viernes, 14 de diciembre de 2018

INTRODUCCIÓN A “DEL CAMPO A LA CIUDAD Y DE LA CIUDAD AL CAMPO. ENSAYO SOBRE LOS PROCESOS SOCIALES DEL PARAGUAY”


   El Paraguay pasó de ser en sus orígenes una sociedad agraria, a ser ya en nuestros tiempos otra preponderantemente urbana, situación que viene aparejada con una transformación de la visión de mundo del paraguayo, que sin dejar de ser un hombre de costumbres agrarias, comienza a pensar y a sentir como urbano[1].

     Pero no queremos olvidar, que si acaso queremos mantener nuestra identidad como paraguayos, es necesario volver a nuestras raíces agrarias, no precisamente a través de una forma de retroceso tecnológico hacia una sociedad rural, sino a partir de la conservación y la reflexión de los valores que han conformado a la nación paraguaya y que en tiempos de desarrollo urbano deben ser constantemente recreados y reasumidos.



   Lo que en este ensayo trataremos de hacer es un esbozo de los escenarios de esta transformación espiritual que se viene gestando desde los mismos inicios de la historia paraguaya, hasta los críticos momentos que hoy nos toca experimentar.

   La modernidad constituyó en occidente todo un proceso de crisis que significó, el paso de una sociedad eminentemente agraria a otra de tipo urbana. Uno de los principales factores que intensificó esta transformación fue el desarrollo industrial.

   En el Paraguay la modernidad tuvo sus propias peculiaridades, fue parcial, conservadora y tardía. Y vino asociada con características propias, por ejemplo, la masiva migración de los campos hacia las ciudades no se canalizó mayoritariamente hacia el sector industrial, sino hacia el sector terciario (comercio y servicios) pero de un tipo informal y precario.

  

   En las ciudades a grandes rasgos se deja de confiar ya en la divinidad, en los santos y en los milagros, para apostar por la acción transformadora del hombre, que a través de la racionalidad puede llegar al desarrollo de sus sociedades y culturas.

   Pero ciertamente, en el Paraguay no se da un quiebre radical entre visión tradicional y visión moderna del mundo, antes bien, la cultural agraria pervive en las ciudades (por ejemplo el guaraní sigue siendo usado en algunos ámbitos urbanos) mientras la cultura moderna penetra los espacios rurales, en particular a través de los medios de comunicación, la migración, y aun por  procesos educativos.   





[1] Se han dado varias denominaciones a este pasaje de lo rural a lo urbano, por ejemplo, José N. Morínigo habla de sociedades de “desarrollo dual”, Luis Galeano habla de “sociedad dislocada” y  Vicente Sarubbi Zaldivar apunta a la coexistencia de tres formas de sociedad (segmentaria, estratificada y diferenciada) basándose en ideas de Niklas Luhmann.
Enlace al ensayo completo:

https://drive.google.com/file/d/1WACa09hK8t73psKvDNTV10J95G_2pNNO/view?usp=sharing

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