viernes, 22 de septiembre de 2017

INTRODUCCIÓN A “CIENTO TREINTA Y TRES SUSURROS PARA UN BORRACHO”


   No solemos seguir el consejo de nadie para elaborar nuestros escritos, pero cierto día gris, el lema de Emile Cioran sonó en nuestra mente como un tambor batiente: “No reducirse a una obra; sólo hay que decir algo que pueda susurrarse al oído de un borracho o un moribundo”. Vaya entonces una respuesta para este viejo pesimista rumano, acaso hermano espiritual de nuestro frecuentado Schopenhauer.

   La vida a veces es semejante a una larga borrachera, con la que tratamos de olvidar las desgracias del mundo, los malestares del trato con los demás o nuestros propios tormentos interiores. ¿Y que podría significar frente a ello una miserable frase escrita al compás de una pena, un júbilo, un aburrimiento o un asombro? Tal vez simplemente eso, un susurro para un borracho…

   Hemos agrupado aquí ciento treinta y tres aforismos seleccionados de entre los doce números de nuestra “cosecha de pensamientos”, todos ellos provenientes de las secciones de la “auto-ética” y “estética”.

   El lector juzgará la utilidad o inutilidad de cada susurro,  puede leerse sobrio o en estado de ebriedad, y como diría Epicuro o acaso Lou Marinoff, en líneas generales no tienen contraindicaciones.








Enlace al libro completo:

https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWdmlqSy1aOTFFU2M/view

viernes, 8 de septiembre de 2017

INTRODUCCIÓN A “DEL PASADO AL FUTURO”


   Una increíble aventura ha venido desarrollando desde hace miles de años la humanidad, y si nos maravilla el pasado, en la misma medida nos cautiva las posibilidades del futuro, aun con sus matices sombríos.

   Y el presente nos es conocido como el tránsito que va desde las concreciones del pasado (que aún se re-crea desde el hoy con los estudios de las ciencias -humanas y naturales- y la filosofía) y los posibles caminos que el hombre recorrerá en el porvenir. Por ello, para comprender y asumir los riesgos que nos depara el futuro debemos interpretar nuestro pasado, pero también no podremos comprender nuestro pasado si desde ahí no podemos dirigirnos a  nuestro futuro. La historicidad se despliega en un interminable flujo recursivo entre pasado, presente y futuro.



   Debemos considerar previamente, que no podemos articular un relato sin una teoría previa, ya sea en la forma de una matriz narrativa, de una ideología, de una filosofía de la historia o de un paradigma, instancias que pueden presentarse implícita o explícitamente.

   Así, podemos plantear que los pueblos arcaicos poseían una visión circular del tiempo, en tanto que los judeo-cristianos y los modernos una visión lineal. En cambio, en el ámbito del postmodernismo se habla ya de un fin de la idea del progreso, y con ello de alguna manera se vuelve a la perspectiva cíclica, aunque con una orientación antes estética que mítica.

   Entonces, ¿Por qué no hablar de ciclos históricos con orientaciones estéticas antes que científicas? ¿o acaso está prohibido gozar espiritualmente mientras se conoce o se estudia? El pensamiento constituye un esfuerzo recurrente, pero ¿Por qué no alimentarlo con altas dosis de creatividad en el fondo y la forma de una investigación?

   Afortunadamente el presente ensayo no está sometido a los cánones dictatoriales de las instituciones académicas (aunque si está influido por ellos), por ende, podemos animarnos a pensar libremente, buscando explícitamente gozar y a la vez conocer, a medida que vamos recorriendo el flujo histórico que ha desplegado la humanidad desde sus inicios hasta nuestros días.










Enlace al ensayo completo:

https://drive.google.com/file/d/0B1fbaSG6HJjWV0RxZWozajAyTDA/view