Fue un antropólogo e indigenista paraguayo.
Entre los principales influjos de su pensamiento puede considerarse la obra del
antropólogo germano-brasileño Curt Unkel Nimuendajú, estudioso de la religión y
la mitología de los guaraníes del Brasil; en tal sentido, Bartomeu Meliá
calificó a Cadogan como el “Nimuemdajú paraguayo”
Cadogan puede ser considerado uno de los
grandes antropólogos paraguayos de la historia, y esto, a pesar de haber tenido
una formación auto-didacta (al igual que Nimuendajú).
Entre sus obras cabe citar a: “Ayvu
Rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá” (1959), “Aves y almas de
difuntos en la mitología guaraní y guayakí” (1955), “Carobeni: Apuntes de
toponimia hispano-guaraní” (1959), “Cómo interpretan los Chiripá (Avá Guaraní)
la danza ritual” (1959), “Concepto guaraní del alma” (1952), entre otras.
Estudió a parcialidades indígenas de la
zona del Guairá y Caaguazú, en especial a los Mbyá y los Guayakí. Podría
decirse que hay un antes y un después de León Cadogan en los estudios
antropológicos sobre los guaraníes, un antes representado quizá por la obra de
Moisés Bertoni y un después, marcado por aquellos que siguieron, alimentaron y
replantearon los descubrimientos de Cadogan.
Izabel Malinowski (2013) cuenta que sus
padres, de origen australiano, llegaron al Paraguay con el propósito de
establecer una “comunidad socialista”. Quizá este dato pueda darnos algunas
pistas sobre el cuál fue el clima intelectual que respiró Cadogan en sus
primeros años. El niño aprendió a hablar primero el inglés y ya luego el
guaraní, después, en medio de su formación escolar, se inició con el castellano
y el alemán. Una formación escolar, que según la misma Malinoswski, sólo fue
seguida hasta los catorce años, lo que es un dato notable sobre quien está
considerado por muchos como el mayor antropólogo paraguayo de la historia.
En 1923 empezó a tomar contacto con los
guaraníes, con el propósito de aprender su lengua y sus costumbres, por mera curiosidad.
En 1919 se afilió al Partido Colorado y en 1941, durante el gobierno de Higinio
Morínigo, fue nombrado “jefe de investigaciones” de la ciudad de Villarrica.
También en ese tiempo comenzó a trabajar como profesor de la Escuela Normal, la
Escuela de Comercio y el Centro Anglo-paraguayo.
Desde su interés por el folclore
paraguayo, Cadogan empezó a preguntarse por la mitología guaraní, fue así que
buscó un contacto más cercano con los indígenas, a través de la misma función
social, cultural y política que cumplía en Villarrica. De ese modo, la casa de Cadogan empezó a ser
frecuentada por los indígenas y a su vez él iba realizando expediciones en
medio de las comunidades de aquellos que ya se habían convertido en sus amigos.
Cadogan fue aceptado como miembro de la
comunidad Mbyá del Guairá y desde esa posición comenzó a tener acceso a los
conocimientos ancestrales de los guaraníes. El eje de su investigación fueron
los mitos sagrados, que fueron recopilados, traducidos, aclarados e interpretados
por él mismo.
(Extracto de "Robert León Helman. En pos del pensamiento inútil. Ensayo sobre la historia de las ideas en el Paraguay").