miércoles, 26 de febrero de 2020

INTRODUCCIÓN A “VIVIR, CANTAR Y MORIR. LETRAS Y COMENTARIOS A COMPOSICIONES MUSICALES”


   La vida es un constante flujo entre sueño y vigilia (en sentido espiritual), vida y muerte, aprendizaje y desaprendizaje. Y en medio de esto, uno puede decidir hacer una apuesta por el cultivo del espíritu, que propicie la aparición de goces espirituales, y con esto seguir el proceso de construcción de nuestra subjetividad a partir de la experiencia de lo trascendente (objetivo fundamental de la auto-ética).
   Y es en medio de este proceso y esta aventura del cultivo del espíritu que hemos elaborado algunas composiciones musicales, guitarra en mano y alma al viento...
     Tomar una guitarra para cantar es como tomar un mundo, en el que se da una conjunción de formas artísticas, desde la meramente musical, con los sonidos de la guitarra y el canto, pasando por el sentido literario que expresan las letras de las canciones, hasta el lado teatral que emerge de la presencia misma del artista al expresarse.  Pero hay algo que se muestra más allá de esta diversidad de formas artísticas, como si el arte no fuera “simplemente arte”, como si el arte se asemejara a la oración, como si el arte se asemejara a la meditación. ¿Es esto posible? La experiencia estética transforma al sujeto que conoce, por lo cual no es de extrañar que lo estético esté tan íntimamente asociado con la espiritualidad, aunque, por supuesto, en el momento de hacer un análisis tengamos que hacer diferenciaciones. 
   Entre todas las canciones podemos notar una dualidad que las caracteriza: unas que muestran motivos de la cultura agraria y otras de la cultura urbana. Estas variantes constituyen como dos mundos musicales que establecen por cada lado ilaciones de temas que en algún punto se encuentran para formar una totalidad compleja[1].

     Con estos escritos se busca invitar a la recreación del mundo, a intuir lo inefable del Ser y a pensar estéticamente la sociedad, la naturaleza y nuestra vida interior  (en términos de Simmel, cultivar la cultura subjetiva). Y esto puede ser un camino para liberar espacios de serenidad en medio del ajetreo del mundo cotidiano (dominado por la cultura objetiva), que nos muestra una “realidad” que no tiene fundamentos sólidos y que persiste sólo por su poder hipnótico y seductivo, como si ella fuera la única visión de mundo posible. 
   En un marco auto-biográfico, la mayoría de estas composiciones se han originado primero musicalmente, buscando concretar melódicamente visiones estéticas que nos han llenado de intensidades afectivas, en especial aquellas que recrearan al pensamiento y a la  espiritualidad. En la mayoría de los casos son composiciones nacidas en la segunda adolescencia y la primera juventud (18 a 30 años), por lo cual se revela en ellas la preponderancia de la intuición sobre el razonamiento, una relación que con el tiempo buscará equilibrarse.
   Las principales influencias que hemos recibido en la formación de nuestro estilo musical han sido varias, entre ellas podemos identificar a las de Alfredo Zitarrosa,  José Larralde, Silvio Rodríguez, los Chalchaleros o Vocal Dos.

   Es posible agrupar algunas composiciones en orden a su temática:
-Canciones de tinte patético y urbano: Metáfora de un día gris (canción número 3), La loca (21), Perro Sarnoso (24), Ciudad (30), Vivir, pensar, morir (41), Tiempo marchito (42).
-Canciones de tinte existencial: La eterna borrachera (1), En la ocasión (2), Hijos de abismo (5), Marinero (7), Salto al abismo (9), La voz de un anciano (11), Caminando con el tiempo (12), El juego del mundo (13), La cosa misteriosa (22).
-Temas agrario-existenciales: Del ayer mojón (8), Cañaverales (10), Mi patria (23), Caminando tierra adetro (43).
-Canciones varias con motivos agrarios: Sólo en ti campo (4), Montes lejanos (6), Rancho desolado (14), Repetir tu nombre  (16), Grito agreste (19), Tarde campesina (25), Va por los campos (32).
-Guaranias con motivos agrarios: 14 de Mayo (33), Pueblito de Ava’i (34), Quisiera volver (35), Cocotero (36), Recuerdos de Rincón (44).
-Temas varios: Tu cara de niña (15), Está el profesor (40).



[1] Aludimos a la idea de complejidad expuesta por Edgar Morin.


