En medio de toda la putrefacción social y
cultural por la que atraviesa el mundo moderno (o si se quiere ultra moderno o
postmoderno, no importa), sigue siendo necesario establecer condiciones para
que se pueda dar la convivencia humana, y de eso se trata la democracia, de
cultivar valores que nos permitan convivir tolerablemente, encontrando
consensos en medio de las diferencias, tendiendo puentes de una racionalidad
moderada sobre las corrientes impetuosas de la masificación social. En este
juego, luego de las críticas implacables del conocimiento filosófico y científico,
la religión todavía tiene algo que decirnos, tanto en sus variables de moral
como de mística. Por eso hablamos de valores y pestilencia.
Lo que el lector encontrará en este
trabajo es una reflexión en torno al ser
humano, basándonos en una investigación de tipo cualitativa interpretativa[1]
sobre la primera de sus tres partes, dedicada a la sociedad. El objeto de
nuestro análisis es un grupo de escritos cortos, aparecidos en su mayoría entre
los años 2017 y 2018, que forman parte de la serie de trabajos que llamamos
“escritos dispersos”, en este caso el segundo libro de la serie. Y
precisamente, uno de los resultados de nuestro estudio es la disminución de esa
dispersión de abordajes como consecuencia de la detección de constantes
temáticas que describen a esos escritos y que a su vez sirve de punto de
partida para sus interpretaciones.
La elección de esta primera parte como
centro de nuestra investigación obedece a que ella posee una mayor
representatividad del libro completo, tanto por la cantidad de escritos
fragmentarios, como por las coincidencias en las temáticas abordadas.
Este estudio puede constituirse como un
intento de interconectar paradigmas y teorías generales de la filosofía con
teorías substantivas asociadas con campos sociales, culturales, políticos o
económicos. Esto a su vez, nos puede permitir acercarnos de una manera más
inmediata a la filosofía, ya que las teorías son proyectadas en medio de
acciones y pensamientos de la vida cotidiana, tanto del campo individual como
del social.
El objetivo general de nuestro estudio es
el de reflexionar sobre el ser humano a partir de este grupo de escritos. Como
objetivo específico tenemos el de interpretar una serie de escritos sobre el sistema
social de acuerdo a tres ejes temáticos (que fueron los que más frecuencia
tuvieron en nuestro análisis de texto): democracia, modernidad y religión.
A modo de enfoque metodológico
y analítico
En el aspecto metodológico se pretendió
llevar adelante una investigación cualitativa interpretativa[2],
valiéndonos de la técnica de la observación documental[3], en este caso, de una serie
de escritos breves referidos a la sociedad, pertenecientes a los años 2017 y 2018.
El procedimiento consistió en extraer de cada escrito breve las temáticas
tratadas, para posteriormente establecer un cálculo de frecuencias para
determinar cuáles eran las más recurrentes.
A su vez, luego de obtener las temáticas
principales las hemos definido y las hemos asociado en algunos casos con las
demás temáticas extraídas, y también, al ubicarlas como subtítulo para el libro
se han hecho referencias centrales para identificar al trabajo.
A modo de enfoque teórico
De acuerdo a nuestro análisis, las
temáticas que han aparecido en mayor número de escritos han sido las
siguientes: democracia, modernidad y religión, que las tomamos como variantes
de una teoría substantivas[4].
Estos términos, entonces, encuentran su significado último desde ideas de
Schopenhauer y Nietzsche, como teorías
generales, basada a su vez en un paradigma filosófico voluntarista.
A continuación, consideraremos brevemente
los términos centrales de nuestro análisis.
La democracia es un régimen
político que propicia la convivencia entre seres humanos, logrando la
participación y consensos en medio mismo de las diferencias en ideas o incluso
entre pautas culturales.
La modernidad es un tipo de
sociedad caracterizada inicialmente por la racionalidad, el industrialismo, la
idea del progreso y la emancipación del hombre de las cadenas de la dominación
social. Es una forma de orden social y cultural que surgió hacia los siglos XV y
XVI. Los valores defendidos por la modernidad son principalmente los que
corresponden a la racionalidad. Siguiendo a Max Weber, podríamos decir que
existen dos tipos de racionalidad, la formal y la substantiva, pero con la
crisis de los fundamentos, la que ha prevalecido en el mundo ha sido esta
última, en especial dentro del sistema económico capitalista y de los sistemas
políticos modernos (en la forma de burocracia). La modernidad ha intensificado el
proceso de separación del ser humano de la naturaleza original, multiplicando
el poder del pensamiento, al precio de olvidar los dones del conocimiento
intuitivo, asociado con la sabiduría de todos los tiempos y culturas (la
sabiduría perenne).
La religión, en cuanto
comunidad de personas (en grupos o iglesias) forma parte del sistema social; en
cuanto institución que alberga en su seno personas con distintos roles, que
encuentran consistencia desde pautas de comportamiento y valores, es un
componente del sistema cultural. Posee tres dimensiones: moral (en forma de
doctrinas), cognoscitiva (en la forma de creencias) y contemplativa (como no
acción o mística). Las dos primeras conectan a la religión con los sistemas
social y cultural de la acción humana, mientras que la tercera, la remite a la
experiencia estética y mística.
A modo de enfoque contextual
Este libro se formó en medio de un proceso de asimilación de la teoría
sociológica entre los años 2015 y 2018, por lo cual será común observar la
aparición de ideas de autores como Comte, Marx, Durkheim, Weber, Simmel y
otros. También podrá notarse la permanencia de las ideas de autores que hacen a
nuestro paradigma filosófico y a las teorías generales que generalmente
utilizamos en nuestros escritos, como las de Arthur Schopenhauer y Friedrich
Nietzsche.
[1]
[2]
[3]
[4] Con teorías substantivas queremos referirnos a canales teóricos
más cercanos al mundo empírico, lo que nos ayuda a direccionar hacia esquemas
reducidos nuestros marcos más globales, como las teorías generales y los
paradigmas filosóficos.
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