miércoles, 27 de noviembre de 2019

INTRODUCCIÓN A “EL GRITO DEL MUNDO. COSECHA DE PENSAMIENTOS, LIBRO 2.”


   A pesar de todos los avances científicos, tecnológicos y culturales en general, la pregunta por el hombre sigue siendo inquietante. Quizá ya no sea tiempo para retornar a un crudo antropocentrismo, pero de todas maneras el hombre sigue constituyendo el horizonte desde el cual las grandes preguntas filosóficas encuentran orientación.

   Surge entonces la cuestión: ¿Por qué preguntar por el hombre? ¿No basta acaso con lo que sin filosofar respondemos en el mundo cotidiano? Pareciera bastar, hasta que llegan las llamadas situaciones límites, como la muerte de seres queridos, enfermedades graves, sufrimientos, accidentes, hondos aburrimientos, crisis sociales, etc, en donde se hace imposible eludir las grandes preguntas de la vida.

   Luego pueden retornar los vaivenes de la vida cotidiana, esa mezcla de indiferencia y espectáculo, de estrés y relajación, enmascarando de nuevo lo asombroso del mundo y  del hombre, pero de todas maneras siempre quedará la posibilidad de mirar al mundo de manera renovada y develar horizontes aun insospechados. Podemos animarnos a hacer apuestas en la vida, no todo está perdido en la banalidad y el pesimismo.



   Podemos decir que hoy la humanidad está en una situación crítica, no ya sólo por las interminables guerras y la degradación ambiental, sino también por la posibilidad de  que a causa de estos factores nuestra especie desaparezca de la faz de la tierra. Esto puede hacernos comprender que el cultivo del pensamiento ha dejado de ser un lujo de unos pocos para convertirse en una necesidad ineludible para la conservación de la especie. El estudio de la ciencia y la filosofía debe adaptarse a los condicionantes  biológicos, históricos y sociales de cada individuo, de modo a que cada ser humano amplíe las posibilidades de su realización y a través de ello la complejidad del conocimiento y la acción humana se potencien.

   ¿Podremos construir acuerdos globales en medio de nuestros espacios sociales de indiferencia y narcicismo? Ni siquiera el desierto espiritual que hoy nos rodea constituye una condena para el ser humano, pues aun metidos en las inmundicias del barro podemos seguir pensando, sintiendo y actuando, aunque sea como en un sueño, un juego o un experimento, y aun, precisamente por ser así, podremos seguir esperando que la creatividad humana nos asombre y nos invite a seguir caminando…



   En lo que hace al Paraguay, podemos decir que estamos en un momento muy impactante para el hombre del país, pues el aislamiento cultural ha empezado a quebrarse aceleradamente a partir de los noventa, con la entrada de la televisión por cable e internet, ahora la principalmente la red nerviosa del mundo. Esto no es poca cosa para el Paraguay, que de la noche a la mañana deja de ser la “isla rodeada de tierra”[1] para recibir los bombardeos inmisericordes de la sociedad de la información.



   El mundo nos habla a gritos ¿Por qué será que nos cuesta tanto escucharlo? ¿Es que nos han taponado los oídos? ¿O será que nosotros mismos nos encargamos de despreciar este llamado? En fin, ya decía Jesús de Nazaret: “Quien tenga oídos que oiga”.



  



[1] Frase acuñada por Augusto Roa Bastos.



INDICE GENERAL



Introducción……………………………………………………………7

Primera Parte: Ser con uno mismo………………………………..…10

Capítulo 1.1. La auto-ética…………………………………..………..12

Capítulo 1.1. Lo estético……………………………………………....48

Capítulo 1.3. Otras cuestiones filosóficas……………………………63

Segunda Parte: Ser con los demás……………………………….…..72

Tercera Parte: Ser en el mundo….……………………………………75

Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/1ewxPWw6IgT9flm-TMS7l5rG_XNZVsWyg/view?usp=sharing

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