lunes, 21 de marzo de 2016

PAISAJES GUAIREÑOS


INTRODUCCIÓN

 

   Todos miramos el flujo del tiempo desde el presente, desde nuestro hoy recreamos el pasado cubierto de nostalgias, si es que en aquellos momentos pudimos probar la caricia de un gozo sublime; y también, desde el hoy miramos el futuro, esperando quizá el advenimiento de los sueños, o simplemente el cumplimiento de nuestros proyectos mientras trabajamos con ahínco.

   Y también asi, accedemos a la obra de uno de los más reconocidos poetas populares de la historia de la cultura guaireña, nos referimos a Patrocinio Morínigo. La escritura del maestro constituye la visión de un tiempo que se va de nuestras manos caprichosamente, un tiempo en que el arte era el emblema de la gallardía y la honestidad, de los principios morales (en cualquiera de sus formas) y los compromisos con la sociedad.

   Hoy nosotros, hombres de una cultura podrida, nadamos en un mar de incertidumbres, por lo cual a veces queremos volver a creer en la solidez y en la verdad de lo que conocemos y hacemos. Pero ya no podemos, bajo nuestros pies fluyen los residuos de nuestros intentos por poner cercos a la avalancha de banalidad y de atolondramiento. Ya no es tiempo, los frutos se han deshecho en el piso de nuestras desgracias.

   Pero el excremento sirve también de abono para renovados crecimientos, asi que desde las estancias sombrías de nuestra sociedad y nuestra cultura, puede brotar de nuevo la flor prístina del arte, para asi recobrar el mensaje de los antiguos maestros, con un nuevo tono de alegrías y de goces espirituales, el tono puro de la experiencia estética.

   Si, ya no tendremos en nuestras manos una verdad inapelable, ya no nos instalaremos en una realidad firme y segura, pero seremos libres por nuestras propias imposibilidades, ya que los goces estéticos llenarán nuestras vidas y nos mantendrán parados frente al flujo inexorable de los cambios.

   Parémonos entonces, para a ad-mirar los paisajes guaireños, desde las letras de este noble caballero del arte, y asi quizá descubramos un secreto que nos salve de tanta miseria espiritual acumulada.  Quizá volvamos a respirar aquel aliento de las compañías agrarias, quizá volvamos a besar a una bella flor, quizá volvamos a ser felices, con esa inocente fe de los niños, que hace que todo a nuestro alrededor se llene de vida. Quizá…

 

   Por mi parte he elegido algunas narraciones y descripciones (ya publicadas en obras anteriores), de tal modo a lograr un motivador contraste literario (como ya habíamos hecho con Arnulfo Morínigo, hijo del maestro[1]). Asi, al hacer encontrar obras de la madurez de la cultura guaireña, y otras del periodo de vejez, tal vez podamos empezar a intuir este flujo maravilloso, orgánico y estético, que constituye a la cultura guaireña, y por extensión a la cultura toda del Paraguay.

R.L.H.

 Enlace al libro completo:

 



[1] Cfr. Arnulfo Morínigo Paniagua-Robert León Helman. Desde Villarrica hasta Asunción. Colección de poemas. Interiora terrae, Asunción, 2015.