………………………………………...31
3. El vestido colorado…………………………………………………....41
4. Leyendo al Fausto………………………………………………….…42
5. Viajar sin destino…………………………………………………...…47
6. Diálogo entre amigos………………………………………………....49
7. El seminarista…………………………………………………….……53
8. La no enseñanza……………………………………………………....56
9. Escuchando a Brahms……………………………………………..….60
10. Reglas generales de vida…………………………………………....62
11. Partido so’o………………………………………………………..…76
12. El primer cigarrillo…………………………………………………..78
13. Administrador……………………………………………………….79
14. Ha oimene ko upéicha……………………………………………....84
15. La viaja hamaca…………………………………………………...…86
16. El cuento ya escrito………………………………………………….88
17. En pos de una música lejana………………………………………..90
18. El viejo Medina……………………………………………………....94

Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/11bHo2Fe7xFpoCIivhbu8EmbOnm19N5oW/view?usp=sharing


miércoles, 8 de abril de 2020

INTRODUCCIÓN A “COMO ESTUDIAR EN LA UNIVERSIDAD Y ESCRIBIR UNA TESINA DE FILOSOFÍA. ENSAYO SOBRE LOS CAMINOS DEL ESTUDIANTE DE FILOSOFÍA”


   Siempre que uno se encuentre con una situación compleja, en donde la mera intuición no sea suficiente debido a que se han impuesto pautas o criterios que obligan al individuo o al grupo a considerarlas, uno puede tener dos opciones: o mandar al diablo las pautas y buscar el camino revelado por la intuición (tenemos como ejemplo de esto al estereotipo del artista romántico) o simplemente estudiar tales pautas, no sintiéndose uno esclavo de ellas, sino tratando de aprovecharlas para que las acciones, pensamientos y aquellas mismas intuiciones alcancen un canal que las potencien en sus expresiones.
     Pasar las materias y elaborar la tesina correspondiente a una carrera es un largo camino para un estudiante universitario, camino que en numerosas ocasiones no es bien abordado debido a temores[1] o prejuicios que se relacionan con una falta de conocimiento de unos métodos adecuados para llegar a los resultados esperados.
    La relación que hemos establecido en el título del ensayo, entre estudiar y hacer una tesina, se explica en el hecho de que un buen estudiante responderá generalmente con una buena tesina, por lo cual pensamos que no se podría dar una cosa sin la otra.
     De todas maneras, creemos que el ideal de una carrera de filosofía (porque nos centramos en un trabajo para esta disciplina) es que el estudiante aprenda a pensar, que podemos decir es como la rama de una planta, que tiene a la escritura y al diálogo como los frutos maduros, a la lectura como su tronco y a la intuición como a sus profundas raíces.

   En relación con esta última facultad, la intuición, debemos decir que el estudio a su vez se articula con aquello que hemos llamado el cultivo del espíritu[2], que proporciona una sensibilidad que puede tomar los causes de las situaciones límites o los estados de ánimo extremos, para llegar finalmente al estado de ánimo de la angustia[3], en medio de una experiencia estética radical.
     Si la intuición está presente en medio de la actividad intelectual, ésta se da también como vivencia, y no como una mera repetición de pensamientos muertos de autoridades muertas, es una actualización de textos, o, utilizando los términos de Gadamer, una “fusión de horizontes”.
   Podemos preguntarnos: ¿Qué es estudiar[4]? Es esforzarse por comprender o aprender. Entonces, el estudio implica un esfuerzo, es decir, tiene que ver con la superación de obstáculos, que de manera particular se relaciona con la cotidianeidad, fuente de distracciones y de deseos interminables.
   Por ello, estudiar se asocia estrechamente con lo que hemos llamado auto-trabajo (un capítulo principal de la auto-ética), porque el estudio también puede ser un proceso consiente en busca de la formación de la subjetividad desde lo trascendente[5]. En gran medida, el estudio se convierte en goce estético cuando cada pensamiento se articula con una totalidad teórica, y hasta práctica, que en última instancia desemboca en la nada.

   En la tercera parte de este ensayo hemos condensado reflexiones sobre la filosofía, la universidad y la educación, pues comprender  cuál es el rol de la filosofía en  medio de la sociedad y la cultura,  puede alimentar al panorama intelectual  del estudiante de esta disciplina, lo que puede contribuir a encontrar en el desarrollo del trabajo de tesina conexiones con el mundo de hoy.

Análisis fenomenológico de la asistencia a la universidad
   Para asistir a una universidad uno necesita terminar los estudios secundarios; con ese requisito principal cumplido uno se acerca a la secretaría de la universidad, sigue los pasos burocráticos y está inscripto como alumno de una de las carreras ofrecidas en la institución.
   La edificación de una universidad consiste básicamente en un conjunto de aulas pegadas unas a otras, generalmente agrupadas en pabellones; puede estar diseñada de tal manera que todos los pasillos de los pabellones desemboquen en un  jardín, o simplemente a un patio ya sea con árboles o sin ellos. Tal vez este tipo de diseño responda a la idea de recrear o relajar la mente durante los breves intervalos de receso.  Por supuesto, puede darse el caso de que al salir de un aula o de un pabellón uno se encuentre con más aulas, lo que nos daría una imagen carcelaria de las instalaciones educativas.

   Dentro de las aulas, el alumno se sienta en las sillas distribuidas generalmente en hileras separadas por pequeños pasillos; todas ellas se ubican en dirección al frente del aula, en donde se encuentra el escritorio del profesor, su silla y un enorme pizarrón.
   Al entrar el profesor generalmente saluda, y le responden algunos de los alumnos presentes, luego dependiendo de la situación gasta alguna broma, o hace algún comentario político, meteorológico o deportivo, o bien pregunta por la última lección desarrollada, para luego pasar a dar la clase del día.




[1] Al repetirse constantemente la emoción del miedo se puede llegar a un estado de estrés, que enturbia a la mente y dificulta el desenvolvimiento de las ideas y el encuentro con espacios de intuición.
[2] Véase. R.L.H. La auto-ética. Interiora Terrae, Asunción, 2014, p. 31-32.
[3] Es necesario no identificar la angustia como un estado anímico negativo, como el miedo o la ansiedad, sino como lo que permite ver al mundo como por primera vez, aquí y ahora. Por ello, con la angustia pueden conectarse tanto el asombro como la serenidad.
[4] Del latín studium, que significa aplicación, cuidado. Vemos que este significado es similar al de cultura, que también significa cuidado, o cultivo.
[5] Decía Aristóteles: “Sumidos en el asombro comienzan los hombres a filosofar”(Metafísica I), lo que nos da a entender que el estudio y el pensamiento no es una actividad apartada de hondos sentimientos, y aun de pasiones intensas.


ÍNDICE
Introducción…………………………………………………………7
1. Como estudiar en la universidad…………………………...…11
2. Como elaborar una tesina de filosofía………………………...18
3. Sobre la filosofía y la universidad…………………………….29
3.1. Generalidades…………………………………………………29
3.2. Sobre la educación………………………………………...….31

Conclusión………………………………………………………….32

Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/1QjkG2WgZuln7p80Xy6j-N6ua-IAsU7dt/view?usp=sharing