Índice
Introducción………………………………………………………....7
1. La eterna borrachera…..………………………………………..10
2. En la ocasión…………………………………………………….13
3. Metáfora de un día gris……………………………………...…14
4. Sólo en ti campo…………………………………………….......15
5. Hijos de abismo…………………………………………………17
6. Montes lejanos…………………………………………………..22
7. Marinero…………………………………………………………23
8. Habla el bosque……..………………………………………..…24
9. Salto al abismo…………………………………………………..25
10. Cañaverales…………………………………………………….26
11. La voz de un anciano………………………………………….29
12. Observando siempre al tiempo……………...……………….30
13. El juego del mundo……………………………………………31
14. Rancho desolado………………………………………………33
15. Tu cara de niña………………………………………………...36
16. Repetir tu nombre……………………………………………..36
17. Angustiante…………………………………………………….37
18. La voz de tu silencio…………………………………………..41
19. Grito agreste……………………………………………………42
20. Sin esperar…………………………………………….………..45
21. La loca…………………………………………………………..46
22. Partiré junto al amanecer……………………………………..47
23. En el rancho………………………………………………….....48
24. Perro sarnoso…………………………………………………..51
25. Tarde campesina………………………………………………54
26. La pregunta es por la vida……………………………………55
27. Que nos queda…………………………………………………55
28. Villarrica………………………………………………………..57
29. Toma tus muertos……………………………………………..59
30. Ciudad………………………………………………………….60
31. A la muerte de un amigo……………………………………..62
32. Voy por los campos……….…………………………………..66
33. Colonia 14 de Mayo……………………...……………………67
34. Quisiera volver………………………………………...……....74
35. Pueblito de Aba’i………………………………………………78
36. Cocotero………………………………………………………...80
37. Patio viejo………………………………………………………83  
38. Caminando por San Blas……………………………………...85
39. El valle eterno………………………………………………….85
40. Está el profesor………………………………………………...86
41. Vivir, pensar, morir…………………………………………....87
42. Tiempo marchito………………………………………………88
43. Caminando tierra adentro……………………………………95
44. Recuerdos de Rincón………………………………………….96
Epílogo…………………………………………………………..…98


Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/1IxtjLhLAZOy0HgKW-OqMSmbW9wuNt9NZ/view?usp=sharing

miércoles, 12 de febrero de 2020

INTRODUCCIÓN A “LA AUTO-ÉTICA. REFLEXIONES SOBRE LA VIDA HUMANA INDIVIDUAL”

     Ya en la antigua Grecia, en particular desde Sócrates y los sofistas, se plantearon cuestiones que hasta hoy siguen inquietando a aquellos que se atreven a reflexionar sobre sus vidas: la felicidad, el buen vivir, la prudencia, las normas de conducta, etc. La ética (o la moral), tema propio del presente ensayo, era entendida por los antiguos griegos como la constante búsqueda de la felicidad o del buen vivir.  
   Por nuestra parte en este ensayo, no nos preocuparemos por buscar una felicidad llena de exigencias y condiciones (como acaso lo planteó alguna vez Aristóteles),  nos bastará con sostener que una vida tolerable es posible, desde la base del cultivo del espíritu[1]. Pero esta vida tolerable puede ser el punto de partida para ir más allá del miedo, de la ansiedad, del tiempo interno, del sujeto fuerte, para acceder a una conciencia pura, fuente de paz y de gozo, espacio espiritual de las Ideas, de la libertad y de la verdad, ámbito de un sujeto debilitado.

     La modernidad ha venido de la mano con la degradación de la cultura individual (en términos de Simmel) que se ha reflejado en un individualismo y un egoísmo rastreros, que amenazan con profundizar aún más la crisis en la que ya toda la humanidad se encuentra insertada. Esto, que catalogamos como desintegración espiritual del individuo, está asociado íntimamente con otros grandes desafíos que nos depara tanto el presente como el futuro: las guerras, la pobreza y la degradación ambiental.
     Y estos desafíos no podrán ser abordados sino a través de las reformas, que en el caso del desafío de la desintegración espiritual del individuo es la que corresponde a la educación, una que debe apuntalar unos valores mediante los cuales los individuos puedan alcanzar una mayor consistencia de su personalidad y de sus planes de vida. Así el desarrollo de una auto-ética será también un paso importante para existan ciudadanos que se comprometan con el intento de abordar los desafíos de nuestra sociedad y nuestro planeta.

     De todas maneras, queremos insistir en que una auto-ética siempre será una apuesta privada, que por supuesto puede ser objeto de una invitación a seguirla o por lo menos considerarla, pero no imponerla como senda incuestionable para alcanzar el buen vivir. Es decir, estamos hablando de una ética de máximos de bien y felicidad,  que siempre deberá estar articulado con una ética de mínimos de justicia, que aseguren por lo menos una existencia tolerable.
     Y a esto precisamente nos referimos cuando hablamos de establecer también una reforma de la ética, que nos permita apuntalar estos mínimos éticos que nos permitan alcanzar una convivencia tolerable junto a los máximos éticos de buen vivir; y todo esto sin necesidad a fundamentos metafísicos incuestionables, no, pues para esto nos basta con proponer con honestidad el diálogo, desde cualquiera de las posiciones metafísicas que tengamos (sean fundacionalistas o nihilistas).

