La vida es un constante flujo entre sueño y vigilia (en sentido espiritual),
vida y muerte, aprendizaje y desaprendizaje. Y en medio de esto, uno puede
decidir hacer una apuesta por el cultivo del espíritu, que propicie la
aparición de goces espirituales, y con esto seguir el proceso de construcción
de nuestra subjetividad a partir de la experiencia de lo trascendente (objetivo
fundamental de la auto-ética).
Y es en medio de este proceso y esta aventura del cultivo del espíritu
que hemos elaborado algunas composiciones musicales, guitarra en mano y alma al
viento...
Tomar una guitarra para cantar es como tomar un mundo, en el que se da una
conjunción de formas artísticas, desde la meramente musical, con los sonidos de
la guitarra y el canto, pasando por el sentido literario que expresan las
letras de las canciones, hasta el lado teatral que emerge de la presencia misma
del artista al expresarse. Pero hay algo
que se muestra más allá de esta diversidad de formas artísticas, como si el
arte no fuera “simplemente arte”, como si el arte se asemejara a la oración,
como si el arte se asemejara a la meditación. ¿Es esto posible? La experiencia estética
transforma al sujeto que conoce, por lo cual no es de extrañar que lo estético
esté tan íntimamente asociado con la espiritualidad, aunque, por supuesto, en
el momento de hacer un análisis tengamos que hacer diferenciaciones.
Entre todas las canciones podemos notar una dualidad que las
caracteriza: unas que muestran motivos de la cultura agraria y otras de la
cultura urbana. Estas variantes constituyen como dos mundos musicales que
establecen por cada lado ilaciones de temas que en algún punto se encuentran
para formar una totalidad compleja[1].
Con estos escritos se busca invitar a la recreación del mundo, a intuir
lo inefable del Ser y a pensar estéticamente la sociedad, la naturaleza y
nuestra vida interior (en términos de
Simmel, cultivar la cultura subjetiva). Y esto puede ser un camino para liberar
espacios de serenidad en medio del ajetreo del mundo cotidiano (dominado por la
cultura objetiva), que nos muestra una “realidad” que no tiene fundamentos
sólidos y que persiste sólo por su poder hipnótico y seductivo, como si ella
fuera la única visión de mundo posible.
En un marco auto-biográfico, la mayoría de estas composiciones se han
originado primero musicalmente, buscando concretar melódicamente visiones
estéticas que nos han llenado de intensidades afectivas, en especial aquellas
que recrearan al pensamiento y a la espiritualidad. En la mayoría de los casos son
composiciones nacidas en la segunda adolescencia y la primera juventud (18 a 30
años), por lo cual se revela en ellas la preponderancia de la intuición sobre
el razonamiento, una relación que con el tiempo buscará equilibrarse.
Las principales influencias que hemos recibido en la formación de
nuestro estilo musical han sido varias, entre ellas podemos identificar a las
de Alfredo Zitarrosa, José Larralde, Silvio
Rodríguez, los Chalchaleros o Vocal Dos.
Es posible agrupar algunas composiciones en orden a su temática:
-Canciones de tinte patético y
urbano: Metáfora de un día gris (canción número 3), La loca (21), Perro Sarnoso
(24), Ciudad (30), Vivir, pensar, morir (41), Tiempo marchito (42).
-Canciones de tinte existencial: La
eterna borrachera (1), En la ocasión (2), Hijos de abismo (5), Marinero (7),
Salto al abismo (9), La voz de un anciano (11), Caminando con el tiempo (12),
El juego del mundo (13), La cosa misteriosa (22).
-Temas agrario-existenciales: Del
ayer mojón (8), Cañaverales (10), Mi patria (23), Caminando tierra adetro (43).
-Canciones varias con motivos
agrarios: Sólo en ti campo (4), Montes lejanos (6), Rancho desolado (14),
Repetir tu nombre (16), Grito agreste
(19), Tarde campesina (25), Va por los campos (32).
-Guaranias con motivos agrarios: 14
de Mayo (33), Pueblito de Ava’i (34), Quisiera volver (35), Cocotero (36),
Recuerdos de Rincón (44).
-Temas
varios: Tu cara de niña (15), Está el profesor (40).
Índice
Introducción………………………………………………………....7
1.
La eterna borrachera…..………………………………………..10
2.
En la ocasión…………………………………………………….13
3.
Metáfora de un día gris……………………………………...…14
4.
Sólo en ti campo…………………………………………….......15
5.
Hijos de abismo…………………………………………………17
6.
Montes lejanos…………………………………………………..22
7.
Marinero…………………………………………………………23
8.
Habla el bosque……..………………………………………..…24
9.
Salto al abismo…………………………………………………..25
10.
Cañaverales…………………………………………………….26
11.
La voz de un anciano………………………………………….29
12.
Observando siempre al tiempo……………...……………….30
13.
El juego del mundo……………………………………………31
14.
Rancho desolado………………………………………………33
15.
Tu cara de niña………………………………………………...36
16.
Repetir tu nombre……………………………………………..36
17.
Angustiante…………………………………………………….37
18.
La voz de tu silencio…………………………………………..41
19.
Grito agreste……………………………………………………42
20.
Sin esperar…………………………………………….………..45
21.
La loca…………………………………………………………..46
22.
Partiré junto al amanecer……………………………………..47
23.
En el rancho………………………………………………….....48
24.
Perro sarnoso…………………………………………………..51
25.
Tarde campesina………………………………………………54
26.
La pregunta es por la vida……………………………………55
27.
Que nos queda…………………………………………………55
28.
Villarrica………………………………………………………..57
29.
Toma tus muertos……………………………………………..59
30.
Ciudad………………………………………………………….60
31.
A la muerte de un amigo……………………………………..62
32.
Voy por los campos……….…………………………………..66
33.
Colonia 14 de Mayo……………………...……………………67
34.
Quisiera volver………………………………………...……....74
35.
Pueblito de Aba’i………………………………………………78
36.
Cocotero………………………………………………………...80
37.
Patio viejo………………………………………………………83
38.
Caminando por San Blas……………………………………...85
39.
El valle eterno………………………………………………….85
40.
Está el profesor………………………………………………...86
41.
Vivir, pensar, morir…………………………………………....87
42.
Tiempo marchito………………………………………………88
43.
Caminando tierra adentro……………………………………95
44.
Recuerdos de Rincón………………………………………….96
Epílogo…………………………………………………………..…98
Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/1IxtjLhLAZOy0HgKW-OqMSmbW9wuNt9NZ/view?usp=sharing