No puedo pensar el desarrollo de mi
escritura sino a partir de las doce semillas espirituales que constituyen a la
serie “cosecha de pensamientos”. Y es que la escritura no precisamente surge de
la nada, por simple capricho inentendible, sino de la necesidad de precisar y
comunicar un pensamiento antes difuso o un sentimiento intenso. Y ciertamente,
como dice Schopenhauer, para escribir bien hay que pensar bien, pero también
podemos plantear lo inverso, para pensar bien, hay que aprender a escribir bien
(y también, por extensión, a “sentir” más y mejor). ¿Por qué? Porque la
escritura te obliga a ordenar, aclarar y profundizar tus pensamientos y
afectos.
Así que los escritos aquí presentados son
los rastros que van quedando en el tiempo, como producto de la persecución de
estos quijotescos afanes, que casi sin sentirlo, se van acumulando como las
diminutas gotas de una canilla averiada, que terminan por hacer rebosar de agua hasta al más enorme balde.
Pero detengámonos en el título del libro.
A parte de constituir el suelo que nos ha
acogido y la cultura que nos ha alimentado el espíritu, el Paraguay es un
motivo de reflexión constante, que en momentos privilegiados nos llena de un
gozo que trasciende todo interés científico, académico o político.
En medio de tanta calamidad mundial, una
oportunidad privilegiada se nos presenta en la contemplación estética,
oportunidad que llega también junto a los símbolos e imágenes que pueblan la cultura paraguaya, y que la
han hecho desplegar sus dones espirituales a través de la historia.
Por ello, parafraseando a Martin Heidegger,
quien hablaba de que hemos sido arrojados a la existencia, sin siquiera
decidirlo, nosotros podemos decir en forma más específica que hemos sido “arrojados
al Paraguay”, y no precisamente -como dirían muchos alucinados por la
modernidad- para nuestra desgracia, sino también –y esta es la perspectiva que
queremos abrazar- para nuestro gozo.
Y no necesitamos eludir las miserias de
nuestra patria, metámonos en el lodo inmundo de nuestras penas y angustias, y
desde ahí descubramos los horizontes y posibilidades –tanto críticas como
estéticas- que nos da la reflexión y la vivencia de nuestra cultura y nuestra
historia.
Siguiendo nuestros planteamientos sobre
antropología filosófica, hemos separado estos escritos en tres grandes partes,
relacionadas con las que consideramos las principales dimensiones del hombre:
la de ser con uno mismo, ser con los demás y ser en el mundo.
ÍNDICE GENERAL
Introducción…………………………………………………………….…7
Primera
Parte: Ser con uno mismo………………………………….….9
Capítulo
1.1. La auto-ética………………………………..................….11
Capítulo
1.2. Lo trascendente…………………..…...……………….....17
Capítulo
1.3. Lo estético………………………………………………...19
Capítulo
1.4. Polaridades…………………………………………….....24
Capítulo
1.5. Otras cuestiones filosófica…………………………..…..27
Segunda
Parte: Ser con los demás………..……………………….……31
Capítulo
2.1. Sociedad………………………………………………......32
Capítulo 2.2. El Paraguay……………………………………………….42
Tercera
Parte: Ser en el mundo………………………………………...53
Enlace al libro completo:
https://drive.google.com/file/d/1j-HWtHqjjToDFAgYwsRfndQ_S03oVUui/view?usp=sharing