   El hombre es un ser complejo (múltiple en su unidad) y se despliega existencialmente en tres dimensiones: como ser en el mundo, como ser consigo mismo y como ser con los demás. En cuantos seres con nosotros mismos, tenemos dos facultades fundamentales, conocer y actuar (la facultad de sentir puede ser ubicada a su vez entre estas dos primeras). En tal contexto, la auto-ética constituye un conjunto de conocimientos y prácticas, centrado en la dimensión humana de ser con uno mismo, pero que se extiende recursivamente hacia la sociedad y el medio ambiente. 
    Podemos plantear que nuestra auto-ética posee un objetivo fundamental: la construcción[2] de la subjetividad[3] desde la experiencia de lo trascendente[4].  Y esto lo consideramos importante porque uno de los principales desafíos de la humanidad, tanto en el presente como también en el futuro es, como ya dijimos más arriba, contrapesar la desintegración espiritual del individuo[5].

   La palabra trascendente proviene del prefijo “trans”, que significa “a través”, o “de un lado hacia otro”, y el término latino “scandere”, trepar, escalar, más el sufijo “nte”, que alude a una acción. Entonces etimológicamente lo trascendente es “el paso de un lado hacia otro”. Uno de estos lados no es más que la cotidianeidad, con todas sus miserias e insatisfacciones, mientras que el otro lado se relaciona con la experiencia estética, que modifica radicalmente al mundo, haciendo de la vida a la vez un juego, sueño y experimento.
   En cuanto seres en relación con nosotros mismos, estamos inmersos en un mundo en el que se han desvanecido los fundamentos que el pensamiento tradicional había establecido; un abismo anida en la trágica travesía humana hacia ninguna  parte. Esta situación se refleja a su vez en la condición del sujeto, que ahora se muestra “débil”, o “crepuscular”, como lo explicó Gianni Vattimo[6]. Y este contexto en el que se desarrolla el pensamiento actual constituye para nosotros un renovado espacio para lo trascendente. Sin embargo, sigue siendo necesario que el hombre por lo menos plantee una dirección consciente a su vida (a la manera de una estrategia, no de un programa[7]), de modo a no dejarse llevar por la corriente de la masificación social, o para no caer en la ilusión de que se está viviendo una realidad fundada y absoluta, y a su vez, para establecer las condiciones para que advenga lo trascendente.
   Entonces, la apuesta que hacemos no implica una renuncia a la racionalidad a la hora de buscar un camino que nos permita alcanzar una vida tolerable, antes lo que proponemos es valernos de una racionalidad debilitada, que no busque imponer principios absolutos e incuestionables, sino que constantemente se abra al diálogo, a la tolerancia y a propiciar una convivencia pacífica.

   Plantearemos el desarrollo del ensayo desde lo más teórico a lo más práctico, y así comenzaremos con el auto-estudio, pasaremos por el auto-trabajo y concluiremos con la auto-observación.   


[1] El cultivo del espíritu posee tres formas: el arte, la espiritualidad y la intelectualidad, abordados en la parte 2.5.
[2] O la formación si se prefiere.
[3] O “el carácter moral”, en términos de Aranguren; o también “la personalidad”.
[4] Ideas y sentimientos enraizados fuera de lo cotidiano.
[5] R.L.H. Del pasado al futuro. Ensayo sobre el devenir del hombre. Interiora terrae, Asunción, 2017, p. 33-34.
[6] Gianni Vattimo. Las aventuras de la diferencia. Península, Barcelona, 1990, p 55-57. También, del mismo autor. El sujeto y la máscara. Península, Barcelona, 1989, p. 191-221.
[7] Cfr. Edgar Morin. Introducción al pensamiento complejo. Gedisa, Barcelona, 2007, p. 113 y 116.

Índice:
0. Introducción………………………………………………………7
1. Primera Parte: El auto-estudio………………………………...11
1.1. El placer y el dolor……………………………………............13
1.2. Ser en situación……………………………………………..…23
1.2.1. La cotidianeidad…………………………………………….24
1.2.2. Situaciones límites…………………………………………..26
1.3. Accesos al estado de angustia…………………………….…31
1.4. La actividad psíquica………………………………………....35
1.5. Las edades de la vida…………………………………............40
1.6. El sentido de la vida…………………………………………..46
2. Segunda Parte: El auto-trabajo………………………………...50
2.1. Plan de vida………………………………………………...…53
2.2. Examen de conciencia………………………………………...57
2.3. El ocio…………………………………………………………..60
2.4. Aislamiento y serenidad……………………………………..65
2.5. El cultivo del espíritu………………………………………....68
2.6. Lo trascendente……………………………………………….74
2.7. Normas de vida……………………………………………….77
3. Tercera Parte: La auto-observación…………………………...88
3.1. La auto-observación y el cuerpo…………………………….92
3.2. La auto-observación y la mente…………………………..…93
3.3. La auto-observación y los demás……………………………95
Conclusiones…………………………………………………….…96
Vocabulario………………………………………………………...98
Bibliografía……………..………………………………...……….101

Enlace al ensayo completo:
https://drive.google.com/file/d/1CEZMY5qD39xsVUSn9YP2i2IxQ4lbWBzt/view?fbclid=IwAR1E26jJih81q13a8cGNSQXiHyvxGCrvvuNbs2ZC4h8Ywytj7FdQ9n5oM_M